24 ene 2015

UNA MUJER LE PUSO NOMBRE DE MUJER A EL CONSEJO


A mi pueblo querido de El Consejo que hoy cumple 238 años,  el nombre se lo puso una mujer  y le puso precisamente el de otra mujer de graciosa belleza, Celestial Princesa  llena de Gracia y bendita entre las mujeres,   que era nada menos que la madre de Dios. Jesús fue Divino y Humano a la vez; Divino por ser hijo de su padre que era Dios y Humano por ser hijo de su madre que era una mujer sencilla, del pueblo. Y es el nombre de esa mujer,  el que bautiza y bendice a El Consejo. La proposición la hizo una  hija del Conde de Tovar,  quién le solicitó a su padre,  que gestionara ante el Obispo de Caracas don Mariano Martí, para que el nuevo pueblo que estaba por fundarse, llevara el nombre de la Madre de Dios,  bajo la advocación de Nuestra Señora del Buen Consejo.


Esa hija, la primogénita del Conde don Martín de Tovar y Blanco Primer Conde de Tovar y de su esposa María Manuela Concepción Ponte y Mijares de Solórzano, tenía un nombre larguísimo; se llamaba MARÍA JOSEFA DEL BUEN CONSEJO DEL SUDOR DE LA ENCARNACIÓN IGNACIA DOMINGA ANTONIA NICOLASA PETRONILA PULCHERIA LUISA DE LA LUZ DE TOVAR Y PONTE. Cuando se casaron, su madre tenía 16 años y su padre 32; exactamente el doble  y aun le faltaban 13 años para recibir el título de Conde de Tovar y 14 para solicitar la fundación del pueblo. María Josefa nació el 25 de marzo de 1761, siendo la primera de sus doce hermanos. 

A sus 23 años, el 15 de agosto de 1784 ingresó a la Congregación de las Carmelitas Descalzas con el nombre de Sor María Rosa de San José. Su padre fue ennoblecido por el Rey Carlos III con los títulos de Conde de Tovar y Vizconde de Altagracia, llegó a ostentar el grado de Mariscal de Campo y era el hombre más rico de Venezuela, por lo cual acumulaba el poder social, el poder militar, el poder económico y por supuesto, el poder religioso como una consecuencia de los anteriores. A sus trece años, a sabiendas de que era su padre el gran capitán de la empresa de fundar el nuevo pueblo y el hombre de mayor influencia ante el Obispo, le solicitó María Josefa que le pusieran su propio nombre que era el mismo de la Devoción de toda la familia. 

Diez años después, cuando tenía 23 años, abrazó los hábitos y se hizo monja. No tardó el amantísimo padre  en complacer la petición de su hija y el 2 de septiembre de 1774 (dos años antes de fundarse El Consejo), le entrega una carta al Obispo donde le ruega: “…que se dedique en honra de la Santísima Virgen Nuestra Señora del Buen Consejo…”
La petición de María Josefa, hecha por intermedio de su padre fue complacida inmediatamente. De ahí en adelante en toda la documentación que se refiere al pueblo se lo llama “Pueblo de Nuestra Señora del Buen Consejo”; pero al redactar el Acta de Fundación, suscrito por el Dr. Gabriel Jph. Lindo, se les olvida ponerle el nombre de La Virgen. Ello se evidencia por el hecho de que en el documento aparece interlineada la frase: “bajo la invocación y título de ntra Sa del buen Consejo” y al final del documento aparece testado: “bajo la invocación y tito de ntra Sa del buen consejo”.  Tal vez el origen de este olvido se deba a que cuando se  firmó el documento, el 24 de enero de 1777, el Obispo Mariano Martí no se encontraba en Caracas.

Apenas a un mes de fundado el pueblo, en larguísima carta al Obispo, el Conde de Tovar le anuncia la adquisición de una imagen de la Virgen del Buen Consejo que por valor de 300 pesos comprarían los hacendados. Las imagenes que presentamos en este trabajo, son: la de la Virgen del Buen Consejo, retratada por el gran artista del lente Eduardo Carrillo “Carrillito” (es la que actualmente recibe la veneración de los consejeños en el Altar Mayor de nuestra Santa Iglesia Parroquial); el retrato de Sor María Rosa de San José (María Josefa) perteneciente a una colección particular; la casa de la “Hacienda Paya” en Turmero; el Profesor Navarro en la casa natal de María Josefa, en la Hacienda “El Conde” y las lineas del Acta de Fundación, donde se observa el entrelineado del nombre.

Sólo nos falta recordar ¿Cuál es el Buen Consejo que le da el nombre a esta advocación de la Madre de Dios? Es el que nos dirige a todos los hombres cuando en las Bodas de Caná  dice: “HACED LO QUE ÉL OS DIGA”. Frase que debería estar inscrita en el arco que le da entrada al Altar Mayor de nuestra Iglesia por ser el mensaje que nuestra Santa Patrona nos sigue dando a todos. Cuando en 1800 pasa por aquí el barón Alejandro de Humboldt,  anota en su diario: “Para ir a La Victoria se pasa por el lindo pueblo del Mamón o del Consejo, célebre en la provincia por una imagen milagrosa de la Virgen”.

Dice don Enrique Bernardo Núñez en su “Ciudad de los Techos Rojos”, que María Josefa había nacido “en el pueblo de su nombre” el 17 de marzo de 1761. (En la hacienda “La Luz” o “Los Jabillos”, de su padre, porque ese año, todavía el pueblo no estaba fundado).    En la mañana del 29 de julio de 1782 después de un año de noviciado María Josefa del Buen Consejo, con el nombre de Sor María Rosa,  hace renuncia de sus bienes. “A la iglesia del Buen Consejo dona una custodia de plata sobredorada con piedras de Francia, una lámpara de plata y dos botijuelas de aceite anuales para el alumbrado del Santísimo Sacramento”. En la mañana del 24 de agosto recibe el velo negro “con gran concurso de la nobleza y asistencia del señor Gobernador (Don Manuel González Torres de Navarra) con su cabildo.”  “El mismo 24,  día de San Bartolomé –dice don Enrique Bernardo-  comienzan las fiestas patronales de El Consejo” (?).


María Josefa del Buen Consejo (Sor María Rosa de San José) murió a sus 70 años, en 1831.  Vivió sus últimos años y murió en la finca familiar de Paya en Turmero, única hacienda venezolana que tiene 400 años en manos de la misma familia (los Tovar) quienes dieron eminentes personalidades en todos los tiempos venezolanos; en la Colonia dieron al Conde de Tovar, en la Independencia a los próceres Martín Tovar Ponte y sus hermanos; en la República al Presidente Manuel Felipe de Tovar; en las artes al gran pintor Martín Tovar y Tovar, en el Foro al doctor Silvestre Tovar Lange y así, en todas las ramas del saber.


En la Casa de la Hacienda “Paya”, al final del corredor izquierdo, donde aparece una ventana, existe una habitación llamada “El Cuarto de la Monja”, por ser el que ocupó durante el resto de su vida, la religiosa. 


Con el paso del tiempo, el nombre se redujo a: “Pueblo del Buen Consejo”, luego a: “Pueblo de El Consejo” y hoy en día, a simplemente: “El Consejo”. Pero a pesar de parecer un nombre “en masculino”, es el nombre de una mujer: (Nuestra Señora del Buen Consejo, la Santa Madre de Dios);­ y se lo puso, otra mujer.  




19 ene 2015

EL ORADOR DE ORDEN

Una de las decisiones más importantes que debe tomar el Ilustre Concejo Municipal del Municipio “José Félix Ribas”, dentro de los próximos 24 días, es la designación de la persona que dirá el Discurso de Orden más importante que se pronuncia en Venezuela, cual es el del 12 de febrero en La Victoria. Ese día, nuestra ciudad siempre había sido escenario del más imponente desfile cívico militar de nuestra Patria; había dos desfiles militares más importantes que eran el del 24 de junio en Carabobo y el del 5 de Julio en Caracas y uno cívico que era el del primero de mayo (Día del Trabajador) en Caracas; pero el “cívico militar” de mayor relevancia siempre fue el del 12 de febrero el La Victoria, casi siempre, durante medio siglo desde 1964, con asistencia del Presidente de la República. 

Pero aparte de ese desfile,  los actos litúrgicos y las festividades populares, el acto central y principal, es la Sesión Solemne que se realiza frente al bronce del héroe, durante la cual toma la palabra el Orador de Orden. Ese día se pronuncian dos grandes discursos que son la Oración Sagrada, durante el Solemne Te Deum ofrecido en nuestra Catedral y el de La Plaza. Con esto queda dicho que el discurso de plaza más importante de Venezuela es el de La Victoria el 12 de febrero. 

Hablar desde aquí el 12 de febrero es el máximo honor a que puede aspirar un orador, porque ese podio es un púlpito colocado en uno de los más empinados altares de la República. De allí la importancia política que reviste. El discurso es el punto único de la Sesión Solemne del Ilustre Concejo Municipal. 

Mucho tiempo estuvo reservado a intelectuales pero hoy es una tribuna política. Por aquí pasaron hombres de la talla de Eloy Guillermo González “El Águila de la Tribuna”, el escritor Manuel Díaz Rodríguez, el gobernador y mártir Aníbal Paradisi, Jóvito Villalba, Gustavo Machado, Mario Briceño Perozo, Lucas Guillermo Castillo Lara,  Carlos Felice Cardot, Pedro Alciro Barboza de La Torre, Luis Acosta Rodríguez, Mariano Picón Salas, Miguel Otero Silva, Julio de Armas, Arturo Uslar Pietri  y Andrés Eloy Blanco. 

Todos los presidentes del último medio siglo: Rómulo Gallegos, Germán Suárez Flamerich, Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Carlos Andrés Perez, Luís Herrera Campins quien habló dos veces: como estudiante en 1943 y repitió como presidente en 1983, Jaime Lusinchi y Hugo Chávez Frías. Tambien ocuparon esa Tribuna Ramón J. Velásquez y Nicolás Maduro Moros, pero  cuando todavía ninguno de los dos había sido presidente.   

ORADORES DE  2014, 1965 y 1973
Cuando los partidos decidieron utilizarla como “tribuna política”, se hizo fácil adivinar, leyendo la lista de los nombres, cuál partido estaba gobernando. Veamos: Félix Guzmán (1964), Luis Pastori (1965), Heriberto Aponte (1966), Mario Briceño Perozo (1967), Ramón J. Velásquez (1968), Eduardo Fernández (1969), Lucas Guillermo Castillo Lara (1970); Carlos Felice Cardot (1971), Pedro Alciro Barboza de La Torre ilustre intelectual zuliano propuesto por los masones victorianos (1972), Federico Brito Figueroa (1973), Luis Manuel Peñalver (1974), Alexis Ortíz y Carlos Andrés Pérez (1975), Celestino Armas (1976), Manuel Olivares Betancourt (1977), Orlando Elbitar (1978) Carlos Andrés Pérez (1979), Paciano Padrón (1980), Edgar Benarroch (1981), Oswaldo Alvarez Paz (1982), Luis Herrera Campins (1983), Luis Acosta Rodríguez (1984), Rafael Marín (1985), Nelson Lara (1986), Luis Emilio Rondón (1987), Héctor Alonso López (1988) y Antonio Ledezma (1989).

En el año de 1990 invitamos al doctor Ramón Escovar Salom, a quien habíamos postulado sin éxito durante 8 años, por haber sido el proponente ante la Asamblea Nacional Constituyente de 1947, de que se escogiera el 12 de febrero como “Día Nacional de la Juventud”, lo cual se declaró el 10 de febrero de 1947 por Acuerdo firmado por Andrés Eloy Blanco. Al año siguiente (1991) invitamos a la Primer Mujer que ocupó esa tribuna; nada menos que a María Teresa Castillo de Otero Silva quien a la sazón tenía ochenta años.

SERGIO MEDINA (1929)
Pocos victorianos la han ocupado, entre ellos el poeta Sergio Medina, el poeta Rafael Briceño Ortega, el poeta Gonzalo Carnevali, el historiador Federico Brito Figueroa, el poeta y primer cronista Miguel Ángel Álvarez Mudarra-Muguerza, el poeta Ángel Raúl Villasana, el poeta Heriberto Aponte, Edgar Benarroch y el poeta Luís Pastori. Memorable es el Discurso pronunciado el 12 de febrero de 1932, hará 83 años, por nuestro gran poeta Rafael Briceño Ortega. Fue la más revolucionaria y vibrante de sus oraciones patrióticas. Al bajar de la tribuna fue apresado por los adulantes del gobierno y conducido al “Castillo Libertador” de Puerto Cabello, donde se le encarceló hasta su muerte.

Para este año, hemos propuesto muy respetuosamente el nombre del ilustre historiador doctor Carlos Julio Tavera-Marcano, de quien estamos seguros que de ser elegido, nos ofrecerá un memorable y pedagógico discurso, por ser un acucioso investigador de nuestro pasado histórico, maestro de muchas generaciones de victorianos, abogado por la U. C. V. y Profesor egresado del Instituto Pedagógico Nacional, Doctor en Historia (Summa Cum Laudae), miembro de la Academia Nacional de la Historia y autor de numerosos libros sobre nuestra ciudad y sobre nuestra región, algunos de ellos publicados por la propia Academia Nacional de la Historia. 

  Se hace muy difícil encontrar en nuestra ciudad a alguien que no haya sido alumno del doctor Tavera, en el Liceo “Ramón García de Sena”, en otros liceos, en la Universidad y en los cursos de doctorado de la Universidad Pedagógica Libertador (UPEL) donde es profesor. Muchos lo habrán visto en las madrugadas, en el Terminal de Pasajeros, esperando el autobús de la Universidad, donde culmina su doctorado en Letras. Creemos que su designación como Orador de Orden constituiría una acertada decisión por parte de nuestra municipalidad y confiamos en que así se hará.

ÁNGEL RAÚL VILLASANA (1964)
GONZALO CARNEVALI (1944)

     
RAFAEL BRICEÑO ORTEGA (1932)