19 nov 2020

Discurso Cuatricentenario

  

 

CATEDRAL DE LA VICTORIA                                                              

DISCURSO CUATRICENTENARIO

Santa Iglesia Catedral de La Victoria18 de noviembre de 2020Sesión Solemne del Centro de Historia de la ciudad de La Victoria, con motivo de cumplirse cuatrocientos años de la Fundación de la Ciudad.

Maestro de Ceremonia: Tiene la palabra el cronista de la ciudad Germán Fleitas Núñez miembro del Centro de Historia de La Victoria, de la Academia Nacional de la Historia, de la Academia Venezolana de la Lengua y Premio Nacional de Historia 2019. 

VOCATIVO:                                                         Excelentísimo Pietro Paolini, Nuncio Apostólico de Su Santidad y Decano del Cuerpo Diplomático;                                                                                                                                          Eminentísimo Cardenal Baltazar Enrique Porras CardozoArzobispo Metropolitano de Mérida, Administrador Apostólico de Caracas  y Cronista Oficial de la ciudad de Mérida;                                                                       Excelentísimo Reynaldo Del Prette LissotArzobispo de Valencia;                                                                                                                   Excelentísimo Rafael Enrique Parravano Marino Obispo de Maracay;                                           Excelentísimo Gustavo García Naranjo Primer Obispo de Guarenas    

Excelentísimo MonseñorAntonio Rojas Mata

Excelentísimo Monseñor Julio Salas                                                      Querido Padre Edgar Zapata                                                                                                                                                                                                                     Su Paternidad José Miguel Vargas Caballero Cura Párroco del Pueblo de Nuestra Señora de La Victoria;                            Su Paternidad Francisco Inzúa

Venerables Curas Párrocos, Religiosas, Señor General Marco Torres gobernador del estado Aragua:                                                                            Sumiré Ferrara Molina Alcaldesa del Municipio;

T.S.U. Yliana Rodríguez presidenta,                        Ingeniero Levy HurtadoVicepresidente                   y demás integrantes del Ilustre Concejo Municipal;                                                                                                                          Doctor Carlos Julio Tavera-Marcano Director y demás integrantes del Centro de Historia,                                                      Autoridades civiles, militares,  ejecutivas, legislativas y judiciales, de carácter nacional, estadal  y municipal;                                                                                                                                         Educadores, Comunicadores Sociales,                                       Sus Señorías Ilustrísimas:                                                         Señoras y Señores:

El cuatricentenario de La Victoria ya pasó; pero no sabemos cuándo.

Debió ocurrir entre agosto del año pasado y el día de hoy.  Pudo haber sido hace unas horas, o  ayer, o hace unos días, o unas semanas o hace unos meses o tal vez añosasí se desprende de los escritos de los historiadores que han estudiado el asunto..

Todo comenzó en un pueblo portugués llamado Évora, en el año de  Gracia de 1618, cuando Su Majestad Felipe III Rey de España  y Portugal, mediante Reales Cédulas de 16 de abril y el 4 de octubre, envía a su Gobernador y Capitán General de la Provincia de Venezuela  y al Obispo de Caracas, instrucciones  muy claras: “Funden pueblos y pónganles iglesias”. La orden iba dirigida a Francisco de la Hoz Berrío y a Fray Gonzalo de Angulo.

Ambos dignatarios delegaron en sus segundos; el gobernador, en su Teniente General de Gobernador Pedro Gutiérrez de Lugo y el Obispo en su Teniente Cura Gabriel de Mendoza. 

Son estos cuatro personajes quienes hace cuatro siglos dieron los primeros pasos por este camino en el que hoy hacemos un alto para tender la mirada hacia atrás y ver cuánto hemos andado. 

Las cosas de Palacio marchan despacio y más despacio aún, con el Atlántico en el medioLas reales órdenes llegan tarde; y es a mediados de 1620 cuando las conoce el Obispo de manos del Gobernador. 

El 3 de agosto (hizo cuatro siglos hace tres meses y medio) Su Señoría Ilustrísima dicta un Auto mediante el cual nombra al Padre Gabriel de Mendoza, Cura y Vicario de Caracas, como Juez Comisario, para que fuera en compañía del Juez Poblador Gutiérrez de Lugo, a los lugares en que habían de ser poblados los indios y elija en cada uno de ellos “…los sitios y lugares que se hicieren más a propósito para las erecciones y fundaciones de las iglesias, «habiéndose fundado las del Valle de Aragua»”.
Las órdenes son las mismas que dictó su Real Majestad; “Funden pueblos y pónganles iglesias”.

Se referían a pueblos cristianos de los que el imperio español llenó el territorio para dominarlo y explotarlo mejor y para adoctrinar a los indios  en la religión católica, en la  lengua castellana, en el servicio de Dios y de ambas majestades; porque estos territorios habían estado densa y extensamente poblados desde tiempos inmemoriales por comunidades sedentarias, tanto, que al llegar los expedicionarios o invasores, encuentran cementerios abandonados porque ya no cabían los muertos, sembradíos bien regados mediante acequias que revelan un avanzado dominio del agua y petroglifos que los indios presentes no entendían lo que querían decir porque eran muy antiguos.                                               El célebre Padre Heredia, de los mejores párrocos que hemos tenido, quien funda hospital con más camas que el de Caracas,  escuela para enseñar a leer, escribir, cantar y rezar, escuela técnica, escuela de música que abastece de Maestros de Capilla a toda la Provincia y es autor del primer libro escrito en Venezuela, informará después al Obispo: “Los he ensenado a adorar a nuestro verdadero Dios, a hablar nuestra lengua y buenos modales, para que en todo se parezcan a los españoles”. Esa era la “buena nota”. 

 

Seguramente don Pedro Gutiérrez de Lugo fundó los pueblos, como lo afirma el Obispo, pero se le perdieron los papeles; o mejor dicho,  los historiadores no hemos sido capaces de encontrarlos.

Sin duda alguna don Gabriel de Mendoza eligió los sitios y lugares más a propósito y allí puso las iglesias pero tuvo el buen cuidado de instruir al Notario Hernando Ruiz de Ahumada, para que redactara un extenso documento titulado “Autos hechos por el Padre Gabriel de Mendoza…” en el cual echa el cuento. 

En un fragmento de tan importante Relación se lee: …en dieciócho días del mes de noviembre del año de mil seiscientos y veinte, el dicho juez y cómisario eligió y fundó otra iglesia con el advocación y nombre de Señora Santa Inés y en el pueblo fundado de Nuestra Señora de La Victoria en el principio del valle de Aragua  diez leguas de esta ciudad, poco más o menos”.

El gobernador o su Teniente bautizaron al pueblo como “Nuestra Señora de La Victoria”, nombre dado por Sus Santidades Pio Quinto y Gregorio Trece a la Virgen del Rosario, después de la Batalla de Lepanto.

El Padre Gabriel de Mendoza dedicó la iglesia a una niña mártir de trece años, Santa Inés, cuyo patronazgo fue premonitorio para la ciudad de la juventud. Con su erección se consolida la fundación de la ciudad que consta de dos partes: “fundar pueblos y ponerles iglesias”. 

El fundador de esta iglesia, Gabriel de Mendoza, de larga y fecunda actuación,  es hijo del célebre conquistador Pedro Galeas peninsular de Almendralejo, quien vino a Indias y participó en las tres expediciones más importantes de su tiempo, la de Hernando de Soto para conquistar La Florida, la del Tirano Aguirre a través del Amazonas en busca de El Dorado y la de Diego de Lozada para fundar Caracas. La madre del Padre Gabriel era la bellísima Inés de Mendoza, de la parentela del Cardenal, Dama de Honor Primera y Principal de la Reina de España doña Isabel de Valois Tercera esposa del Rey Felipe Segundo.

Por cierto que Inés, era el nombre de su madre y de Inés su hermanita menor, primera encomendera consejeña, aun cuando falta siglo y medio para que se funde El Consejo.

Lo primero que hacen los conquistadores sobre la tierra conquistada y los indios derrotados, es repartirlos entre quienes los han conquistado. La tierra para que la cultiven  y con su producto, alimentar a los indios y luego educarlos y adoctrinarlos. Por supuesto que todo de la boca para afuera porque ese es el comienzo de la terrofagia y de la esclavitud.

Pasado un tiempo, repartida la tierra y los indios, fundados los pueblos y puéstoles iglesias, sus majestades lo que hacen es organizar mejor lo repartido.

Como en todos los demás pueblos fundados, se le agregan los encomenderos que aquí son MARTÍN DE GÁMEZ, de los fundadores y primeros vecinos de Caracas en 1567 dueño de  los sitios de La Calera o sabanas de Acapra, Macuaya, La Mora, Yaragüí, Tiquire, Corral Viejo, Guacamaya y Tucúa. A finales del siglo XVII, estos sitios quedaron comprendidos en tres grandes posesiones: Tiquire, Guacamaya y Soco.

LÁZARO VÁSQUEZ, Dueño del Trapiche de Tucua, de las fincas “Jesús”; “María” y “José”, donde hoy se asientan las comunidades de “Primitivo de Jesús”, “Prado de María” y “San José”. Su sobrino don Pedro de Ponte Andrade Jaspe de Montenegro, quien lo heredó, casó con Doña Josefa María Marín de Narváez (la del nudo de la Marín) y son ascendientes directos del Libertador. Fueron suyas también, “La Concepción” y “La Quebrada”.

GUILLERMO LORETO DE ANDRADE dueño de Aragua Arriba, el Rincón de Guacamaya, parte de las sabanas del Hato y Soco, el sur del Valle de Macuaya, las sabanas de Yaragüi, comprendidas estas dos últimas en la gran posesión de Tiquire. A finales del siglo XVIII, en estas tierras se formaron además de “Sabaneta”, las siguientes haciendas-trapiches: “El Corozal”, “La Estancia”, “Silvita”, “Maraca Arriba” y “Maraca Abajo”, “El Pinto” o “Piedra Pintada” y “El Tigre”. Incluidas en las tierras de “El Corozal” aparecen “Los Anaucos” y “Chichiriviche”, lindando con las de “Paya”, en Turmero.

ALONSO GONZÁLEZ URBANO, dueño de las tierras donde siglo y medio después se fundó El Consejo y

FRANCISCO DEL CASTILLO,  dueño de las tierras del camino. Desde la parte alta del Tuy.  Muchas pasaron el siguiente siglo, a manos de los Tovar.       

RODRIGO DE LEÓN SALAZAR. con tierras a orillas del Río Aragua llamadas “La Curía” y un portugués llamado ANTONIO RODRÍGUES DE SAN MARTÍN.

En un principio la tierra era de todos y no era de nadie en particular; después toda nuestra geografía tuvo solo seis dueños;  luego, las encomiendas victorianas o como diríamos hoy en día, los grandes latifundios, se fueron dividiendo, fraccionando, cuadriculando. Hubo mucha tierra sin hombres y muchos hombres sin tierra; hasta que llegue un día en el que toda la tierra vuelva a ser de todos.

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Desde entonces esta iglesia ha sido el centro espiritual de la ciudad y de la región. Los hombres que durante siglos habían visto pasar diariamente por sus cielos, a los dioses de sus antepasados -el sol, la luna y las estrellas, ahora levantaban con amor, esta casa para su nuevo Dios.

Región bendecida por miles de años por Dioses ancestrales, es desde hace cuatro siglos “Santuario de la Madre de Dios” en sus diferentes advocaciones.  Su epónima “Nuestra Señora de La Victoria” es “Nuestra Señora del Rosario”; SPrimera Patrona la Niña Mártir Santa Inés, SSegunda Patrona “Nuestra Señora de Guadalupe de Extremadura” y luego “La Guadalupe Mexicana” su actual patrona, Símbolo de la Fecundidad porque según todos los estudios realizados, la Virgen de Guadalupe Mejicanaestá embarazada. Y en el instante más glorioso de la construcción de la Patria, el “Vencedor de los Tiranos” le atribuye su triunfo a la “protección visible de María Santísima de La Concepción” (“La Virgen Vencedora”).

Cristo, Divino, por su Padre que es Dios y Humano por su Madre que es María, una mujer del pueblo. Son los dogmas de laIglesia.

El 8 de diciembre 1954, al cumplirse un siglo deDogma de la Inmaculada Concepción de María por Su Santidad Pio Noveno, el Obispo Coadjutor de Caracas, Monseñor Rafael Arias Blanco, le dicta los preparativos de la gran celebración centenaria a su secretario, quien los anota en un cuaderno: Tráigase de La Victoria a La Virgen Vencedora de Ribas. Fue él quien le puso su nombre guerrero. Su joven secretario fue luego nuestro amado pastor Feliciano González Ascanio, Segundo Obispo de Maracay. Me regaló el cuaderno.

No puedo referirme a “La Virgen Vencedora” sin recordar con emoción a “Suso”. Como él debieron ser los primeros santos, no andaba rezando ni repartiendo bendiciones ni rociándolo todo con agua bendita, pero su obra será recordada y agradecida por muchas generaciones. No pudo descansar para siempre a su lado aquí en la tierra porque era un humilde “Diácono”, pero ahora está con ella en el cielo. Pondremos su retrato.

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Los sabios historiadores que han estudiado el asunto se atrincheraron en la frase “pueblo fundado” para afirmar que los pueblos se habían fundado primero y las iglesias después y para dejar  constancia de que  no pudieron encontrar la fundación civil de los pueblos. Es como colocar un seguro a prueba de errores. Veamos:

El doctor Ambrosio Perera ilustre Académico de la Historia a quien tuvimos el honor de conocer y con quién conversamos muchas veces, escribe que El Rey Felipe II de Portugal (el mismo Felipe III de España), por Reales Cédulas firmadas en Évora (pueblo portugués) en 1618 ordenó al Gobernador y al Obispo, “…reducir a los indios dispersos en las encomiendas de la Provincia de Venezuela, reunirlos en pueblos con procedimientos «suaves y humanos», dotarlos de alcaldes, regidores (todos indios de la misma reducción) y construirles iglesias a fin de que fueran debidamente atendidos en la parte espiritual”. Como se ve, eran actos diferentes el fundar el pueblo y el de luego, ponerles iglesias, lo cual podía haber ocurrido el mismo día. El doctor Perera confiesa no conocer “ningún documento” en el cual conste la fundación por la parte Civil. “No hemos encontrado los autos que hubo de dictar Pedro José Gutiérrez de Lugo cuando escogió los sitios y demarcó los trozos civiles de las nuevas poblaciones. Es indudable que ellos corresponderían a las actas de fundación de dichos pueblos”.

Añade el Dr. Perera: “Aunque lamentamos no haber podido localizar los (trámites puramente civiles) pertenecientes a los pueblos a que ahora nos dedicamos, no hallamos dificultad alguna para, a falta de ellos, considerar las relaciones que el Notario Eclesiástico hace (…) como documentos sustitutivos de los autos o de las actas de fundación de los pueblos...” y concluye diciendo: “Bien pueden, por consiguiente, los pueblos cuyos orígenes son materia de este estudio, considerar como fechas de sus respectivas fundaciones las correspondientes al señalamiento de Sitios y erecciones de sus iglesias.” Por eso estamos aquí.

El Reverendo Hermano Nectario María en su obra “Fundación de La Victoria” sostiene la misma tesis de don Ambrosio Perera en lo que se refiere a la fecha de fundación de la ciudad; repite que: “La erección de La Victoria por Pedro Gutiérrez de Lugo, con toda certeza tuvo lugar al correr del año 1620 y varios meses antes de octubre”. Ignoramos la fuente de donde obtuvo el sabio y acucioso Hermano Nectario María la “toda certeza” de que habla en este párrafo y no explica por qué si da como cierta una fecha que él mismo ubica entre enero y agosto de 1620, enseguida se pronuncia por el 18 de noviembre, fecha de la fundación de la iglesia.

El académico aragüeño  Lucas Guillermo Castillo Lara a comienzos de 1978 publica Su hermoso discurso pronunciado en nuestro Concejo Municipal en el cual sostiene la misma tesis que el Dr. Perera y el Hermano Nectario María. Basándose en el mismo documento; pero (porsiacaso) señala: “es difícil precisar con toda exactitud si la fundación civil del pueblo tuvo lugar ese mismo día de la erección de la iglesia o fue en días anteriores. Sin embargo, dado el hecho documentado de que ambos Comisionados debían ir en mutua compañía, puede suponerse con bastante certeza, que la fundación civil hecha por el juez poblador fue en el mismo día o precedió en muy poco tiempo a la parte eclesiástica”. Como se ve, todos “suponen” lo mismo pero admiten que no han podido localizar documentos que prueben sus suposiciones. Pero ante la afirmación de que  “puede suponerse con bastante certeza”, gracias a la paternal amistad y la confianza con las cuales siempre me distinguió don Lucas, me permití decirle: “Lo que pasa es que el doctor Perera, el Hermano Nectario María y Usted siempre han sido demasiado cureros”; y él, amable y graciosamente me respondía: “Es cierto, hemos querido imponer al curita Mendozacomo fundador, pero entre Federico Brito Figueroa, Carlos Julio Tavera y tú, que son ateos, lo quieren tumbar”. 

El destacado periodista victoriano Francisco Jaramillo, en memorable artículo publicado en “El Provinciano” emplazó al Primer Cronista Oficial de la Ciudad que era el poeta Miguel Ángel Álvarez Mudarra Muguerza, descendiente de Próceres, en los términos siguientes: “Emplazamos al señor Cronista de La Victoria a informar pública y oficialmente: ¿Quién fue el fundador de la ciudad? y ¿Cuándo fue fundada ésta”? 

A este emplazamiento respondió el poeta Miguel Ángel Álvarez con un artículo que sacaba el problema del hecho meramente cronológico y anecdótico para ubicarlo                                             —intuitivamente— en la clave del hecho fundacional. Decía el cronista: “Vamos a analizar la etimología de la palabra fundación. El diccionario es conciso y contundente: acción de fundar. Principio, erección, origen. [...] Cuando llegó el español llámese como se llamara a este territorio en afán de ambiciosa conquista, encontró una próspera aldea de indios de raza caribe [...] con su modus vivendi orientado hacia la agricultura [...] el intruso tomó todo eso por derecho de conquista [...] es decir, que el peninsular no desmontó malezas, ni construyó viviendas [...1 sino que ocupó la tierra ya fundada y se adueñó de ella [...] lo que hoy se denomina Ciudad de La Victoria y que antes por boca del indio se nombraba Tucua se pierde en la noche precolombina y ya muchos soles y muchas lunas habían alumbrado su existencia. Interrogo yo ahora: ¿quién fundó a quién? [...] que se ponga una placa de bronce del color de la América india en el pórtico de nuestra hermosa Iglesia Mayor con la cara recia de un cacique indio, con la leyenda relativa a su rango y a su estirpe, como el primero y único fundador”.

Como se ve, el poeta Miguel Ángel Álvarez se aleja de la tesis fundacional tradicional con su fecha clásica, su fundador, su espada y su acta de fundación y sostiene (intuitivamente) la tesis de la “fundación de hecho” de la “no fundación”. Nadie fundó la ciudad ni sembró los árboles ni crió los pájaros ni puso el río, simplemente estaban ahí. Es la tesis que más adelante va a sostener el historiador victoriano Dr. Federico Brito Figueroa cuando haga suya una frase de don Augusto Padrón para afirmar que “La Victoria nace sin partida de nacimiento”.                                                                            Don Manuel Pinto C. abunda sobre el tema, El doctor en Historia Carlos Julio Tavera-Marcano en su tesis doctoral profundiza en el asunto y el profesor Francesco Carrabs es autor de una obra en tres tomos sobre la apasionante controversia.

 

En reconocimiento a la honestidad intelectual de los historiadores mencionados quienes en lugar de ponerse a inventar, admitieron no conocer la fecha de fundación  civil del pueblo por no haber encontrado su prueba documental, nos hemos acogido a sus proposiciones de que a falta de certeza sobre la fundación civil del pueblo, adoptemos como válida, la de la erección de esta iglesia. No sabemos con certeza si el cuatricentenario del pueblo ya pasó ni cuando, pero de lo que no tenemos duda es de que hoy es el cuatricentenario de esta iglesia y en consecuencia también el cuatricentenario de la ciudad. ¡Feliz Cumpleaños!

Iguales dudas acompañan a nuestros pueblos hermanos San Mateo, Turmero y Cagua. Es el momento de poner las verdades en orden y quitarle toda la superchería y la falsificación.Que los aficionados piratas dejen de decir disparates  y que se pongan a buscar los documentos que nosotros no hemos encontrado.

En el frontis de las iglesia de San Mateo hay una  preciosa placa apócrifa. falsificada, de mentira, que inventaron dos buenos ciudadnos creyendo que le hacían un favor a San Mateo, y la pegaron hace más de curenta años y le pusieron de nombre Acta de Fundación de San Matero y todos los niños se la aprenden y yo tengo cuarenta años pidiendo que la quiten porque es falsa, pero ahí está. En Turmero hay un cuadro en el que aparecen unos curas redactando el Acta de Fundación del pueblo y muchos indios alrededor de la mesa, mirando con ojos asombrados como redactan su acta de fundación y eso es mentira porque esa  escena nunca existió, pero ahí está. Es el momento de que las municipalidades, la iglesia y los historiadores, orientemos al pueblo con la verdad.  

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El 18 de noviembre de 1620 se erige esta iglesia; el día 27 la de Turmero, el 29 la de Cagua y el 30 la de San Mateo. Queda cumplida la misión en lo que concierne  al Valle de Aragua. Ambas majestades lo supieron al final de sus vidas. Dejaron sus nombres inscritos en la historia de este valle que probablemente ni siquiera sabían dónde quedaba. A los 59 días (el 28 de enero de 1621) murió en Roma Su Santidad El Papa Paulo Quinto y 62 días después, (el 31 de marzo de ese mismo año),  murió en Madrid Su Majestad El Rey Felipe Tercero. Al año siguiente, el Gran Gobernador y Capitán Poblador Francisco De La Hoz Berrío Sembrador de Pueblos, perecía en un naufragio cerca de La Habana.

 

Durante los siguientes cuatro siglos,  se produce el mestizaje de los primitivos habitantes con los africanos y con los españoles peninsulares. Mezcla de mezclas porque nuestros abuelos indios tienen tres siglos mezclándose aquí por sucesivas oleadas e invasiones; nuestros abuelos africanos tienen tres siglos mezclándose en el continente negro y nuestros abuelos españoles tienen mil años mezclándose en la península. El mestizaje es total, pasa por la sangre y nos deja este colorcito tan encubridor, pasa por los altares, mestizamos nuestros dioses y creemos en todos y todos nos protegen y nos hacen milagros, pasa por los fogones, existe una cocina victoriana, pasa por el idioma, la mezcla es de principios, de colores, de sabores, de saberes, de danzares, de cantares y nos deja en el aire el dulce tipleo y el ronco bordoneo del joropo, en las cuerdas del arpa aragüeña y en los patios de las casas y haciendas, el “Baile de La Llora” hoy tan intervenido, tan alterado y tan falsificado, no por el pueblo, sino por los únicos que no lo pueden hacer que son precisamente los folkloristas. Mezcla de mezclas que le permitió decir a nuestro mejor sociólogo del  siglo XIX en su Discurso de Angostura y en otros escritos, que ya no éramos indios ni europeos, sino un crisol derazas, una raza nueva sobre la faz de la tierra, que éramos el punto equidistante entre La América, África y España, todos café con leche unos más leche y otros más café.

Nos corresponde honrar esa afirmación del Padre de la Patria, metiendo a los negros en el escudo, mediante alegorías que allí simbolicen a nuestros abuelos africanos y a nuestros abuelos españoles juntamente con nuestros abuelos indios que ya están allí.

LA CIUDAD  DE LAS CUATRO BATALLAS                         

Este histórico templo y  nuestra heroica ciudad, están íntimamente imbricados con la creación de la Patria. En tiempos de conquista, aquí si hubo resistencia indígena y hay que decirlo porque no en todas partes la hubo.  La fiera oposición de nuestras  comunidades aborígenes contra la invasión europea duró más tiempo que la guerra de independencia. La guerra magna, librada entre dos ejércitos bien armados y dirigidos por generales competentes, duró menos que la oposición que ofrecieron nuestros indios a punta de flechas y macanas, dos siglos antes. 

Después  fuimos escenario de cuatro grandes batallas.  Dos durante la Guerra de Independencia, una a finales del siglo XIX y la última a principios del siglo XX.

La primera, calificada como “la más sangrienta de su época”, se libró en junio de 1812, entre patriotas al mando del Generalísimo Francisco de Miranda y las tropas realistas de Domingo Monteverde. Fue la última vez que El Precursor, quien había participado en las tres guerras más importantes de su tiempo (la Independencia Norteamericana, la Revolución Francesa y la Independencia de Suramérica) puso su pie en un campo de batalla.

Aquí murió la Primera República que había nacido el 19 de abril de 1810 y se había confirmado el 5 de julio de 1811 porque después de sus dos esplendorosos triunfos contra Monteverde, el Generalísimo capituló y le entrgó a su enemigo doblemente derrotado, la naciente República que tantos esfuerzos había costado construir. Pero aquí renació la Patria cuando al final de la Campaña Admirable, el 4 de agosto de 1813, Bolívar, en la casa de don Juan de la Madriz, acepta la Capitulación de Fierro y recoge las banderas de La Repúnlica en el mismo lugar donde las había dejado caer Miranda.                                                                                  La segunda se libró el 12 de febrero de 1814, durante la Segunda República que había nacido  a dos cuadras de aquí, entre jóvenes patriotas al mando de José Félix Ribas y realistas comandados por José Tomás Boves.

La tercera, en 1879, entre el gobierno que a la muerte del Gran Demócrata general Francisco Linares Alcántaras presidió su hermano Gregorio Valera y el ejército guzmancista acaudillado por -entre otros- los generales Gregorio Cedeño y Joaquín Crespo. Esta tercera Batalla de La Victoria, primera en la que se usaron ametralladoras, empotradas en la recién construida torre de esta iglesia .permitió el regreso al poder, al general Antonio Guzmán Blanco.

 

La cuarta y última, entre octubre y noviembre de 1902, cuando el gobierno de la República presidido por los generales Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, opone nueve mil hombres, a los catorce mil de la Revolución Libertadora, acaudillada por el general Manuel Antonio Matos. Ha sido la batalla más grande en la historia militar venezolana, por el tiempo de duración (22 días), el número de combatientes (más de 20.000 hombres) y por sus consecuencias inmediatas. Fue la primera derrota militar que sufrió el imperialismo en América y con ella se acabaron las guerras en Venezuela.

Queda dicho que los dos guerreros más fieros que tuvo el imperio en estas tierras, Domingo Monteverde y José Tomás Boves, fueron derrotados ambos aquí en La Victoria.

 

Al par que ciudad guerrera, fuimos ciudad de paz.  Cuatro grandes batallas en cuatro siglos, una por cada cien años; pero en cada uno de esos siglos se sirvieron 36.500 desayunos, 36.500 almuerzos y 36.500 cenas para cada victoriano, multiplicado por cuatrocientos años.  Bien podemos decir que nuestra ciudad debe más a sus madres-cocineras, que a sus próceres.  

Durante estos cuatro siglos fuimos Pueblo, Villa y Ciudad, las tres jerarquías del Derecho Español Indiano. Pueblo de Nuestra Señora de La Victoria desde tal día como hoy, Villa de Nuestra Señora de Guadalupe de La Victoria desde 1795 por Real Cédula de Carlos Cuarto y Ciudad por El Libertador en enero de 1814 antes de la batalla. Quedamos siendo la única con las tres jerarquías y la única Ciudad Republicana cuyo título no lo recibió del Rey sino de Libertador, ratificado por el Cabildo de Caracas..

Como estos tres momentos urbanísticos están asociados a tres advocaciones marianas, el pueblo de indios a La Virgen del Rosario, la Villa a La Guadalupe y l Ciudad a La Inmaculada Concepción y atendiendo a que sus mantos son todos “añil y rosa vieja”, con esos dos colores diseñamos la “Bandera de La Victoria” de la cual dijo en este Altar el Cardenal Lebrún Moratinos en el momento de bautizarla el 12 de febrerode 1988: “...esta bandera está hecha con un pedazo arrancado del manto de La Virgen,  bajo cuya protección, tal como estuvieron ayer, quedan de hoy en adelante, las actuales y futura generaciones de jóvenes de nuestra ciudad y de nuestra Patria.”

La principal memoria de esta iglesia está desaparecida. De sus libros de Bautismos, Matrimonios y Enterramientos, no existe ninguno anterior a 1821. El Obispo Mariano Martí afirma que se comenzaron a llevar en 1657. Son 164 años; más de cien libros. Y en un incendio o en una guerra, se pierden noventa y nueve libros, pero queda uno. Aquí no quedó ninguno, lo que hace pensar que los escondieron para salvarlos. En cambio en el Registro de la propiedad de la tierra, las casas y los esclavos, de mil volúmenes, solo faltan ocho. En alguna parte están. En esos libros, que hemos buscado en todos los archivos venezolanos y que bien podrían aparecer en algún Archivo español, como aparecieron recientemente en el Archivo del Ministerio de la Defensa del Reino de España en Madrid, donde el Ilustre Cronista de Valencia don Luis Cubillán Fonseca ubicó 14 cajas con aproximadamente quince mil documentos de la Nueva Valencia del Rey, que se llevaron entre Domingo Monteverde y don Pablo Morillo años antes de 1821. No veremos el hallazgo pero muchas serán las sorpresas. En esos libros, están registrados muchos de los Próceres de la Independencia y de los Padres de La Patria. Tal vez el más grande de todos.

 

El 24 de septiembre de 1975 fallece el primer cronista Miguel Ángel Álvarez y es designado II Cronista Oficial de la Ciudad don Francisco Jaramillo Acevedo. Se impone entonces la tesis según la cual Pedro José Gutiérrez de Lugo fundó a La Victoria el 18 de noviembre de 1620 (el mismo día que la iglesia)  y como consecuencia, se cambió la fecha de 1593 del Escudo de Armas de la Ciudad por la fecha de 1620; se le cambió el nombre a la avenida “Francisco de Loreto” por el de avenida “Loreto” en recuerdo de una de las primeras familias encomenderas del valle; se retiró el gran soneto de Sergio Medina del frontis de la Iglesia Matriz porque dice: “El Capitán Francisco de Loreto la funda”. 

En conclusión: examinada la documentación conocida hasta ahora sobre el tema que nos ocupa podemos afirmar que: 1) El Sitio donde hoy está La Victoria ya estaba poblado por vecinos españoles en 1572. 2) La más antigua tradición afirma que la ciudad fue fundada en 1593 por el capitán Francisco de Loreto, pero esta afirmación no ha podido ser probada documentalmente así como ninguna otra. 3) La fundación española del pueblo, probablemente hecha por Gutiérrez de Lugo, lo fue sobre una comunidad ya existente desde hacía más de setenta años, pero su fecha no ha sido probada documentalmente. 4) Existe prueba documental de que el padre Mendoza “erigió” una (dice: “otra”) iglesia en un pueblo “ya fundado”. 

Queremos aclarar que cuando en este trabajo y en toda la documentación existente sobre la ciudad, durante los siglos XVI, XVII y XVIII se habla de la iglesia, no se está haciendo referencia a la actual Santa Iglesia Matriz de Nuestra Señora de Guadalupe (hoy Catedral y Monumento Histórico Nacional) sino a una primera, ubicada en su cercanía. La actual Catedral fue bendecida por primera vez el 25 de julio de 1808 (188 años después de “erigida” la primera), luego de “trasladar a la nueva iglesia con el mayor fervor, culto y decencia” al Santísimo Sacramento desde el Caney donde se hallaba a “cuya función concurrió todo el pueblo manifestando con lágrimas de regocijo, su alegría...” Había más de cuatro mil personas tal se lee en el Acta que se levantó al efecto. 5) De haber fundado Gutiérrez de Lugo a La Victoria, este hecho no está probado que ocurriera el 18 de noviembre de 1620 sino antes. 6) El documento que comienza diciendo “Y en dieciocho días del mes de noviembre de mil seiscientos y veinte...” no puede ser tenido como Acta de Fundación de La Victoria, ya que es apenas una “relación”, hecha en Caracas, por un notario y mucho tiempo después. Pero es nuestra única Partida de Nacimiento.

SEGUNDA PARTE

Esta iglesia estuvo desde 1620 hasta 1805 (ciento ochenta y cinco años), un poco más adelante, donde está la estatua y a su alrededor, el pueblo crec.

A finales del siglo XVIII se produce nuestra primera gran transformación urbna. Los canarios recien llegados levantan la Ermita de Nuestra Señora de Candelria en la “Otra Vanda del Río Caganchez” que así se llama, se construye La Capilla de “El Calvario” al norte de la ciudad, se eleva el pueblo de indios a la categoría de Villa por El Rey Carlos Cuarto, por ser la ciudad más industrial de la Provincia con más de cuarenta trapiches e ingenios; se desmembra de su territorio el nuevo Curato Rural de Nustra Señora del Buen Consejo del Mamón y se construye esta imponente edificación.Humbold le calcula siete mil almas.

 

Han pasado tantas cosas y de tan diversa índole, que habría que estar hablando cuatrocientos años  para tener una idea. Pero resumiré.

La Herencia del Cura Colmenares.

A finales del siglo XVIII cuando se iniciaba la construcción de esta  imponente edificación, murió el cura párroco que la había comenzado don Lucas Joseph Colmenares.  Dejó como herencia una inmensa fortuna constituida por casas, haciendas, esclavos y mucho dinero efectivo en monedas de plata y de oro, pero no dejó herederos. Dispuso en su testamento,  que con todo ese caudal,  se pagaran misas cantadas y rezadas de cuatro y de dos reales cada una, por la salvación de su alma. Se había caído la primera iglesia del pueblo que estaba donde está la estatua de José Félix Ribas, pero la obra, a cuyo Mayordomo de Fábrica don Miguel Machado solamente se le habían asignado catorce mil ladrillos, catorce mulas y catorce esclavos, estaba paralizada por falta de recursos. Además existía el inconveniente de que para gastar ese dineral que dejó el opulento sacerdote,  tendrían que estársele diciendo misas de a cuatro reales cada una, durante ocho siglos y ningún otro difunto tendría chance,  porque cuando se acabaran las misas del padre Colmenares, ochocientos años después, ya no quedarían descendientes que se ocuparan de rezarles ni de hacerles misas y tal vez ya todos habrían caído en el olvido. Sometieron el delicado asunto al buen criterio del primer abogado victoriano, el doctor don Domingo Gómez de Rus quien evacuó la consulta de la siguiente manera: que la jerarquía eclesiástica de la Provincia declarara solemnemente, que todas las misas cantadas o rezadas que se dijeran en el nuevo templo, por los siglos de los siglos y para siempre, fueran ofrecidas por la salvación del alma del Padre Colmenares y juntamente, por el alma de otros fieles, de tal manera que todos tuvieran oportunidad de alcanzar la salvación (es el comienzo de las misas montoneras);  y que la fortuna de la herencia, se invirtiera en terminar la obra. Así se hizo, esta iglesia se bendijo el 25 de julio de 1805 y el cielo se fue llenando de almas victorianas hasta nuestros días.  Este primer abogado victoriano, fue el primer Rector Magnífico de la Real y Pontificia Universidad de Caracas en el siglo XIX, de 1801 a 1803. En cumplimiento de lo dictaminado propongo respetuosamente anotar en los libros de gobierno un recordatorio alusivo a que en la lista de la misa diaria, se anote siempre de primero, al cura Colmenares.

 

Fuimos Capital Federal de la República en 1812, parte de la Provincia de Caracas y de la República de Colombia, única capital de la Provincia de Aragua desde 1848 y primera del estado Aragua desde 1864, del estado Miranda, del estado Guzmán Blanco, del estado Ribasy hasta de la Isla de Margarita; del Distrito Ricaurte y hoy del Municipio “José Félix Ribas”.

 

Hasta aquí vino a tener el habilidoso Conde Bartolomé de Capocelato para involucrarnos en el ajenísimo pleito entre Austríacos y Borobones por la corona de España, a la muerte de Carlos Segundo, que culminó con el reinado de Felipe Quinto y el advenimiento de la dinastía borbónica en España. 

Muchas  penurias le ocacionó esa extravagante aventura, a nuestra ciudad, a esta iglesia y a su cura quien terminó encarcelado y expulsado, por el terrible Obispo Diego de Baños y Sotomayor. 

El 12 de febrero de 1814 perdiendo la batalla, el general José Félix Ribas entró a esta iglesia, colocó su espada a los pies de esta Virgen Inmaculada (única reliquia existente de ese día) y le rogó que salvara a la tropa. Dice él mismo, que su oración fue interrumpida por el grito de un soldado que estaba en el techo, quien le anunciaba que por el camino de San Mateo venía una polvareda. Era el  vallesoletano Vicente Campoelías con el refuerzo que mandaba El Libertador cuya heróica actuación probó una vez más que nuestra guera de independencia no fue entre Venezuela y España ni entre venezolanos y españoles sino entre realistas y patriotas. El bravo general en su carta al Cabildo de Caracas dice que: “La sangre derramda por los ilustres caraqueños y la protección visible de María Santísima de la Concepción, fueron los que salvaron la Patria aquel memorable día.

La fecha fue declarada en 1944 “Día de Venezuela en Aragua” y en 1947 por la Asamblea Nacional Constituyente presidida por Andrés Eloy Blanco, “Día Nacional de la Juventud”.

Cada hazaña nos ha dejado más sangre derramada, un puñado de muertos, más dolor, un poco más de gloria y un nuevo nombre. “La Ciudad Victoriosa de Ribas”, “El Antemural de Caracas”, “El Dique que contiene la Invasión de Bandidos”, “La Ciudad Santa de la Restauración Liberal”. “El Día de Venezuela en Aragua”, No estaba tan lejos de la premonición el Curita Mendoza –como lo llamaba Lucas Guillermo- cuando le dedicó la iglesia a Santa Inés. Si se la dedicó a su hermanita menor, tenía catorce años, pero si fue a la niña mártir, tenía trece. Cuatro siglos después nos ha llegado un nombre que no nos lo puso nadie, surgió sólo. Pero así se nos conoce en toda Venezuela: “La Ciudad de La Juventud”.        

En estos cuatro siglos podemos entregar buenas cuentas; nuestra ciudad es un Altar de la Patria decente que también existe. Escenario de hazañas en la guerra y en la paz; cuna de ilustres ciudadanos Juan Vicente Bolívar entre ellos, los Montilla, los García de Sena, los Padrón, los Adarraga, los Tovar, 

Poetas como Sergio Medina, Rafael Briceño Ortega, Gonzalo Carnevali, Luis Pastori, Julio Páez, Leopoldo Silva Salcedo, Eddie López, Angel Raúl Villasana, 

Sacerdotes como Santiago Florencio Machado, 

Historiadores como Federico Brito Figueroa, 

Periodistas como Diego de Hurtado, Carlos Bejarano García y Simón López, 

La primera heroína de la independencia,única del 19 de abril de 1810, médicos como José María Benítez y Baruj Benacerraf, único venezolano ganador del Premio Nobel.

En las horas negras de las dictaduras, pusimos los presos, los torturados y los muertos pero no pusimos los carceleros ni lostorturadores ni los asesinos. Esos vinieron de otras partes. Existe hasta la creencia de que nuestro nombre se origina en el triunfo de Ribas ; no es cierto, desde dos siglos antes ya La Victoria se llamaba así, pero fue un nombre profético porque desde entonces La Victoria siempre acompañó a quiene luchaban por la libertad y la justicia.

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Sobre el escritorio del Rey de España, permanecen por un tiempo los papeles que le mandó Vicente Emparan con el relato de lo que pasó el 19 de abril. Había una mujer que es cómplice de los revolucionarios y madre de dos de ellos, “osados y viciosos”. Se refiere a doña Juana Antonia Díaz Padrón y a sus hijos Mariano y Tomás Montilla, ambos héroes de la independencia. Doña Juana Antonia era del Pao de Zárate.. El buenote de Emparan quien había sido mucho tiempo Capitán General de Cumaná donde dejó buen recuerdo, no conocía bien a la gente del centro. Se queja de que “El marqués de Casa León protegió y elevó a estos jóvenes a la amistad de los Toro, lo que no habrían adquirido por su nacimiento”. Craso error; ignoraba el derrocado Capitán General que “estos jóvenes” eran descendientes de las familias Montilla, Briceño y precisamente Toro, pertenecientes a la más rancia aristocracia territorial del país. Fue la única mujer que intervino en nuestros acontecimientos aurorales soliviantando a la gente casa por casa y estaba tan clara en que los gobernantes deben oír al pueblo que en una oportunidad cuando pidió hablar con el Capitán General Domingo Monteverde para solicitar la libertad de sus hijos y éste se negó a recibirla, le dejó escrito un papel que decía: “Si no escucha al pueblo ¿para qué quiere gobierno?” Murió Doña Juana Antonia en el año terrible de 1814, mientras su hijo Mariano se cubría de gloria en la Batalla de La Victoria y su hijo Tomás servía como Secretario del Guerra del Libertador. Es célebre la frase con la que despide a sus dos hijos cuando deciden incorporarse a los sucesos de la independencia: “No hay que comparecer en mi presencia si no volvéis victoriosos”. Doña Juana Antonia es tenida como la única heroína civil del 19 de abril de 1810 y en consecuencia, primera heroína de nuestra independencia. Era de la Hacienda “Santa Rosa”, o sea que la únicas heroína del 19 de abril y primera de nuestra independencia, era una mujer victoriana.

Y como ella, muchas. 

Cuenta una vieja historia trasmitida de generación en generación, que en medio de la batalla, muertos ya heroicamente los hermanos Muguerza, el general Ribas se acercó a la casa de la familia y dirigiéndose a la madre, le comunicó la infausta noticia en los siguientes términos: “Comadre, mala noticia para Usted y para la Patria; mataron a los muchachos”. Con estoicismo espartano, la madre victoriana le respondió: “General, la mala noticia es para mí; para la Patria no porque ahí está el otro”. Y dirigiéndose al hijo menor de apenas catorce años le dijo: “Váyase con su padrino y defienda el puesto de sus tres hermanos”. De ese tamaño han sido siempre las mujeres victorianas. La ciudad y especialmente El Pao de Zárate están en el deber de realzar el nombre de  doña Juana Antonia Díaz Padrón de Montilla como Primera Heroína de la Independencia así como San Mateo debe hacerlo con doña Belén Jerez de Artisteguieta. Honremos a la mujer victoriana sin necesidad de atropellar a nuestro idioma.

Con justificada razón le dimos cinco Primeras Damas a Venezuela. 

Comencemos desde esta vieja capital de Aragua, algunas iniciativas que en justicia deben materializarse. Cambiemos el “Día Nacional de la Bandera” para el 27 de abril, día en que en 1806 se izó por primera vez el tricolor nacional en territorio venezolano en el mar de Ocumare de la Costa. Agreguemos al azul de nuestra bandera, las dos estrellas que le faltan y metamos a nuestros abuelos negros y a nuestros abuelos españoles en el Escudo de Armas de la República donde ya esperan nuestros abuelos indios. Creemos que estas iniciativas las debe encabezar el Señor Gobernador y así se lo proponemos muy respetuosamente. 

 

Aquí recibieron las aguas bautismales próceres civiles y militares entre quienes Juan Vicente de Bolívar y Ponte y Simón Hermógenes Izaguirre Valero “Fray Ildefonso”, postulado por los Dominicos de Nueva York para su Beatificación y la gran masa anónima que tiene más de cuatro siglos poblando este valle.

Aquí oraron muchas veces: Laura Cardozo, nuestra Madre María de San José, cuya primera obra, el Hospital San Vicente de Paúl, fundó en esta ciudad; Santiago Florencio Machado, Simón Lazo Párroco de La Victoria. Por aquí pasaron algunos párrocos que alcanzaeon la dignidad episcopal: Moneñor   Castro  Arzobispo de Caracas, Gregorio Adam Obispo de Valencia,  Gustavo García Naranjo  Primer Obispo de Guarenas, Ángel Pérez Cisneros Arzobispo Emérito de Mérida y Camarero Secreto del Papa Juan XXIII  y José Alí Lebrún Moratinos Monaguillo de Monseñor Adam en 1931Primer Obispo de Maracayluego Cardenal Arzobispo de Caracas. 

Y hasta algún transitorio y efímero pasante  español de congregación, hoy postulado ante El Vaticano para su Beatificación cuyo nombre toca con insistencia a las puertas del cielo. Y en el último banco, en lugar de “ponerle cuidado” a la misa, nuestro gran poeta Luis Pastori, compuso el Himno de la Universidad Central de Venezuela.

Hoy finaliza el ciclo de los primeros cuatro siglos. Mañana comienza otro y “no hay quinto malo”.

LAS PROPOSICIONES

Nuestros sueños son sueños, pero si les ponemos fecha, se convierten en metas. Ahora están nuestra ciudad y nuestra iglesia en el punto exacto que divide el pasado del futuro. Hoy es el cuatricentenario y mañana comienza el quinto siglo. En su momento, con la debida anticipación, formulamos muy respetuosamente algunas proposiciones que tenían como objetivo “aprovechar la fecha” en favor de la ciudad, de la iglesia y de su gente, y hacer algo para que esta efemérides no se redujera solamente apintar la iglesia, cogerle los remiendosy las goteras, sembrar unas matas en la plaza, una misauna sesión solemne, con su ofrenda floral y su discurso.Tenían como fecha el día de hoy, pero pandemia y pandemónium se encargaron de frustrarlas.

Las reformulo otra vez muy respetuosamentepara que el “AÑO CUATRICENTENARIO”, que ha debido ser declarado antes para que culminara hoy, sea declarado para que comience hoy. Pero no para que termine cuando cumplamos los quinientos años,  sino el año que viene. 

Las resumo así:

Lo primero que debemos hacer es, con la aprobación y el permiso de las autoridades eclesiásticas, lo cual solicitamos muy respetuosamente, colocar en nuestra imponente Catedral, una placa de mármol o de bronce con el fragmento del único documento alusivo conocido, el cual dice textualmente: 

“…en dieciócho días del mes de noviembre del año de mil seiscientos y veinte, el dicho juez y cómisario eligió y fundó otra iglesia con el advocación y nombre de Señora Santa Inés y en el pueblo fundado de Nuestra Señora de La Victoria en el principio del valle de Aragua diez leguas de esta ciudad, poco más o menos”.

 

Esta es nuestra “Partida de Nacimiento”.

Segundamente, apoyar a nuestras autoridades eclesiásticas, Sociedades religiosas e instituciones civiles,  en su iniciativa por crear las nuevas parroquias eclesiásticas del Tuy Arriba, Sabaneta, Aragua Arriba, Pao de Zárate, Guacamaya, El Calvario,  Zuata, y otras a que haya lugar,  que sea creada la “Diócesis de La Victoria”, desmembrada de la de Maracay.  Comenzar  las diligencias ante las autoridades eclesiásticas para que nuestra Santa Iglesia Matriz sea elevada a la condición de Basílica Menor de Nuestra Señora de Guadalupe, y se cree el “Museo Diocesano de La Victoria”.

Como quiera que es el cuatricentenario de la iglesia y de la ciudad, propongo que se continúen las gestiones hasta culminar la creación de la parroquia civil del centro o Parroquia Juan Vicente Bolívar que abarca el Casco Histórico de la ciudad.

Que se comience el reacomodo del mobiliario urbano así: Que se destine progresivamente el Palacio de Campoelías,declarado Monumento Histórico Municipal en 1991 a “Museo Histórico de la Ciudad de La Victoria”.  

Que se gestione con el Ministerio del Poder Popular para la Defensa, la conversión por etapas, del Monumento Histórico Nacional Cuartel Mariano Montilla, en el “Museo de Historia Militar de La Victoria” lo cual ya fue aprobado por el Comandante General del Ejército.

Que el Monumento Histórico Nacional Casa de Mariño vuelva a albergar en su seno al Centro de Historia de la Ciudad de La Victoria de la cual fue “echado” y su biblioteca desmantelada, creyendo que eso era revolucionario.

Que se adquiera para la ciudad la “Casa de la Mascota” o “Casa de la Capitulación”, donde terminó la Campaña Admirable, nació la Segunda República en 1813 y se conocieron Bolívar, Sucre y Mariño en 1814. Que se la declare Monumento Histórico Nacional, se la restaure y sea convertida en el “Museo de la Segunda República”.

Que se adquieran para la ciudad la “Casa Natal del ilustre Prócer Ramón García de Sena”, la Casa  Natal del poeta Sergio Medina, la “Casa del Marqués de Ustáriz” o “Casa de la Presidencia” donde funcionaron el Colegio Federal de Varones, la Presidencia del Estado Aragua, la Prefectura y el “San Vicente de Paúl”, primer Hospital fundado por la Madre María de San José;

Que se culmine la restauración del “Teatro Municipal José Félix Ribas”, de la “Plaza de Toros Nuevo Circo de La Victoria”, y La Gallera”, destinada a construir el Museo Taurino y un espacio cultural.

Que se cree el propuesto Instituto Municipal de Folklore del Baile de La Llora y del Arpa Aragüeña”.                                                                                  Que se amplíe la Casa de la Cultura de La Victoria con la incorporación de la “Casa de Camacho”,adquirida en 1991 con esa finalidad. 

Que se estudie con la participación de todos los interesados, la posibilidad (léase bien: “estudiar la posibilidad”) de convertir el edificio del Mercado Municipal en el Gimnasio Cubierto de La Mora el más grande Gimnasio Cubierto del Municipio. 

Que se estudie y ordene la situación legal de los terrenos baldíos de la ciudad.  

Que se estudie la posibilidad de adquirir elWhite Tower para ser utilizado como sede de Dependencias de la Municipalidad. 

Que se construyan las Tribunas Laterales del Estadium Francisco de Miranda y se construya una Manga de Coleo contigua al Parque de La Estación. 

Que se construyan Baños Públicos en la Plaza Ribas, en el Paseo Eugenio Arévalo donde estuvo la “Plaza de La Paz” para que pueda ser un destino turístico.

Que se modernice la vialidad de la Ciudad Cuatricentenaria con la construcción de las siguientes avenidas 1) “Universidad-La Mora-Tiquire-El Consejo”; 2) Las Mercedes-Tiquire-El Consejo (por el norte o Cota Mil); 3) Intercomunal La Victoria-Zuata; 4) Intercomunal Zuata-San Mateo en acuerdo con el Municipio Bolívar; 5) Carretera Zuata-Cuesta de Las Mulas-Casupito; 6) Norte-Sur (El Calvario-Cementerio por El Recreo); 7) Que se repiense el disparate de la Avenida José Félix Ribas cuya construcción no le resuelve ningún problema vial a La Victoria y en cambio mutila el Parque de La Estación y el Cerro del Zamuro a un altísimo costo.

 

Que la ciudad asuma a plenitud con orgullo, a la Universidad Bolivariana de La Victoria,que se cree el “Orfeón Universitario de la Universidad Bolivariana de La Victoria” y la Estudiantina Universitaria y la construcción nuevos módulos de aulas, una “Aula Magna”, la “Biblioteca CentralUniversitaria”, la Piscina Olímpica, el “Gimnasio Cubierto”,  con miras a la construcción de la “Ciudad Universitaria de La Victoria”. 

Que la municipalidad adquiera en los alrededores de la Universidad Central de Venezuela un inmueble idóneo y establezca la RESIDENCIA ESTUDIANTIL “CIUDAD DE LA VICTORIA”. Que regentada por personal victoriano capacitado, albergue a nuestros estudiantes que eventualmente salen tarde o deben amanecer en sus aulas o laboratorios deban dormir en los pasillos de la universidad o en los baños de las facultades.

Que se gestione mancomunadamente con los Municipios Revenga, Santos Michelena, Bolívar y Mariño, la construcción de un Ramal del Ferrocarril que una al Eje Este “Las Tejerías-Sabaneta-El Consejo-La Victoria-San Mateo y La Encrucijada”, donde empalme con la red ferrocarrilera nacional Caracas-Valles del Tuy-Valencia-Puerto Cabello  y se incorpore el llamado Eje Este a la red ferrocarrilera nacional.

Que se dote de una sede digna al Ilustre Concejo Municipal. Su sede natural fue La Casa Amarilla, hasta que tuve el honor de mudarlo a un Palacio que había sido Residencia Presidencial del primer Caudillo del siglo XX. Debería regresar a una de sus dos sedes anteriores, cónsonas con su importancia como Poder Legislativo Municipal. 

 

Reeditar los materiales relativos a la historia de la ciudad y la región, a los SÍMBOLOS DE LA CIUDAD, distribución de ejemplares del Escudo de Armas, de La Bandera, del Pabellón de la Ciudad, de grabaciones del Himno de La Victoria y del “Himno Aragüeño” por tratarse también de un himno victoriano. Publicar LIBROS, TRIPTICOS, POSTALES, FOLLETOS Y DEMÁS PUBLICACIONES DIVULGATIVAS.             Convocar un CONGRESO DE HISTORIA con participación de las Academias, universidades, Centro Nacional de Historia, Centro de Historia de La Victoria y de los otros pueblos de la región y demás instituciones e historiadores. Con un temario que abarque los temas geo-históricos, la población precolombina, la conquista, la colonización, las encomiendas, la vida colonial, la independencia, la república, la economía regional, la fundación de la ciudad, su evolución demográfica, su evolución política y jurisdiccional, sus grandes acciones militares, sus luchas indígenas, el siglo XX, la pérdida de la capitalidad, la industrialización,  la educación, la iglesia, las luchas sindicales, las luchas políticas, la descentralización, creación de la Alcaldía, y el siglo XXI. Las ponencias serán publicadas posteriormente, por el Centro Nacional de Historia. (Esto debió hacerse en el año bicentenario de la batalla pero no se hizo pese a que había sido propuesto reiteradamente con la debida anterioridad.                                                                          SOCIEDAD DEL CRISTO DEL CALVARIO. La municipalidad debe apoyar económicamente a esta centenaria institución y a las de su misma índole que bien podrían funcionar como CASA DE LA CULTURA DEL NORTE.                                                                       LOGIA VICTORIA Nº 9.Fundada por el 

ilustre general Santiago Mariño, aparte de las funciones que le son propias, desarrolla programas sociales, que deben ser apoyados por la municipalidad, como por ejemplo, la creación dentro del Hospital José María Benítez, del Centro de Emergencia Pediátrica “Luis Rafael Núñez Mattei”, el cual sólo espera por apoyo económico para arrancar. 22) EFEMÉRIDES. La ciudad debe celebrarlas o conmemorarlas con el esplendor que merecen. Por ejemplo, puede invitarse a una reunión en la Plaza Ribas, a todos los descendientes del “Vencedor de los Tiranos” (son más de 200), quienes asistirían a un oficio religioso en nuestra Catedral, ofrendarían ante el monumento a su ilustre antepasado y  participarían en una sesión solemne del Ayuntamiento.                                                                        Creemos que LA JUNTA 12 DE FEBRERO  se debe designar anualmente tan pronto como la Junta anterior presente su Informe de Gestión, sin caer en la tentación de convertirla en Fundación de Ferias a imitación de otras ciudades con lo cual perdería su tradicional espontaneidad y creatividad y evitar que se repita el triste y bochornoso espectáculo del Parque de La Estación, restaurado por nuestro Luis Pastori y hoy convertido en un escombro, símbolo del abandono y la desidia.                                          ARCHIVO HISTÓRICO DE LA VICTORIA. Habiendo utilizado el inmueble que se adquirió con tal fin, con el noble propósito de dar albergue a “La Casa del Abuelo”, se hace necesario destinar otro lugar para el Archivo Histórico donde reposen nuestros acervos documentales, fotográficos, traslados del Archivo General de la Nación, del Archivo Arzobispal de Caracas, de los Archivos de Indias de Sevilla y de la Real Audiencia de Santo Domingo, y de otros reservorios, que tengan relación con la ciudad y con el Valle de Aragua. 

SEÑALIZACIONES, que indiquen los nombres de las avenidas y transversales, así como de las esquinas. Señalizar (con una breve reseña histórica) inmuebles tales como “La Cárcel Real”, la “Casa de la Presidencia”, la casa de Diego de Hurtado y “El Edén”, el antiguo “Hotel Bolívar”, la casa de Don Adolfo Castro, La “casa de la Capitulación”,  etc.                                                                                                 TOPÓNIMOS Y NOMENCLATURA. Es necesario proteger la nomenclatura de la ciudad y especialmente los topónimos, ya quelos pueblos escriben su historia poniendo nombres pero existe una tendencia de introducir cambios caprichosos sin justificación alguna. Muchos de estos cambios son: pluralizar los nombres; por ejemplo: llamar “Las Guacamayas” a un lugar que tiene más de tres siglos llamándose “Guacamaya”  (en singular); llamar “Las Luisas” a una finca que siempre se llamó “La Luisa” (en singular): llamar “Los Maleteros” a la Quebrada de  Macuaya o de Maletero (en singular); llamar “Las Curías” a La Curía (en singular); llamar “Tejería” a Las Tejerías (en plural), señalizar como “Santa Rosa” a la hacienda “Santa Rosalía” pórque  se les acabó la pintura y la placa era muy pequeña“Estación” a la Hacienda “La Estancia”.  La salvaguarda de estos nombres es también necesaria por formar parte de la historia, de la tradición y de la identidad de nuestra ciudad.                                                  PUENTE GUZMÁN Y ACERAS ALTAS. Consolidar ambas estructuras, así como otras de igual naturaleza situadas  dentro de la ciudad y en la vía que conduce a Aragua Arriba, los cuales pueden ser convertidas a un mínimo costo en atractivos turísticos e históricos.                                                                                   Debe la municipalidad difundir la MÚSICA VICTORIANA. Incentivar el cultivo de las manifestaciones musicales propias de nuestra región, mediante cursos y concursos de creación e interpretación de nuestros bailes tradicionales, especialmente el baile de “La Llora” y la música de Arpa Aragüeña. Igualmente se puede difundir música vinculada a la ciudad como los bailes de Cuadrilla, Valses, Joropos, Polkas, bailes de tambor, canciones de serenata y música de retretas. “La Marisela” de Díaz Peña; el “Valse Venezolano” de Raúl Borges; “Mañanita Pueblerina” del Maestro Inocente Carreño; “Jamás te Olvidaré” de Manuel Guadalajara; “Pedro Miguel” del Maestro Arrieta; “La Victoria” de Román Martínez; “Claros de Luna” del Maestro Pedro Oropeza Volcán y otras piezas de igual calidad, podrían ser grabadas en un CD promocional de la municipalidad.

Debe la municipalidad difundir la Música Victoriana. Incentivar el cultivo de las manifestaciones musicales propias de nuestra región, mediante cursos y concursos de creación e interpretación de nuestros bailes tradicionales, especialmente el baile de “La Llora” y la música de Arpa Aragüeña. Igualmente se puede difundir música vinculada a la ciudad como los bailes de Cuadrilla, Valses, Joropos, Polkas, bailes de tambor, canciones de serenata y música de retretas. “La Marisela” de Díaz Peña; el “Valse Venezolano” de Raúl Borges; “Mañanita Pueblerina” del Maestro Inocente Carreño; “Jamás te Olvidaré” de Manuel Guadalajara; “Pedro Miguel” del Maestro Arrieta; “La Victoria” de Román Martínez; “Claros de Luna” del Maestro Pedro Oropeza Volcán y otras piezas de igual calidad, podrían ser grabadas en un CD promocional de la municipalidad. 

Debe la Municipalidad difundir la Literatura Victoriana. Dar a conocer mediante ediciones, recitales, concursos, conferencias a los grandes escritores locales como Luis Pastori, Sergio Medina, Rafael Briceño Ortega, Gonzalo Carnevali, Ángel Raúl Villasana, Jesús Alberto León Romero,Julio Páez, Eddie López Jaspe, Leopoldo Silva Salcedo; historiadores como Federico Brito FigueroaCarlos Julio Tavera-Marcano, Simón Heneique López, Francesco Carrabs; novelistas como Rafael Briceño y Carlos Andrade Villegas.

                                                                       CRONISTAS COMUNALES. Que en toda comunidad organizada, haya un cronista de la propia comunidad quién asesorado por el cronista municipal, el Centro de  Historia y el Centro Nacional de Historia, acopie los antecedentes históricos, tiempos coloniales, recientes poblamientos, propiedad de la tierra, latifundios, invasiones y legalizaciones posteriores, primeros pobladores, situación actual, como lo exigen el ordenamiento jurídico y educacional actual.

Bautizamos a un caminito de tierra que pasaba frente al Instituto Tecnológico, con el pomposo nombre de Avenida Universidadcuando aún no teníamos ninguna universidad. Ahora tenemos dos y ese caminito es una flamante avenida que pasa por una y termina en la otra pero le pusieron Avenida Bicentenaria sin que nadie sepa “Bicentenaria de qué”. Solicitamos que se le confirme el nombre de Avenida Universidad desde su comienzo hasta su final.

 

Señorías Ilustrísimas, Señoras y Señores:

Este histórico Temploerigido en honor de Santa Inés en 1620 tal día como hoy y  Consagrado Catedral en Honor de la Beatísima Virgen María de Guadalupe el 26 de febrero de 1967 por nuestro Amado Pastor Feliciano González Ascanio Segundo Obispo de Maracay, hoy espera su elevación a “Basílica Menor de Nuestra Señora de Guadalupe de La Victoria”, como el mejor y muy merecido Regalo de Cumpleaños. Cuatrocientos años de historia nos contemplan. 

Roguemos al Señor porque nuestras cinco advocaciones marianas sigan en los tiempos futuros, cubriendo con sus mantos a nuestra amada ciudad y a su gente y derramando sobre nosotros sus bendiciones por los siglos de los siglos.HE DICHO.