21 oct 2014

ESTUDIANTES SÍ, ESCLAVOS NO



Todos estuvieron de acuerdo en que vinieran los estudiantes a salvar la Patria y a enfrentarse a los soldados de Boves, pero  todos estuvieron en desacuerdo con que vinieran los esclavos,  porque después iban a querer ser libres y eso no contaba con la aprobación del Libertador. Al menos eso fue lo que dijeron los concejales de Caracas. Es oportuno el momento en que se están filmando muy buenas películas sobre Miranda, Bolívar, Boves y demás personajes históricos, para que discutamos sobre el por qué el pueblo venezolano no apoyó la independencia y en lugar de irse detrás del patriota Miranda, se fue detrás del realista Monteverde y acabó con la primera república, para luego, en lugar de irse detrás del patriota Bolívar, se fue detrás del realista Boves, para acabar con la segunda. Tal vez la clave del asunto esté en la negativa de los patriotas, a darles a los esclavos la libertad, la cual encontraban incorporándose a los ejércitos del rey. 

Un caso que tenemos muy cercano los victorianos es la negativa del cabildo de Caracas a enviarle al general Ribas un batallón de esclavos que él mismo había entrenado, alegando que esa conducta sería desaprobada por Bolívar. Oigamos directamente a los propios munícipes: “En la ciudad de Caracas, a catorce de febrero de mil ochocientos catorce, quarto de la rrepública, reunidos en cabildo ordinario los ciudadanos municipales, presidente y vocales que suscribirán, se trató y acordó lo siguiente: En este día, habiendo meditado sobre el proyecto que propuso el señor gobernador militar (el general Ribas) a este cuerpo, a donde tuvo a bien venir al intento, de remitir a reforzar nuestro exército de La Victoria el número de trescientos esclavos, recordaron dos razones poderosas que estiman impedir se llebe al cabo esta medida, y por tanto acordaron dirigir al ciudadano gobernador político el oficio del tenor siguiente: “La municipalidad ha meditado sobre el proyecto que propuso el señor gobernador militar de remitir a reforzar nuestro exército de La Victoria el número de trescientos esclavos de los que se hallan en esta capital, y ha recordado dos razones poderosas que impiden se llebe al cabo esta medida.


Uno de nuestros comandantes del llano para contrarrestar al mismo vandolero Bobes, que con esclavos alhagados con el cebo de la libertad había aumentado su pandilla, se resolvió a usar de algunos esclavos convidándolos a que se incorporaran en nuestro exército baxo la promesa de la libertad. Esta determinación, de que posteriormente dio parte el comandante a su excelencia el Libertador, fue absolutamente desaprobada por este supremo gefe. Creemos, pues, que aún no haya variado de este modo de penzar y que del mismo esté el señor comandante general que manda el exército de La Victoria, pues si no fuese así habrían ya aquellos gefes usado de los esclavos que hay en el partido de Valencia y de los que hubiesen podido de los valles de Aragua.

No sabemos que hasta ahora se haya tocado esta medida, la qual tiene también otros varios inconvenientes como es el de que los demás esclavos, acaso creyendo que sus compañeros que marchen al exército van a obtener su libertad, aspiren a esto mismo y de aquí resulte se disgusten y piensen en ir a buscar el ofrecimiento casa del enemigo. Estos fundamentos nos obligan a decir a vuestra señoría que conviene más echar mano de todos los hombres libres que todavía no faltan en esta capital y sus pueblos inmediatos, absteniéndonos por ahora de adoptar la medida expresada, en el concepto de que este cuerpo, es decir todos sus individuos se ofrecen al gobierno para salir al exército siempre que se estime necesario. Vuestra señoría hará de estas observaciones el uso que crea conveniente a la salvación de la patria, que es el principal y único interéz de esta corporación. Dios, etcétera. Caracas, catorce de febrero de mil ochocientos catorse”.       

Después de las heroicas defensas de La Victoria y San Mateo, cayó la Segunda República y tuvimos que esperar años para volver a empezar.    

 Pareciera como si Ribas hubiera sido el único revolucionario que hubo en esos primeros tiempos. Comprendió desde un principio que no bastaba con la independencia sino que hacía falta además una revolución. Pertenecía a la alta aristocracia terrateniente pero eso no le impidió presentarse el 19 de abril como representante... de los pardos. Usaba un gorro frigio, símbolo de los revolucionarios más radicales. En los albores de la Primera República encabeza una rebelión de negros y esclavos y luego se encarga de disciplinar el célebre Batallón Barlovento formado por mulatos, zambos, negros libres y esclavos. Lucha desde un comienzo por la abolición de la esclavitud y en esto se adelanta al propio Libertador. Su actitud antiesclavista fue rechazada por muchos “revolucionarios” de su época. No hay que olvidar que algunos de los libertadores seguían teniendo esclavos hasta 33 años después de la Batalla de Carabobo y 44 años después del 19 de abril.

Consciente de que había que incorporar a las grandes masas populares a la lucha, Ribas solicita que el ejército de estudiantes, seminaristas y soldados que lleva a La Victoria, sea reforzado con trescientos esclavos de los que se encuentran en Caracas. Así lo solicita al Cabildo y el catorce de febrero, cuando todavía no se han apagado los fuegos en nuestra ciudad, el ayuntamiento resuelve negar la solicitud. Prefirieron los ilustres cabildantes ofrecerse como soldados antes que correr el riesgo de enviar a los esclavos. Pensarían que buena es la libertad..., pero no tanta. 

Fue necesario que El Libertador después de sus conversaciones en solicitud de auxilio al presidente Petión, llegara decretando la abolición de la esclavitud, para que las grandes masas, huérfanas con la muerte de Boves y que habían encontrado un nuevo caudillo llamado José Antonio Páez, cambiaran la flecha y fuera a luchar por la libertad de la Patria y por sus propias libertades, en el campo inmortal de Carabobo.

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