8 jun 2015

¿EL ÚNICO CULPABLE FUE BOLÍVAR?


Para muchos historiadores y analistas políticos, el único culpable de la separación de Venezuela de la Gran Colombia fue Simón Bolívar, por haber creado un inmenso país que iba desde Cumaná hasta Quito, sin medios de comunicación y en el cual hasta muchos años después, había pueblos que todavía no se habían enterado de que pertenecían a ese gigantesco nuevo estado. 


 El general Páez no separó a Venezuela de la Gran Colombia sino que Venezuela se separó sola, o para ser más exactos, nunca llegó a entrar de lleno. Comenzando porque cuando nos separamos, ya la Gran Colombia no existía; apenas quedábamos unidos las Provincias de Venezuela y la Nueva Granada. Allí no estaban ni el Perú, ni Bolivia, ni Ecuador. Además, recibíamos de buena gana las órdenes que venían firmadas por el Presidente que era Bolívar, pero no así las que enviaba el Vicepresidente.


Por otra parte eximen de culpas al general Páez quien supo interpretar y galopar el sentir colectivo del pueblo de Venezuela. Tanto, que desde que se iniciaron los acontecimientos separatistas de la Cosiata, comenzó a hacerle llamados al Libertador para que viniera él mismo a contener personalmente el movimiento, lo cual hizo Bolívar en 1827, cuando ya casi todo estaba perdido. En ese año que fue el último en que Bolívar vino a Venezuela (pasó en los primeros días de enero por La Victoria), además de tomar decisiones de gobierno para toda Colombia, también las tomó para resolver asuntos locales como fue por ejemplo cambiar las leyes universitarias no sólo para que la nuestra dejara de ser Real y Pontificia (del Rey y del Pontífice) para convertirla en una universidad republicana (Fue quien le puso el nombre de Universidad Central), sino también para que los pardos y los médicos pudieran ser rectores y entonces puso a Vargas que era pardo y era médico. 


Páez no separó a Venezuela de la Gran Colombia sino que Venezuela se separó sola. Comenzando porque cuando nos separamos, ya la Gran Colombia no existía, ya se había ido todo el mundo y apenas quedaban unidas Venezuela y la Nueva Granada. Y para ser más exactos, creemos que no fue que nos separamos sino que nunca entramos del todo. No nos gustaba depender de Bogotá; obedecíamos las órdenes que venían firmadas por el Presidente que era El Libertador, pero nó, las que venían firmadas por el Vicepresidente. Por eso decían los viejos que Bolívar nos había independizado de los españoles y Páez de los bogotanos. En este punto hay que recalcar lo que ya hemos dicho muchas veces de que la inmortal Batalla de Carabobo no nos hizo una “Patria independiente, libre y soberana” como siempre se repite, porque cuando ocurrió (1821), teníamos dos años formando parte de una Patria mayor que era la Colombia que nuestro Libertador había creado en Angostura en 1819.


El sueño de Bolívar era Colombia (la Grande) de la cual formara parte Venezuela. Pero no una Venezuela separada sino integrada. La República de Venezuela se constituyó en 1830 “contra” la expresa voluntad del Libertador. 


Para algunos Colombia fue un proyecto militar. Cuando España terminó de echar de su territorio a los franceses, quedaron en la península cuatrocientos mil soldados sin oficio. Ya la Guerra de Independencia de España contra Francia había terminado y Bolívar que era un conocedor de los clásicos militares y de la historia, sabía que con solo dieciséis mil hombre, El Pacificador Pablo Morillo había reconquistado a toda la Provincia de Venezuela que se mantuvo nuevamente bajo el poder español durante más tiempo de lo que duraron la Primera y la Segunda Repúblicas juntas. 

Entonces, debió pensar El Libertador: ¿Qué no podrán hacer con cuatrocientos mil hombres? Hubieron podido reconquistar toda la América que luchaba por consolidar sus independencias. Entonces armó lo que los amantes del futbol llamamos “una defensa alemana”. Creó un gran frente dirigido por los hombres que hubieran derrotado a los españoles: Juan José Flores, Antonio José de Sucre, José Antonio Páez en Venezuela y él mismo se puso en Bogotá; hasta que se dio cuenta de que esa temida invasión no se produciría y dejó que la Gran Colombia muriera de muerte natural.   Y no solo eso, sino que aconsejó al general Páez sobre lo que debía hacer cuando se produjera la inevitable ruptura. Se fue convencido de que nadie apoyaba su proyecto inicial. Creyó siempre en dos líneas gruesas (como decimos ahora) que fueron “la independencia” y “la unión”. Sabía que tres siglos “bastaban” para tomar las riendas de nuestros propios destinos pero que desunidos seríamos presa fácil de las amenazas que nos acechaban. Por eso insistía tanto en la unión; no en una sola república, sino en “una nación de repúblicas”. Por eso sus últimos votos son por la unión. Desgraciadamente los gobernantes de “campanarios de aldeas” que nos gobernaron no supieron ni entender ni defender su proyecto. 


En alguna parte de su “Diario” dice Sir Robert Kerr Porter que cuando el general Bolívar se fue para siempre el 5 de julio de 1827, llevaba en el rostro la tristeza de la despedida de sus sueños. Había trabajado todos los días, reuniéndose con personas de todos los pueblos, de todos los oficios, de todos los niveles, de todos los pensamientos y no había encontrado a ninguno que apoyara la permanencia de Venezuela unida a Colombia y hasta hubo quien le reprochara el haber puesto de capital a Bogotá y no a Caracas o haberse quedado gobernando desde Angostura. Alguien dijo que prefirió a Bogotá, porque allá existía una verdadera aristocracia, una verdadera oligarquía, por haber sido la capital de un Virreinato (lo cual en Caracas no existía) y que además, en Bogotá “las mujeres eran blancas”.


Es necesario revisar todos los incidentes, antecedentes y acontecimientos que precedieron a la disolución de Colombia para no seguir echándole la culpa “a la ambición de Páez”. De no ser por el general Páez, probablemente nuestros últimos presidentes no hubieran sido Hugo Chávez y Nicolás Maduro sino Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos. Por eso no entendimos el por qué lo querían sacar del Panteón Nacional. 


Como vemos, historiadores y analistas han opinado en formas tan diversas sobre los acontecimientos que nos dieron una Patria Libre, Soberana e Independiente; pero en general sobre esos asuntos se discute poco; el tema político lo absorbe todo mientras en los aspectos históricos hay tanto que decir.

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