Un
19 de abril de hace más de treinta años, tuve el honor de ser invitado a esta
misma plaza, a conversar sobre un aniversario más de aquel primer paso
definitivo que dimos hacia nuestra independencia y comencé mis palabras
pronunciando una frase afortunada que ha sido repetida muchas veces con
distintas redacciones; dije entonces: “Por Las Tejerías comienza el claro
amanecer aragüeño”. Hoy, cuando me encuentro más cerca de los atardeceres que
de los amaneceres, debo completar, diciendo que por Las Tejerías comienzan
también, el fresco atardecer y el estrellado cielo de los anocheceres
aragüeños. Y es que Las Tejerías es tierra de finales y de comienzos; fue el
último pueblo en fundarse en el antiguo Distrito Ricaurte; porque La Victoria y
San Mateo son de los siglos XVI y XVII; El Consejo del siglo XVIII; La Colonia
Tovar del siglo XIX y Las Tejerías, el único del siglo XX.
El general Guzmán Blanco
manifestó su regocijo al vanagloriarse de que aquí había culminado la mejor
obra de vialidad de su gobierno: la carretera Los Teques-Las Tejerías, porque
aquí terminaba la montaña y comenzaba el hermoso Valle de Aragua. Y
precisamente hoy, con la inauguración de esta estatua, comienza aquí, la reivindicación del Bolívar
Civil; del hombre de carne y hueso que tuvo la visión y el coraje que eran
necesarios para que tuviéramos una patria y una nacionalidad. No se trata de
quitarle el uniforme, ni de bajarlo del caballo, ni de despojarlo de la espada;
sino de echarlo a andar a pie, entre nosotros, como un paisano más del pueblo,
para poder escuchar mejor lo que nos sigue diciendo cada día.
Ya
todo lo que se podía decir del gran guerrero, se ha dicho. Lo que se podía
analizar del genial estadista, ya estás analizado. Sobre cada uno de sus
discursos, de sus proclamas, de sus constituciones, de sus cartas, de sus
libros, de sus frases, se han escrito tratados enteros; pero cuando hacemos
abstracción de sus glorias, apartamos sus triunfos y sus derrotas, ponemos a un
lado los países que libertó, sus proyectos, sus
predicciones y todas las tareas que nos dejó encomendadas para que
completáramos nosotros, entonces, es cuando queda Bolívar innumerable para
rato.
Al
verlo así, vestido de civil como cualquiera de nosotros, de paisano, nos
topamos con un personaje que nos sorprende y nos sobrecoge porque lo
encontramos parecido a cualquiera de nosotros, con todas las grandezas y
debilidades que puede tener cualquiera de nosotros, porque como decía A.E.B.,
antes nos daba miedo acercarnos a él por temor de espantarle el caballo pero
así sentimos que mientras más nos acerquemos a él, él se acercará más a
nosotros. No es lo mismo verlo de lejos entre charreteras y espadas que
sentirlo de cerca entre alpargatas y sombreros de cogollo. Y es en la intimidad
donde podremos palpar de cerca, su
inmensa grandeza.
Este
Simón Bolívar íntimo tiene múltiples aspectos desconocidos que nos interesan
para conocer mejor al ser humano que está detrás de tanta gloria y de tanta
grandeza. Se convierte en ese buen amigo que todos queremos tener, con quien
queremos andar de ahora en adelante. Para conversarle, confiarle nuestros
secretos, oírlo, pedirle que nos ayude a aclarar hechos históricos, reclamarle,
leer lo que escribió para nosotros y ayudarlo a completar su obra. Este Bolívar
civil nos permite saber de sus amores, de sus lecturas, de sus miedos, de su fe
religiosa, de los hijos que se le
atribuyen, de sus amigos personales, de la relación con sus familiares y en
fin, hablar con él de lo que no se puede hablar públicamente y menos en un
discurso. Preguntarle si ese culto exagerado a su personalidad lo creó él
mismo, como dicen algunos historiadores o si fueron sus adulantes o quienes
utilizaron su memoria para sacarle provecho después de la independencia
dividiendo a los venezolanos en bolivaristas y anti bolivaristas.
Cuando recibí la gentil
invitación que me formularan don Alberto González Presidente de la Cámara, los
demás integrantes del Ilustre Concejo Municipal y nuestro Alcalde don Alcides
Martínez, me entusiasmó la posibilidad de conversar sobre un tema relacionado
con el Bolívar sin uniforme, sin charreteras, sin la espada en la cintura y
vestido como está aquí, hecho de pueblo desarmado. Porque nos acostumbraron a
verlo como un semidiós de quien no se podía decir sino únicamente lo que estaba
en los libros, la verdad oficial; so
pena de ser condenados como antipatriotas o como anti bolivarianos. Me costó un
poco imaginármelo de civil en nuestro país que es tan militarista. Todos
nuestros caudillos han sido militares y las pocas actuaciones civiles, se han
militarizado después. El 19 de abril de 1810 en el Cabildo de Caracas no había
militares salvo dos o tres, del ejército del Rey, pero quienes hoy lo celebran
son los militares. Nuestra fecha magna, el 5 de julio de 1811 fue un acto
eminentemente civil, pero quienes lo celebran son los militares. A los pocos
presidentes civiles eminentes como el doctor José María Vargas, el doctor
Raimundo Andueza Palacio, don Pedro Gual o don Rómulo Gallegos, los han tumbado
los militares. Por eso me parece extraño ver a un Simón Bolívar vestido de
civil.
Pero
todos los venezolanos tenemos alguna curiosidad, alguna pregunta que hacerle.
Pensé que lo primero que yo le preguntaría sería: ¿que opina del uso
desmesurado que se ha hecho de su nombre, poniéndoselo a todo, creyendo que con
eso se agiganta su gloria? Si vamos a hacer un torneo de bolas criollas creamos
la “Junta Bolivariana de Bolas Criollas”; o el “Comité Bolivariano de Toros
Coleados”, o la “Junta Bolivariana 12 de Febrero”. Y que piensa él, que tan
generoso y magnánimo fue en reconocer los méritos de sus subalternos, al mirar
como al Nombre más Ilustre de cualquier municipio, se le anteponga el
cognomento de “Bolivariano”. Cuando se me consultó si estaba de acuerdo con que
se le pusiera a mi municipio el nombre de “Bolivariano”, dije que sí, pero con
la condición de que le quitáramos el nombre de José Félix Ribas. Y hemos
llegado al extremo de anteponérselo a municipios que llevan su mismo nombre;
solamente en Aragua tenemos un municipio que se llama “Bolivariano Libertador”
y lo que es peor, otro que se llama “Bolivariano Bolívar”. Imagino la respuesta
de quien conocía el idioma castellano a la perfección y en cuyos escritos es
imposible conseguir una redundancia.
O
tal vez de cómo hemos convertido al hombre transparente que era, en un héroe
opaco con cuyo nombre tapamos todo lo que hay detrás de él; en El Consejo se
creó un C.D.I. con el nombre de una meritoria enfermera que dedicó 40 años de
su vida a crear Patria curando enfermos y socorriendo a la gente del pueblo;
llegaron unos médicos, henchidos de patriotismo enfermizo, le quitaron el
nombre de la enfermera y le pusieron “C.D.I. Simón Bolívar”, con lo cual no le añadieron ni un
milímetro a la gloria del Libertador que ya la tiene toda, pero condenaron a la
enfermera al olvido. Igual pasó en una escuela a la que la comunidad bautizó
con el nombre de la abnegada maestra que creó Patria dando clases gratuitas en
su casa durante 40 años y llegaron otros patrioteros y le pusieron el nombre de
Francisco de Miranda Ya hoy nadie recuerda cómo se llamaba la maestra.
Pensé:
hablarle de sus conversaciones con las
esclavas y las sirvientas de su casa, quienes tanto le enseñaron y le
permitieron conocer al llamado pueblo bajo con sus creencias y sus
supersticiones; de su fuga de la casa de su tío Carlos Palacios, de sus amores
con su querida prima Fanny y con la esposa
de don Mariano de Tristán en Bilbao, de sus despechos y sus intentos de
suicidio. De los cocineros peruanos que se trajo en su última venida a Caracas
en 1827 para que conociéramos el chupe peruano de gallina, las papas arrugadas
y el ceviche.
Bolívar nunca estuvo en Las Tejerías porque este pueblo no existía (se
fundó 78 años después de su muerte), pero si debió andar por estas tierras que
ya tenían ese nombre, porque su abuelo Feliciano Palacios tenía por aquí una
hacienda llamada “La Fundación” que después heredó su hija Josefa Isidra, casada
con José Félix Ribas. Pero ahora lo tenemos entre nosotros y debemos aprovechar
de preguntarle si realmente el único culpable de la separación de Venezuela de
la Gran Colombia fue él mismo, por haber creado un inmenso país que iba desde
Cumaná hasta Quito, sin medios de comunicación, O si Colombia fue un proyecto
militar porque como buen visionario del futuro y conocedor del pasado, pensaría
que si el Pacificador Pablo Morillo, con 16.000 hombres dominó el país y lo
mantuvo bajo el dominio de la corona española por más tiempo de lo que duraron
la Primera y la Segunda Repúblicas juntas, entonces: ¿Qué no podrían hacer con
cuatrocientos mil hombres? Tal vez reconquistar a América y por eso creó un gran frente dirigido por los hombres que
habían derrotado a los españoles: Juan José Flores, Antonio José de Sucre, José
Antonio Páez en Venezuela y él mismo se puso en Bogotá; hasta que se dio cuenta
de que esa temida invasión no se produciría y dejó entonces que la Gran
Colombia muriera de muerte natural. O si cuando Venezuela se separó ya la Gran
Colombia no existía; apenas quedábamos unidos las Provincias de Venezuela y la
Nueva Granada. Allí no estaban ni el Perú, ni Bolivia, ni Ecuador. ¿Realmente aconsejó al general Páez sobre lo
que debía hacer cuando se produjera la inevitable ruptura y Venezuela tomara
las riendas de su propio destino?
¿Es
cierto que la inmortal Batalla de Carabobo no nos hizo una “Patria
independiente, libre y soberana” como siempre se repite, porque cuando ocurrió
(1821), teníamos dos años formando parte de una Patria mayor que era la
Colombia que él había creado en Angostura en 1819?
Hay
que preguntarle si su verdadero sueño era Colombia (la Grande) y que Venezuela
se hizo Patria independiente y soberana “contra su expresa voluntad” en 1830
cuando se separó de Colombia. Que si es verdad que él nos independizó de los españoles y Páez de
los bogotanos.
¿Es
cierto que su pensamiento y su acción estuvieron guiados por lo que hoy
llamamos “dos líneas gruesas” que fueron la Independencia y la Unión? Porque
300 años bastaban pero que desunidos seríamos presa fácil de las amenazas que
nos acechaban. Desgraciadamente los gobernantes de “campanarios de aldeas” que
nos gobernaron no supieron ni entender ni defender su proyecto.
¿Se
sentía mejor en Bogotá donde había una verdadera aristocracia por haber sido
capital de un Virreinato (lo cual en Caracas no existía) y porque además, en
Bogotá “las mujeres eran blancas”?
Lo
que yo propongo muy respetuosamente ante Ustedes, es que comencemos por Las
Tejerías, un gran debate público sobre aspectos conocidos, desconocidos o poco
conocidos del Libertador y sobre el uso y el abuso que estamos haciendo de su
sagrado nombre y de su historia hoy en día tan alterada.
Me
gustaría preguntarle su opinión sobre esas bellas películas donde se baja de un
barco, erguido y lleno de vida, quince días antes de morirse y si es verdad que
cuando pasa por la casa del español Marqués de Mier quien le brinda la
hospitalidad que le niegan sus paisanos y que tanta falta le hace para morir
tranquilo, se baja de la calesa tambaleante y cuando la Marquesa de Mier lo
reprende, él le dice: “Señora, aun me quedan fuerzas para besar su mano”. Ese
es ese que está ahí. De su nuevo rostro hecho por los científicos que en nada
se parece al que pintaron los pintores que lo conocieron para los cuales posó,
ya hemos hablado.
Si lo tuviera enfrente le preguntaría: ¿Por qué
mandó a su sobrino Fernando a educarse en los Estados Unidos, y encargó al general Carlos Soublette, de
arreglar lo relativo al viaje, primero al colegio de Filadelfia y luego a la
Universidad de Jefferson en Virginia, a
la que le envió instrucciones de cómo educarlo, estudiando la historia desde
los hechos más recientes hasta los más antiguos y ordenando “enséñenlo a bailar
porque el baile es la poesía del movimiento?
¿Es cierto que el 5 de julio de 1827
cuando partió por última vez de su Caracas natal, se fue con la tristeza de no
haber encontrado a nadie que apoyara la
permanencia de Venezuela dentro de la Gran Colombia, que hasta hubo quien se
atreviera reclamarle por qué puso de capital a Bogotá y no a Caracas o a la
misma Angostura y que instruyó al general Páez sobre lo que debía hacer cuando
se produjera la inevitable ruptura? ¿Es
cierto lo que afirma en sus memorias Carmelo Fernández, que cuando la huída a
Oriente en 1814, algunas familias pasaron de Cumaná a Angostura y de allá,
cuatro se fueron para Achaguas y que en una de esas familias tuvo Usted una
hija llamada Clorinda del Toro cuya madre casó luego con un victoriano llamado
Manuel García de Sena quien varios años después reconoció a la niña, quien casó
con el general Manuel Antonio Carreño (el autor de la Urbanidad de Carreño) y
es la madre de la gran pianista Teresa Carreño García de Sena y del Toro quien
sería su nieta?
Usted cambió los Reglamentos de la
Real y Pontificia Universidad de Caracas y le cambió el nombre por el de
Universidad Central de Venezuela para que los pardos y los médicos pudieran ser
rectores, para poner en el cargo al sabio doctor José María Vargas quien era
médico y era pardo. Ahora bien, el Congreso de Valencia que separó a Venezuela
de Colombia lo presidió el doctor Vargas. ¿Lo había traicionado o seguía sus
instrucciones? Porque Usted en su testamento lo nombra Su Albacea.
La
herencia más cuantiosa que Usted recibió se la dejó su primo Juan Félix
Xerez de Aristeguieta pero con la condición de que debía estar casado y ponerle
a sus hijos el apellido Xerez de Aristeguieta. Eso le impidió reconocer a sus 5
hijos que fueron dos hembras y tres varones, dos nacidos en Europa y tres en América,
lo que sí hizo con los de su hermano Juan Vicente, muerto en un naufragio. ¿Es
cierto? Fue realmente Usted el padre de Flora Tristán y en consecuencia el
bisabuelo del pintor Gauguin?
Son demasiados temas que quisiéramos
hablar en la intimidad con nuestro Padre
de la Patria, porque si lo hacemos en público, corremos al menos el riesgo de
que se nos considere anti bolivarianos o traidores a la Patria. Podemos estar
en desacuerdo hasta con Jesucristo y hacerle críticas pero si se las hacemos a
Bolívar, podemos ser excomulgados y el cambio de esa actitud, debe comenzar
también, hoy, por Las Tejerías. Pero por favor General, acompáñenos en esas
tertulias o discusiones para que sea Usted mismo con su magnanimidad, quien
salve y proteja a quienes no estén de
acuerdo con Usted.
Dicho esto, voy a conversar sobre un
tema ya tratado por mí en una entrevista de prensa que me hizo hace varios años
la laureada periodista Licenciada Mercedes Carrillo Grau, tal vez el más íntimo
y personal; que es la posibilidad de que El Libertador no haya nacido hoy sino
el 28 de octubre.
Si hoy
preguntáramos: ¿en cuál fecha nació Bolívar?, nos responderían inmediatamente y
sin dudas, que el 24 de julio de 1783. Pero eso es hoy en día. Si esa misma
pregunta la hubiéramos formulado durante el antepasado siglo XIX y en parte del
pasado siglo XX, en cualquiera de los países que libertó su espada y aún más,
en su ciudad natal, nadie habría dudado en respondernos que El Libertador nació
el 28 de octubre. El propio héroe, sus familiares, sus amigos, sus oficiales y sobre
todo los pueblos, declararon el 28 de octubre, día de júbilo por ser el día en
que nació el Padre de la Patria. Probablemente, el Libertador Bolívar murió sin
saber a ciencia cierta, que había nacido el 24 de julio, tal día como hoy.
Durante toda su vida supo o creyó, o hizo creer a los demás o al menos permitió
que se creyera, que había nacido el 28 octubre. Alguien deberá algún día darnos una
explicación inteligente acerca del origen de esta confusión, que no sea la
simpleza de decirnos que ese es el día de San Simón, porque ciertamente, el 28
de octubre es el día de San Simón, pero cuando El Libertador lo celebraba, no
estaba festejando su santo, su onomástico, sino «su nacimiento».
Por mera
curiosidad hemos ido reuniendo más de doscientas evidencias probatorias de que durante más de 17 años, los
últimos 17 años de su vida, el propio héroe propició dicho festejo.
En documentos
oficiales (casi todos publicados en libros patrocinados por Venezuela y los demás países bolivarianos), en
artículos y noticias de prensa, en poemas, en información oral, en cartas y en
muchas otras fuentes, hemos encontrado datos que confirman este hecho.
Citaré sólo
algunos: La primera celebración pública de que se tenga noticia fue en 1813, a dos
meses de culminada la Campaña Admirable en La Victoria. Fiestas religiosas y
populares animan el día en ausencia del “cumpleañero” quien se encontraba en
San Mateo desde el día anterior, tal se evidencia de las correspondencias que
fecha y firma ese día. Lo más interesante es que los actos los ordena el Jefe
Militar de Caracas Mariscal de Campo
José Félix Ribas, futuro Vencedor de los Tiranos en La Victoria, quien era tío
del Libertador y su amigo de toda la vida. Ribas tenía siete años cuando nació
Bolívar y estaba casado con Josefa Isidra la hermana menor de doña Concepción y
debía conocer muy bien la fecha de nacimiento de su sobrino y amigo de
infancia. En 1817, se organiza en Angostura un Solemne Tedeum, parada militar y
fiestas populares. Existen dos comunicaciones mediante las cuales Bolívar
ordena la colocación de sillas en la Catedral e invita a la oficialidad a que
lo acompañen a las ocho de la mañana en su casa para salir juntos a los actos. En
1819 Francisco de Paula Santander preside grandes celebraciones en Bogotá por
ser “el natalicio” del Libertador. El 27 de octubre de 1820 El Cabildo de
Bogotá acordó que: “Por los grandes y continuados beneficios que nos ha
dispensado el Excelentísimo Señor Presidente, celebrar “el día felicísimo de su
natalicio” el 28, dirigiendo al Altísimo, con la mayor humildad, las debidas
preces”. En octubre de 1825, llegó Bolívar a la Villa Real de Potosí, a clavar
las banderas de La Libertad en el Cerro de Plata. Ocurrieron en esta ciudad
algunos de los más interesantes episodios de su vida privada. Años después
recordará: “Potosí tiene para mí tres recuerdos, allí me quité el bigote, allí
usé por primera vez un vestido de baile y allí tuve un hijo”. Pues bien,
prendado de los encantos de Joaquina Costas, madre de uno de los hijos que se le atribuyen, se publica un
Decreto en el cual dice: “Prolongo mi estadía en Potosí hasta el próximo 28, para
celebrar aquí mi cumpleaños”. El rumboso festín sirvió de marco para la lectura
de un extenso poema que comenzaba diciendo:
“Hoy Bolívar nació; jamás los siglos,
en
su larga carrera presentaron
un
día tan feliz: nació Bolívar...”
El 22
de octubre de 1826, el Dr. Cristóbal Mendoza, Primer Presidente de Venezuela,
dicta una Proclama en la que invita a la ciudadanía a celebrar “el cumpleaños
de Su Excelencia el Presidente, con una función de Iglesia en La Catedral, con
Misa y Tedeum, que ponga iluminación en las noches de la víspera y en el día
adorne los frentes de las casas. Caraqueños: Celebrad el día venturoso en que
vio la luz nuestro Libertador”. Y si alguien lo conocía bien era el doctor
Mendoza a quien había nombrado Gobernador Civil de Caracas y a quien le
escribió: “Yo vendré por delante conquistando y Usted vendrá por detrás
organizando”. Ese mismo día en Lima, el
General Santa Cruz organiza una Gran Fiesta Cívica con “…buen y abundante
champagne”. Brindaron por el “natalicio”, el Presidente del Consejo de
Gobierno, los Ministros, el Presidente de la Corte Suprema, el Cónsul de los
Estados Unidos, el de los Países Bajos, el de Su Majestad Británica y los
Embajadores.
El
General Juan José Flores, Presidente del Ecuador y su amigo personal desde la
juventud, saluda al Ejército en un día de Gloria para Colombia, tal es el 28 de
octubre de 1827, “natalicio del Libertador”. Ese mismo día en Bogotá, el propio
Bolívar sienta a su mesa a los representantes de la Iglesia colombiana,
encabezados por el Arzobispo, quien dirigió el primer brindis del “cumpleaños”. Al año siguiente, el 27 de octubre de 1828,
en la noche, se iluminó brillantemente toda la ciudad de Caracas, la Plaza
Mayor y “...el templo de la Gloria, en el que la música cívica ejecutó varias
piezas hasta el amanecer, cuando un repique general de campanas y 21 cañonazos
anunciaron la aurora del “día natal” del Gran Bolívar».
El
mismo día de 1829, al igual que en las otras ciudades de su gran patria, en
Girón Provincia de Pamplona, hay fiesta y pronuncia el Discurso de Orden el
Presbítero, doctor y Coronel José Félix Blanco, Prócer de la Independencia,
amigo de la infancia, vecino de cuadra y su pariente, por ser hijo de su prima
Belén Xerez de Aristeguieta, nativa de San Matheo. Habla de los horrores de la noche septembrina
y exalta lo que llama “el natal del grande hombre”. El mismo día, según recoge
la prensa, “El Jefe Civil y Militar de Caracas José Antonio Páez, decreta
ruidosos festejos populares en los que él mismo colea toros”. El Padre Borges
conocedor del tema, cuando pronunció el discurso inaugural de la Casa Natal del
Libertador en Caracas, dijo: “Yo me atrevo a creer que lo que el sentimiento
popular festeja sin saberlo y por instinto, el 28 de octubre, es la encarnación
del Genio de la Libertad, en el seno de una mujer venezolana”. (Entre el 28 de
octubre y el 24 de julio, hay nueve meses). Los astrólogos conocedores del
asunto afirman que los rasgos de carácter del Libertador corresponden más a un
nacido bajo el signo de Escorpio que a uno del signo de Leo.
Muerto
el Libertador en 1830, a la edad de 47 años (ó 48), se siguió celebrando el
cumpleaños en la fecha en que él lo celebró.
General:
cuando se da un primer paso, lo importante no es la distancia que se recorre
sino la dirección hacia la cual se apunta y un largo viaje comienza por un
simple paso al frente. Un paso corto en
la dirección equivocada nos puede llevar a un barranco. Hoy los tejerieños han
emprendido un emocionante viaje dando un largo paso en la dirección correcta y
por eso antes de felicitarlo a Usted y traerle cantos y flores, debo felicitar
a la Municipalidad; al señor Alcalde, al los Ilustres Concejales comenzando por
su presidente; al escultor y a todos los
que ayudaron a montarlo ahí, vestido así. Tal vez no se imaginan como será ese
viaje de fecundo y fructífero al comenzarlo desde donde mismo comienza “el
claro amanecer aragüeño”. Como todos los enigmas de la historia tienen muchas
probables causas, a los solos fines de iniciar una discusión, voy a proponer
una que podría estar equivocada pero que al menos sirve para analizarla y
discutirla. Tal vez sea la última vez que tengo el honor de ocupar esta tribuna
y debo aprovecharla para plantear un tema muy serio ante esta distinguida
concurrencia que tuvo esa feliz iniciativa.
General: Usted tuvo una tía llamada Luisa de Bolívar y
Ponte, hermana de su padre; casada con Martín Ignacio Xerez de Aristeguieta Y
Lovera Otáñez quien tenía un hermano llamado Miguel, muy conocido en Venezuela por
ser el padre de “Las Nueve Musas”, tenidas por las mujeres más bellas de
Caracas. Ambos eran herederos de una inmensa fortuna con casas opulentas en
Caracas y haciendas bellísimas, entre ellas una en San Matheo llamada “El
Palmar” que luego fue de los Ribas Herrera, luego de Panchita Ribas Palacios de
Vollmer y hoy de los herederos de don Gustavo Vollmer. Otra se llamaba
“Trapichito de la Santísima Trinidad”. Cuando venimos por la autopista de La
Encrucijada, vemos a la izquierda el moderno Central de El Palmar pero a la
derecha vemos el torreón viejo de la hacienda y más adelante, una casita bella
que hoy está en estado ruinoso. Allí nació Belén Xerez de Aristeguieta la
heroína de la independencia, a quien el pueblo de San Matheo debe honrar
olvidándose de que era rica y pertenecía a la aristocracia como casi todos
nuestros próceres.
El
origen de esta confusión es difícil de precisar y quién más ayudó a difundirla
fue Usted mismo y tal vez pueda tener su origen en lo siguiente: Que Bolívar haya
nacido el 28 de octubre de 1782 o antes, pero no fue bautizado oportunamente;
sino al año siguiente y por un motivo especial, cual era designarlo heredero, a
fin de quela fortuna de los Jerez de Aristiguieta y Bolívar quedara en manos de
la familia Bolívar y no de la familia Jerez.
Juan
Félix Jerez de Aristiguieta, el sacerdote que bautiza a Bolívar, es su primo
hermano. El primo Juan Félix, es hijo de su tía Luisa de Bolívar y Ponte,
hermana de don Juan Vicente; su esposo Martín (de los dueños de la Hacienda
Trapichito), murió en 1734; su hijo el sacerdote había nacido en 1732, o sea
que tenía 50 años cuando nació Bolívar, pero no tenía herederos; y no quería a
la familia de su padre sino a los Bolívar porque al morir su padre, su tío
Miguel se había apoderado de las inmensa fortuna y había “caribeado” a la viuda
de su hermano. No quedaron en la ruina porque ella también era rica, no
olvidemos que era una Bolívar y Ponte. Encontrándose enfermo el sacerdote,
muertos ya sus padres y su único hermano, sabía que a su fallecimiento (murió
dos años después), su fortuna pasaría a manos de sus familiares Jerez y no de
tos Bolívar como era su deseo y entonces bautiza a su primo y lo nombra su
heredero.
Probablemente,
el mismo Bolívar murió sin saber a ciencia cierta, que había nacido el 24 de
julio. Durante toda su vida supo o creyó, o hizo creer, o al menos permitió que
se creyera, que había nacido el 28 octubre. Debo aclararte que el 28 de octubre
es el día de San Simón, pero cuando El Libertador lo celebraba, no estaba
festejando su santo, su onomástico, sino «su nacimiento El principal documento
probatorio de que Bolívar nació el 24 de julio, es su partida de bautismo,
asentada en los libros de la Catedral de Caracas durante 1783. En ella
observamos varias curiosidades: la primen es que el oficiante no es el Cura
Titular de la Catedral sino el Presbítero Juan Félix Jerez de Aristiguieta,
primo hermano del bautizado, quien oficia con licencia concedida no por el
Titular sino del Teniente Cura Manuel Antonio Fajardo, lo cual no era usual en
actos donde participan figuras tan principales como eran los Xerez, los
Palacios y los Bolívar.
La otra
curiosidad es que todos los participantes en el bautizo mueren antes de que el
bautizado cumpla los 11 años. Veamos: el padre, el victoriano Juan Vicente de
Bolívar y Ponte muere el 19 de enero de 1786 cuando el hijo tiene dos años; la
madre muere el 6 de junio de 1792 (el hijo tiene 9 años); el padrino don
Feliciano Palacios y Gil de Arratia —y no Palacios y Sojo, como aparece en la
Partida— muere el 5 de diciembre de 1793 (10 años). Otro dato curioso es que
quien estampa el acta no conoce bienios datos de los participantes tal como se
observa del hecho siguiente: El apellido Palacios y Sojo no existía entonces en
Venezuela y allí se le atribuye al padrino ya la madre quien realmente es
Palacios Blanco.
Por
último, el padrino, el primo Juan Félix, hijo de Luisa Bolívar Ponte, hermana
de Juan Vicente, muere el 24 de diciembre de 1785 cuando su ahijado tiene dos
años. El 8 de diciembre (Día de la Inmaculada Concepción) del año anterior ha
establecido un vínculo mediante el cual su único heredero es su ahijado. Es
necesario señalar aquí que el Libertador recibió cinco cuantiosas herencias,
pero que la mayor de ellas, la que lo hizo inmensamente rico fue el vínculo de
La Concepción donde estaban La Casa del
Vínculo, aún en pie, diagonal con la Plaza Bolívar de Caracas, la Hacienda de
Yare, Las Minas de Aroa y un dineral en oro. Este vínculo está lleno también de
aspectos curiosos que deben ser estudiados: 1) No vincula al mayor de los
hermanos (Juan Vicente) quien era llamado a suceder. 2) No es un testamento
mediante el cual se deja una herencia sino un vínculo, figura poco usada en el
derecho español. 3) Entre las condiciones para que Bolívar entre en posesión de
los bienes se establece que deberá estar casado pero que si tiene hijos deberá
bautizarlos no con el apellido Bolívar sino con el apellido Jerez de
Aristiguieta (esto explica dos cosas: el porqué cuando solicita permiso para
casarse, Bolívar dice que está prendado de los encantos de una bella dama y
además es heredero de una inmensa fortuna, en cuya posesión sólo entrará luego
de haber contraído matrimonio. ¿El amor y el interés?) La otra cosa que
explica, es el hecho de que el Libertador nunca reconoció a sus hijos y en
cambio si reconoció a sus sobrinos Tinoco).
Surgen
varias preguntas: ¿Hubo interés en alterar la fecha de nacimiento del niño para
lograr fines hereditarios como por ejemplo el impedir que la fortuna acumulada
por el matrimonio Jerez de Aristeguieta Bolívar Ponte fuera a parar a manos de
los Aristeguieta y quedara en manos de los Bolívar?
Uno de
los juicios más ruidosos de la época es el que sostienen los parientes cercanos
de Bolívar por su tutela y en consecuencia por el manejo de su fortuna. Existe
un documento firmado el día que cumple 14 años, en el cual se afirma que nació
el 24 de julio pero por la redacción del mismo y por sus declaraciones posteriores
se prueba que no lo leyó; todo indica que lo redactaron los abogados. Hubo
forjamiento de la partida o sustitución de la misma? Todo ello debe ser
investigado a fondo porque en un hecho aparentemente anecdótico y sin
trascendencia, puede estar encerrado un conflicto de intereses entre dos
familias poderosas y cuyo protagonista fue sin presentirlo un hombre que había
nacido pan ser precisamente, un protagonista. Los Xerez pretenden adueñarse de la
fortuna del Primo de ambos, primero porque no estaba casado (era un niño), pero
después cuando se casa y enviuda, lo vuelven a demandar porque ya no está
casado, lo cual indica que nunca se conformaron con la decisión del primo
sacerdote. Pero una cosa dice esta partida aparentemente amañada y otra quienes
lo vieron nacer. Los familiares, los esclavos, las mujeres de servicio, sus
parientes, sus vecinos, luego los pueblos. Todos lo celebran el 28 de octubre,
desde las fiestas y piñatas infantiles,
hasta después de su muerte.
Esta no
es la primen vez que yo planteo este asunto en San Matheo; desde hace muchos
años, mucho antes de que el Ilustre Concejo Municipal tuviera el acierto de
designarlo Cronista Oficial de San Matheo, el distinguido Profesor
Universitario Víctor Rivero y yo hemos mantenido todos los 28 de octubre, un
diálogo público, primero en el Salón Parroquial y luego en la Casa de la
Cultura, durante los cuales exponemos los hallazgos que hemos hecho durante el
año. Le recomiendo a los estudiosos o interesados en el tema, la lectura de los
materiales del Cronista porque junto con los míos, representan la investigación
más seria hecha hasta ahora sobre este Bolívar bajo el signo de Escorpio.
Cabe
anotar que de haber nacido el 28 de octubre, lo fue de 1782 ya que no pudo
serlo de 1783 porque en julio ya aparece la Partida de Bautismo. De ser así,
para septiembre de 1782 doña Concepción Palacios tenía ocho meses de embarazo.
Pues bien, para esa época se encontraba en los Valles de Aragua y es improbable
que hiciera la travesía del Camino de la Gobernación, por el Tuy Arribas y “Las
Cocuizas”, durante varios días en tal
estado, para ir a dar a luz en Caracas.
Muerto
el Libertador en 1830, a la edad de 47 años (o 48), se siguió celebrando su
cumpleaños en la fecha que él celebró.
En 1842 el fidelísimo
General Rafael Urdaneta quien bien lo conocía, crea la Sociedad Boliviana de
Venezuela (luego llamada Sociedad Bolivariana) entre cuyos objetivos está “celebrar
el 28 de octubre de cada año el feliz natalicio de aquel ilustre caudillo de la
libertad Suramericana”. El 5 de marzo de 1846 se presenta al Congreso un
Proyecto de declaratoria del 28 de octubre como Fiesta Nacional por ser “el
natalicio” del Padre de la Patria. En la ley de 14 de marzo de 1849 se declara
la fecha Fiesta Nacional y así se mantiene durante todo el siglo XIX y
comienzos del Siglo XX hasta la Ley de Fiestas Nacionales de 1909 en la cual se
mantiene la tradición. Revisamos las colecciones de periódicos del siglo XIX y
en ninguno aparece el 24 de julio ni una misa ni un recuerdo, como sí el 28 de
octubre. Pudimos revisar en el Archivo del Congreso de la República todos los
documentos y al comienzo de cada año se declaran tres fechas de júbilo que son
el 19 de abril, el 5 de julio y el 28 de octubre. Nos encontramos igualmente
con la desagradable sorpresa de que un funcionario estúpido, seguramente basado
en el simple argumento de que “le dio la gana”, tachó con bolígrafo todas las palabras donde decía “cumpleaños” o
“natalicio” y puso arriba la palabra “santo u onomástico”, alterando los
documentos originales, tratando de enmendarle la plana al general Urdaneta y a
todos los demás.
Es el General Juan Vicente Gómez quien por la Ley del 19 de
mayo de 1918 decide instituir oficialmente como Festividad del Natalicio del
Libertador el 24 de julio, fecha en la cual también había nacido el Benemérito.
Pero una cosa decía la ley y otra el pueblo, una la disposición legal y otra la
sabiduría popular. El recordado periodista victoriano don Simón López y la dama
victoriana doña Elba de Martín me contaron que cuando estaban pequeños sus
padres los sacaban a pasear el día de sus cumpleaños por las calles de La
Victoria, para que vieran que el pueblo estaba embanderado porque ellos
cumplían años. En realidad las calles sí estaban embanderadas. Ambos nacieron
el 28 de octubre. El General Gómez gustaba referir muy orondo, que había nacido
el mismo día que el Libertador, que fue bautizado el mismo día (30 de julio)
que se llamaba igual que su padre (Juan Vicente) y que su santo era el día de
su mejor batalla (el día de San Juan, 24 de junio, día de la Batalla de
Carabobo). Sólo le faltaba decir que moriría el mismo día. Esta extraña
casualidad dio pie a que el pueblo venezolano malicioso y zamarro inventara una
copla que cantó en voz baja durante el gomecismo.
La Copla decía así:
POR EXTRAÑA
CIRCUNSTANCIA,
NACIERON EL MISMO DÍA
EL QUE LIBERTO A LA PATRIA Y EL
QUE LA TIENE FUÑÍA.
Señoras
y Señores: ese hombre que está ahí tiene su verdadero pedestal en el pecho de
cada venezolano y su sagrario en cada uno de nuestros corazones, pero desde
hoy, que emprenda desde aquí todos los años
en esta fecha, al menos para Aragua, un viaje vestido de civil, hacia la tierra
de sus antepasados; un viaje diferente desde este pueblo donde comienza “el
claro amanecer aragüeño”. Que visite “La Fundación” la hacienda de su abuelo y
de su tía Josefa Isidra, que en El Consejo visite “La Guadalupe” la hacienda de
su tía Paula Palacios donde redactó y firmó la ratificación de la abolición de
la esclavitud; que visite La Victoria, cuna de su padre, de su abuelo y de sus
bisabuelos y tatarabuelos Ponte; que pase por “La Concepción” donde su tío
Francisco Javier Ustáriz le redactó la Primera Constitución de la Segunda
República y que llegue a San Mateo, tierra de sus mayores y de sus hazañas.
Pidámosle que eche a andar, que nosotros
lo seguimos, porque Bolívar es uno solo; con uniforme militar o con traje de
civil; con la espada o con la pluma, haya nacido el 24 de julio o el 28 de
octubre.
DE TODAS MANERAS, POR SI ACASO:
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