24 jul 2015

DISCURSO 24 DE JULIO EN LA PLAZA BOLÍVAR DE LAS TEJERÍAS CON MOTIVO DEL NATALICIO DEL LIBERTADOR



Señoras y señores:
Un 19 de abril de hace más de treinta años, tuve el honor de ser invitado a esta misma plaza, a conversar sobre un aniversario más de aquel primer paso definitivo que dimos hacia nuestra independencia y comencé mis palabras pronunciando una frase afortunada que ha sido repetida muchas veces con distintas redacciones; dije entonces: “Por Las Tejerías comienza el claro amanecer aragüeño”. Hoy, cuando me encuentro más cerca de los atardeceres que de los amaneceres, debo completar, diciendo que por Las Tejerías comienzan también, el fresco atardecer y el estrellado cielo de los anocheceres aragüeños. Y es que Las Tejerías es tierra de finales y de comienzos; fue el último pueblo en fundarse en el antiguo Distrito Ricaurte; porque La Victoria y San Mateo son de los siglos XVI y XVII; El Consejo del siglo XVIII; La Colonia Tovar del siglo XIX y Las Tejerías, el único del siglo XX.                 

El general Guzmán Blanco manifestó su regocijo al vanagloriarse de que aquí había culminado la mejor obra de vialidad de su gobierno: la carretera Los Teques-Las Tejerías, porque aquí terminaba la montaña y comenzaba el hermoso Valle de Aragua. Y precisamente hoy, con la inauguración de esta estatua,  comienza aquí, la reivindicación del Bolívar Civil; del hombre de carne y hueso que tuvo la visión y el coraje que eran necesarios para que tuviéramos una patria y una nacionalidad. No se trata de quitarle el uniforme, ni de bajarlo del caballo, ni de despojarlo de la espada; sino de echarlo a andar a pie, entre nosotros, como un paisano más del pueblo, para poder escuchar mejor lo que nos sigue diciendo cada día.

Ya todo lo que se podía decir del gran guerrero, se ha dicho. Lo que se podía analizar del genial estadista, ya estás analizado. Sobre cada uno de sus discursos, de sus proclamas, de sus constituciones, de sus cartas, de sus libros, de sus frases, se han escrito tratados enteros; pero cuando hacemos abstracción de sus glorias, apartamos sus triunfos y sus derrotas, ponemos a un lado los países que libertó, sus proyectos, sus  predicciones y todas las tareas que nos dejó encomendadas para que completáramos nosotros, entonces, es cuando queda Bolívar innumerable para rato.

Al verlo así, vestido de civil como cualquiera de nosotros, de paisano, nos topamos con un personaje que nos sorprende y nos sobrecoge porque lo encontramos parecido a cualquiera de nosotros, con todas las grandezas y debilidades que puede tener cualquiera de nosotros, porque como decía A.E.B., antes nos daba miedo acercarnos a él por temor de espantarle el caballo pero así sentimos que mientras más nos acerquemos a él, él se acercará más a nosotros. No es lo mismo verlo de lejos entre charreteras y espadas que sentirlo de cerca entre alpargatas y sombreros de cogollo. Y es en la intimidad donde podremos  palpar de cerca, su inmensa grandeza. 

Este Simón Bolívar íntimo tiene múltiples aspectos desconocidos que nos interesan para conocer mejor al ser humano que está detrás de tanta gloria y de tanta grandeza. Se convierte en ese buen amigo que todos queremos tener, con quien queremos andar de ahora en adelante. Para conversarle, confiarle nuestros secretos, oírlo, pedirle que nos ayude a aclarar hechos históricos, reclamarle, leer lo que escribió para nosotros y ayudarlo a completar su obra. Este Bolívar civil nos permite saber de sus amores, de sus lecturas, de sus miedos, de su fe religiosa, de los  hijos que se le atribuyen, de sus amigos personales, de la relación con sus familiares y en fin, hablar con él de lo que no se puede hablar públicamente y menos en un discurso. Preguntarle si ese culto exagerado a su personalidad lo creó él mismo, como dicen algunos historiadores o si fueron sus adulantes o quienes utilizaron su memoria para sacarle provecho después de la independencia dividiendo a los venezolanos en bolivaristas y anti bolivaristas. 

Cuando recibí la gentil invitación que me formularan don Alberto González Presidente de la Cámara, los demás integrantes del Ilustre Concejo Municipal y nuestro Alcalde don Alcides Martínez, me entusiasmó la posibilidad de conversar sobre un tema relacionado con el Bolívar sin uniforme, sin charreteras, sin la espada en la cintura y vestido como está aquí, hecho de pueblo desarmado. Porque nos acostumbraron a verlo como un semidiós de quien no se podía decir sino únicamente lo que estaba en los libros, la verdad oficial;  so pena de ser condenados como antipatriotas o como anti bolivarianos. Me costó un poco imaginármelo de civil en nuestro país que es tan militarista. Todos nuestros caudillos han sido militares y las pocas actuaciones civiles, se han militarizado después. El 19 de abril de 1810 en el Cabildo de Caracas no había militares salvo dos o tres, del ejército del Rey, pero quienes hoy lo celebran son los militares. Nuestra fecha magna, el 5 de julio de 1811 fue un acto eminentemente civil, pero quienes lo celebran son los militares. A los pocos presidentes civiles eminentes como el doctor José María Vargas, el doctor Raimundo Andueza Palacio, don Pedro Gual o don Rómulo Gallegos, los han tumbado los militares. Por eso me parece extraño ver a un Simón Bolívar vestido de civil. 

Pero todos los venezolanos tenemos alguna curiosidad, alguna pregunta que hacerle. Pensé que lo primero que yo le preguntaría sería: ¿que opina del uso desmesurado que se ha hecho de su nombre, poniéndoselo a todo, creyendo que con eso se agiganta su gloria? Si vamos a hacer un torneo de bolas criollas creamos la “Junta Bolivariana de Bolas Criollas”; o el “Comité Bolivariano de Toros Coleados”, o la “Junta Bolivariana 12 de Febrero”. Y que piensa él, que tan generoso y magnánimo fue en reconocer los méritos de sus subalternos, al mirar como al Nombre más Ilustre de cualquier municipio, se le anteponga el cognomento de “Bolivariano”. Cuando se me consultó si estaba de acuerdo con que se le pusiera a mi municipio el nombre de “Bolivariano”, dije que sí, pero con la condición de que le quitáramos el nombre de José Félix Ribas. Y hemos llegado al extremo de anteponérselo a municipios que llevan su mismo nombre; solamente en Aragua tenemos un municipio que se llama “Bolivariano Libertador” y lo que es peor, otro que se llama “Bolivariano Bolívar”. Imagino la respuesta de quien conocía el idioma castellano a la perfección y en cuyos escritos es imposible conseguir una redundancia.

O tal vez de cómo hemos convertido al hombre transparente que era, en un héroe opaco con cuyo nombre tapamos todo lo que hay detrás de él; en El Consejo se creó un C.D.I. con el nombre de una meritoria enfermera que dedicó 40 años de su vida a crear Patria curando enfermos y socorriendo a la gente del pueblo; llegaron unos médicos, henchidos de patriotismo enfermizo, le quitaron el nombre de la enfermera y le pusieron “C.D.I. Simón  Bolívar”, con lo cual no le añadieron ni un milímetro a la gloria del Libertador que ya la tiene toda, pero condenaron a la enfermera al olvido. Igual pasó en una escuela a la que la comunidad bautizó con el nombre de la abnegada maestra que creó Patria dando clases gratuitas en su casa durante 40 años y llegaron otros patrioteros y le pusieron el nombre de Francisco de Miranda Ya hoy nadie recuerda cómo se llamaba la maestra.

Pensé: hablarle de sus conversaciones con  las esclavas y las sirvientas de su casa, quienes tanto le enseñaron y le permitieron conocer al llamado pueblo bajo con sus creencias y sus supersticiones; de su fuga de la casa de su tío Carlos Palacios, de sus amores con su querida prima Fanny y con la esposa  de don Mariano de Tristán en Bilbao, de sus despechos y sus intentos de suicidio. De los cocineros peruanos que se trajo en su última venida a Caracas en 1827 para que conociéramos el chupe peruano de gallina, las papas arrugadas y el ceviche.                                  

Bolívar nunca estuvo en Las Tejerías porque este pueblo no existía (se fundó 78 años después de su muerte), pero si debió andar por estas tierras que ya tenían ese nombre, porque su abuelo Feliciano Palacios tenía por aquí una hacienda llamada “La Fundación” que después heredó su hija Josefa Isidra, casada con José Félix Ribas. Pero ahora lo tenemos entre nosotros y debemos aprovechar de preguntarle si realmente el único culpable de la separación de Venezuela de la Gran Colombia fue él mismo, por haber creado un inmenso país que iba desde Cumaná hasta Quito, sin medios de comunicación, O si Colombia fue un proyecto militar porque como buen visionario del futuro y conocedor del pasado, pensaría que si el Pacificador Pablo Morillo, con 16.000 hombres dominó el país y lo mantuvo bajo el dominio de la corona española por más tiempo de lo que duraron la Primera y la Segunda Repúblicas juntas, entonces: ¿Qué no podrían hacer con cuatrocientos mil hombres? Tal vez reconquistar a América y por eso creó  un gran frente dirigido por los hombres que habían derrotado a los españoles: Juan José Flores, Antonio José de Sucre, José Antonio Páez en Venezuela y él mismo se puso en Bogotá; hasta que se dio cuenta de que esa temida invasión no se produciría y dejó entonces que la Gran Colombia muriera de muerte natural. O si cuando Venezuela se separó ya la Gran Colombia no existía; apenas quedábamos unidos las Provincias de Venezuela y la Nueva Granada. Allí no estaban ni el Perú, ni Bolivia, ni Ecuador.   ¿Realmente aconsejó al general Páez sobre lo que debía hacer cuando se produjera la inevitable ruptura y Venezuela tomara las riendas de su propio destino?

¿Es cierto que la inmortal Batalla de Carabobo no nos hizo una “Patria independiente, libre y soberana” como siempre se repite, porque cuando ocurrió (1821), teníamos dos años formando parte de una Patria mayor que era la Colombia que él había creado en Angostura en 1819?

Hay que preguntarle si su verdadero sueño era Colombia (la Grande) y que Venezuela se hizo Patria independiente y soberana “contra su expresa voluntad” en 1830 cuando se separó de Colombia. Que si es verdad que él  nos independizó de los españoles y Páez de los bogotanos.

¿Es cierto que su pensamiento y su acción estuvieron guiados por lo que hoy llamamos “dos líneas gruesas” que fueron la Independencia y la Unión? Porque 300 años bastaban pero que desunidos seríamos presa fácil de las amenazas que nos acechaban. Desgraciadamente los gobernantes de “campanarios de aldeas” que nos gobernaron no supieron ni entender ni defender su proyecto. 

¿Se sentía mejor en Bogotá donde había una verdadera aristocracia por haber sido capital de un Virreinato (lo cual en Caracas no existía) y porque además, en Bogotá “las mujeres eran blancas”? 

Lo que yo propongo muy respetuosamente ante Ustedes, es que comencemos por Las Tejerías, un gran debate público sobre aspectos conocidos, desconocidos o poco conocidos del Libertador y sobre el uso y el abuso que estamos haciendo de su sagrado nombre y de su historia hoy en día tan alterada.

Me gustaría preguntarle su opinión sobre esas bellas películas donde se baja de un barco, erguido y lleno de vida, quince días antes de morirse y si es verdad que cuando pasa por la casa del español Marqués de Mier quien le brinda la hospitalidad que le niegan sus paisanos y que tanta falta le hace para morir tranquilo, se baja de la calesa tambaleante y cuando la Marquesa de Mier lo reprende, él le dice: “Señora, aun me quedan fuerzas para besar su mano”. Ese es ese que está ahí. De su nuevo rostro hecho por los científicos que en nada se parece al que pintaron los pintores que lo conocieron para los cuales posó, ya hemos hablado.


Si lo  tuviera enfrente le preguntaría: ¿Por qué mandó a su sobrino Fernando a educarse en los Estados Unidos,  y encargó al general Carlos Soublette, de arreglar lo relativo al viaje, primero al colegio de Filadelfia y luego a la Universidad de Jefferson en  Virginia, a la que le envió instrucciones de cómo educarlo, estudiando la historia desde los hechos más recientes hasta los más antiguos y ordenando “enséñenlo a bailar porque el baile es la poesía del movimiento?                   

¿Es cierto que el 5 de julio de 1827 cuando partió por última vez de su Caracas natal, se fue con la tristeza de no haber encontrado  a nadie que apoyara la permanencia de Venezuela dentro de la Gran Colombia, que hasta hubo quien se atreviera reclamarle por qué puso de capital a Bogotá y no a Caracas o a la misma Angostura y que instruyó al general Páez sobre lo que debía hacer cuando se produjera la inevitable ruptura?  ¿Es cierto lo que afirma en sus memorias Carmelo Fernández, que cuando la huída a Oriente en 1814, algunas familias pasaron de Cumaná a Angostura y de allá, cuatro se fueron para Achaguas y que en una de esas familias tuvo Usted una hija llamada Clorinda del Toro cuya madre casó luego con un victoriano llamado Manuel García de Sena quien varios años después reconoció a la niña, quien casó con el general Manuel Antonio Carreño (el autor de la Urbanidad de Carreño) y es la madre de la gran pianista Teresa Carreño García de Sena y del Toro quien sería su nieta?
Usted cambió los Reglamentos de la Real y Pontificia Universidad de Caracas y le cambió el nombre por el de Universidad Central de Venezuela para que los pardos y los médicos pudieran ser rectores, para poner en el cargo al sabio doctor José María Vargas quien era médico y era pardo. Ahora bien, el Congreso de Valencia que separó a Venezuela de Colombia lo presidió el doctor Vargas. ¿Lo había traicionado o seguía sus instrucciones? Porque Usted en su testamento lo nombra Su Albacea.

La  herencia más cuantiosa que Usted recibió se la dejó su primo Juan Félix Xerez de Aristeguieta pero con la condición de que debía estar casado y ponerle a sus hijos el apellido Xerez de Aristeguieta. Eso le impidió reconocer a sus 5 hijos que fueron dos hembras y tres varones, dos nacidos en Europa y tres en América, lo que sí hizo con los de su hermano Juan Vicente, muerto en un naufragio. ¿Es cierto? Fue realmente Usted el padre de Flora Tristán y en consecuencia el bisabuelo del pintor Gauguin?

Son demasiados temas que quisiéramos hablar en  la intimidad con nuestro Padre de la Patria, porque si lo hacemos en público, corremos al menos el riesgo de que se nos considere anti bolivarianos o traidores a la Patria. Podemos estar en desacuerdo hasta con Jesucristo y hacerle críticas pero si se las hacemos a Bolívar, podemos ser excomulgados y el cambio de esa actitud, debe comenzar también, hoy, por Las Tejerías. Pero por favor General, acompáñenos en esas tertulias o discusiones para que sea Usted mismo con su magnanimidad, quien salve  y proteja a quienes no estén de acuerdo con Usted.

Dicho esto, voy a conversar sobre un tema ya tratado por mí en una entrevista de prensa que me hizo hace varios años la laureada periodista Licenciada Mercedes Carrillo Grau, tal vez el más íntimo y personal; que es la posibilidad de que El Libertador no haya nacido hoy sino el 28 de octubre.


Si hoy preguntáramos: ¿en cuál fecha nació Bolívar?, nos responderían inmediatamente y sin dudas, que el 24 de julio de 1783. Pero eso es hoy en día. Si esa misma pregunta la hubiéramos formulado durante el antepasado siglo XIX y en parte del pasado siglo XX, en cualquiera de los países que libertó su espada y aún más, en su ciudad natal, nadie habría dudado en respondernos que El Libertador nació el 28 de octubre. El propio héroe, sus familiares, sus amigos, sus oficiales y sobre todo los pueblos, declararon el 28 de octubre, día de júbilo por ser el día en que nació el Padre de la Patria. Probablemente, el Libertador Bolívar murió sin saber a ciencia cierta, que había nacido el 24 de julio, tal día como hoy. Durante toda su vida supo o creyó, o hizo creer a los demás o al menos permitió que se creyera, que había nacido el 28  octubre. Alguien deberá algún día darnos una explicación inteligente acerca del origen de esta confusión, que no sea la simpleza de decirnos que ese es el día de San Simón, porque ciertamente, el 28 de octubre es el día de San Simón, pero cuando El Libertador lo celebraba, no estaba festejando su santo, su onomástico, sino «su nacimiento».

Por mera curiosidad hemos ido reuniendo más de doscientas evidencias  probatorias de que durante más de 17 años, los últimos 17 años de su vida, el propio héroe propició dicho festejo.

En documentos oficiales (casi todos publicados en libros patrocinados por  Venezuela y los demás países bolivarianos), en artículos y noticias de prensa, en poemas, en información oral, en cartas y en muchas otras fuentes, hemos encontrado datos que confirman este hecho.                                                     
 Citaré sólo algunos: La primera celebración pública de que se tenga noticia fue en 1813, a dos meses de culminada la Campaña Admirable en La Victoria. Fiestas religiosas y populares animan el día en ausencia del “cumpleañero” quien se encontraba en San Mateo desde el día anterior, tal se evidencia de las correspondencias que fecha y firma ese día. Lo más interesante es que los actos los ordena el Jefe Militar  de Caracas Mariscal de Campo José Félix Ribas, futuro Vencedor de los Tiranos en La Victoria, quien era tío del Libertador y su amigo de toda la vida. Ribas tenía siete años cuando nació Bolívar y estaba casado con Josefa Isidra la hermana menor de doña Concepción y debía conocer muy bien la fecha de nacimiento de su sobrino y amigo de infancia. En 1817, se organiza en Angostura un Solemne Tedeum, parada militar y fiestas populares. Existen dos comunicaciones mediante las cuales Bolívar ordena la colocación de sillas en la Catedral e invita a la oficialidad a que lo acompañen a las ocho de la mañana en su casa para salir juntos a los actos. En 1819 Francisco de Paula Santander preside grandes celebraciones en Bogotá por ser “el natalicio” del Libertador. El 27 de octubre de 1820 El Cabildo de Bogotá acordó que: “Por los grandes y continuados beneficios que nos ha dispensado el Excelentísimo Señor Presidente, celebrar “el día felicísimo de su natalicio” el 28, dirigiendo al Altísimo, con la mayor humildad, las debidas preces”. En octubre de 1825, llegó Bolívar a la Villa Real de Potosí, a clavar las banderas de La Libertad en el Cerro de Plata. Ocurrieron en esta ciudad algunos de los más interesantes episodios de su vida privada. Años después recordará: “Potosí tiene para mí tres recuerdos, allí me quité el bigote, allí usé por primera vez un vestido de baile y allí tuve un hijo”. Pues bien, prendado de los encantos de Joaquina Costas, madre de uno de los  hijos que se le atribuyen, se publica un Decreto en el cual dice: “Prolongo mi estadía en Potosí hasta el próximo 28, para celebrar aquí mi cumpleaños”. El rumboso festín sirvió de marco para la lectura de un extenso poema que comenzaba diciendo:                                                                                        

  “Hoy Bolívar nació; jamás los siglos,                                                                                                                    
en su larga carrera presentaron                                                                                              
 un día tan feliz: nació Bolívar...”

El 22 de octubre de 1826, el Dr. Cristóbal Mendoza, Primer Presidente de Venezuela, dicta una Proclama en la que invita a la ciudadanía a celebrar “el cumpleaños de Su Excelencia el Presidente, con una función de Iglesia en La Catedral, con Misa y Tedeum, que ponga iluminación en las noches de la víspera y en el día adorne los frentes de las casas. Caraqueños: Celebrad el día venturoso en que vio la luz nuestro Libertador”. Y si alguien lo conocía bien era el doctor Mendoza a quien había nombrado Gobernador Civil de Caracas y a quien le escribió: “Yo vendré por delante conquistando y Usted vendrá por detrás organizando”.  Ese mismo día en Lima, el General Santa Cruz organiza una Gran Fiesta Cívica con “…buen y abundante champagne”. Brindaron por el “natalicio”, el Presidente del Consejo de Gobierno, los Ministros, el Presidente de la Corte Suprema, el Cónsul de los Estados Unidos, el de los Países Bajos, el de Su Majestad Británica y los Embajadores.

El General Juan José Flores, Presidente del Ecuador y su amigo personal desde la juventud, saluda al Ejército en un día de Gloria para Colombia, tal es el 28 de octubre de 1827, “natalicio del Libertador”. Ese mismo día en Bogotá, el propio Bolívar sienta a su mesa a los representantes de la Iglesia colombiana, encabezados por el Arzobispo, quien dirigió el primer brindis del “cumpleaños”.  Al año siguiente, el 27 de octubre de 1828, en la noche, se iluminó brillantemente toda la ciudad de Caracas, la Plaza Mayor y “...el templo de la Gloria, en el que la música cívica ejecutó varias piezas hasta el amanecer, cuando un repique general de campanas y 21 cañonazos anunciaron la aurora del “día natal” del Gran Bolívar».

El mismo día de 1829, al igual que en las otras ciudades de su gran patria, en Girón Provincia de Pamplona, hay fiesta y pronuncia el Discurso de Orden el Presbítero, doctor y Coronel José Félix Blanco, Prócer de la Independencia, amigo de la infancia, vecino de cuadra y su pariente, por ser hijo de su prima Belén Xerez de Aristeguieta, nativa de San Matheo.  Habla de los horrores de la noche septembrina y exalta lo que llama “el natal del grande hombre”. El mismo día, según recoge la prensa, “El Jefe Civil y Militar de Caracas José Antonio Páez, decreta ruidosos festejos populares en los que él mismo colea toros”. El Padre Borges conocedor del tema, cuando pronunció el discurso inaugural de la Casa Natal del Libertador en Caracas, dijo: “Yo me atrevo a creer que lo que el sentimiento popular festeja sin saberlo y por instinto, el 28 de octubre, es la encarnación del Genio de la Libertad, en el seno de una mujer venezolana”. (Entre el 28 de octubre y el 24 de julio, hay nueve meses). Los astrólogos conocedores del asunto afirman que los rasgos de carácter del Libertador corresponden más a un nacido bajo el signo de Escorpio que a uno del signo de Leo. 

Muerto el Libertador en 1830, a la edad de 47 años (ó 48), se siguió celebrando el cumpleaños en la fecha en que él lo celebró. 

General: cuando se da un primer paso, lo importante no es la distancia que se recorre sino la dirección hacia la cual se apunta y un largo viaje comienza por un simple paso al frente.  Un paso corto en la dirección equivocada nos puede llevar a un barranco. Hoy los tejerieños han emprendido un emocionante viaje dando un largo paso en la dirección correcta y por eso antes de felicitarlo a Usted y traerle cantos y flores, debo felicitar a la Municipalidad; al señor Alcalde, al los Ilustres Concejales comenzando por su presidente;  al escultor y a todos los que ayudaron a montarlo ahí, vestido así. Tal vez no se imaginan como será ese viaje de fecundo y fructífero al comenzarlo desde donde mismo comienza “el claro amanecer aragüeño”. Como todos los enigmas de la historia tienen muchas probables causas, a los solos fines de iniciar una discusión, voy a proponer una que podría estar equivocada pero que al menos sirve para analizarla y discutirla. Tal vez sea la última vez que tengo el honor de ocupar esta tribuna y debo aprovecharla para plantear un tema muy serio ante esta distinguida concurrencia que tuvo esa feliz iniciativa.

General:  Usted tuvo una tía llamada Luisa de Bolívar y Ponte, hermana de su padre; casada con Martín Ignacio Xerez de Aristeguieta Y Lovera Otáñez quien tenía un hermano llamado Miguel, muy conocido en Venezuela por ser el padre de “Las Nueve Musas”, tenidas por las mujeres más bellas de Caracas. Ambos eran herederos de una inmensa fortuna con casas opulentas en Caracas y haciendas bellísimas, entre ellas una en San Matheo llamada “El Palmar” que luego fue de los Ribas Herrera, luego de Panchita Ribas Palacios de Vollmer y hoy de los herederos de don Gustavo Vollmer. Otra se llamaba “Trapichito de la Santísima Trinidad”. Cuando venimos por la autopista de La Encrucijada, vemos a la izquierda el moderno Central de El Palmar pero a la derecha vemos el torreón viejo de la hacienda y más adelante, una casita bella que hoy está en estado ruinoso. Allí nació Belén Xerez de Aristeguieta la heroína de la independencia, a quien el pueblo de San Matheo debe honrar olvidándose de que era rica y pertenecía a la aristocracia como casi todos nuestros próceres.

El origen de esta confusión es difícil de precisar y quién más ayudó a difundirla fue Usted mismo y tal vez pueda tener su origen en lo siguiente: Que Bolívar haya nacido el 28 de octubre de 1782 o antes, pero no fue bautizado oportunamente; sino al año siguiente y por un motivo especial, cual era designarlo heredero, a fin de quela fortuna de los Jerez de Aristiguieta y Bolívar quedara en manos de la familia Bolívar y no de la familia Jerez.

Juan Félix Jerez de Aristiguieta, el sacerdote que bautiza a Bolívar, es su primo hermano. El primo Juan Félix, es hijo de su tía Luisa de Bolívar y Ponte, hermana de don Juan Vicente; su esposo Martín (de los dueños de la Hacienda Trapichito), murió en 1734; su hijo el sacerdote había nacido en 1732, o sea que tenía 50 años cuando nació Bolívar, pero no tenía herederos; y no quería a la familia de su padre sino a los Bolívar porque al morir su padre, su tío Miguel se había apoderado de las inmensa fortuna y había “caribeado” a la viuda de su hermano. No quedaron en la ruina porque ella también era rica, no olvidemos que era una Bolívar y Ponte. Encontrándose enfermo el sacerdote, muertos ya sus padres y su único hermano, sabía que a su fallecimiento (murió dos años después), su fortuna pasaría a manos de sus familiares Jerez y no de tos Bolívar como era su deseo y entonces bautiza a su primo y lo nombra su heredero.

Probablemente, el mismo Bolívar murió sin saber a ciencia cierta, que había nacido el 24 de julio. Durante toda su vida supo o creyó, o hizo creer, o al menos permitió que se creyera, que había nacido el 28  octubre. Debo aclararte que el 28 de octubre es el día de San Simón, pero cuando El Libertador lo celebraba, no estaba festejando su santo, su onomástico, sino «su nacimiento El principal documento probatorio de que Bolívar nació el 24 de julio, es su partida de bautismo, asentada en los libros de la Catedral de Caracas durante 1783. En ella observamos varias curiosidades: la primen es que el oficiante no es el Cura Titular de la Catedral sino el Presbítero Juan Félix Jerez de Aristiguieta, primo hermano del bautizado, quien oficia con licencia concedida no por el Titular sino del Teniente Cura Manuel Antonio Fajardo, lo cual no era usual en actos donde participan figuras tan principales como eran los Xerez, los Palacios y los Bolívar.

La otra curiosidad es que todos los participantes en el bautizo mueren antes de que el bautizado cumpla los 11 años. Veamos: el padre, el victoriano Juan Vicente de Bolívar y Ponte muere el 19 de enero de 1786 cuando el hijo tiene dos años; la madre muere el 6 de junio de 1792 (el hijo tiene 9 años); el padrino don Feliciano Palacios y Gil de Arratia —y no Palacios y Sojo, como aparece en la Partida— muere el 5 de diciembre de 1793 (10 años). Otro dato curioso es que quien estampa el acta no conoce bienios datos de los participantes tal como se observa del hecho siguiente: El apellido Palacios y Sojo no existía entonces en Venezuela y allí se le atribuye al padrino ya la madre quien realmente es Palacios Blanco.

Por último, el padrino, el primo Juan Félix, hijo de Luisa Bolívar Ponte, hermana de Juan Vicente, muere el 24 de diciembre de 1785 cuando su ahijado tiene dos años. El 8 de diciembre (Día de la Inmaculada Concepción) del año anterior ha establecido un vínculo mediante el cual su único heredero es su ahijado. Es necesario señalar aquí que el Libertador recibió cinco cuantiosas herencias, pero que la mayor de ellas, la que lo hizo inmensamente rico fue el vínculo de La Concepción  donde estaban La Casa del Vínculo, aún en pie, diagonal con la Plaza Bolívar de Caracas, la Hacienda de Yare, Las Minas de Aroa y un dineral en oro. Este vínculo está lleno también de aspectos curiosos que deben ser estudiados: 1) No vincula al mayor de los hermanos (Juan Vicente) quien era llamado a suceder. 2) No es un testamento mediante el cual se deja una herencia sino un vínculo, figura poco usada en el derecho español. 3) Entre las condiciones para que Bolívar entre en posesión de los bienes se establece que deberá estar casado pero que si tiene hijos deberá bautizarlos no con el apellido Bolívar sino con el apellido Jerez de Aristiguieta (esto explica dos cosas: el porqué cuando solicita permiso para casarse, Bolívar dice que está prendado de los encantos de una bella dama y además es heredero de una inmensa fortuna, en cuya posesión sólo entrará luego de haber contraído matrimonio. ¿El amor y el interés?) La otra cosa que explica, es el hecho de que el Libertador nunca reconoció a sus hijos y en cambio si reconoció a sus sobrinos Tinoco).

Surgen varias preguntas: ¿Hubo interés en alterar la fecha de nacimiento del niño para lograr fines hereditarios como por ejemplo el impedir que la fortuna acumulada por el matrimonio Jerez de Aristeguieta Bolívar Ponte fuera a parar a manos de los Aristeguieta y quedara en manos de los Bolívar?

Uno de los juicios más ruidosos de la época es el que sostienen los parientes cercanos de Bolívar por su tutela y en consecuencia por el manejo de su fortuna. Existe un documento firmado el día que cumple 14 años, en el cual se afirma que nació el 24 de julio pero por la redacción del mismo y por sus declaraciones posteriores se prueba que no lo leyó; todo indica que lo redactaron los abogados. Hubo forjamiento de la partida o sustitución de la misma? Todo ello debe ser investigado a fondo porque en un hecho aparentemente anecdótico y sin trascendencia, puede estar encerrado un conflicto de intereses entre dos familias poderosas y cuyo protagonista fue sin presentirlo un hombre que había nacido pan ser precisamente, un protagonista. Los Xerez pretenden adueñarse de la fortuna del Primo de ambos, primero porque no estaba casado (era un niño), pero después cuando se casa y enviuda, lo vuelven a demandar porque ya no está casado, lo cual indica que nunca se conformaron con la decisión del primo sacerdote. Pero una cosa dice esta partida aparentemente amañada y otra quienes lo vieron nacer. Los familiares, los esclavos, las mujeres de servicio, sus parientes, sus vecinos, luego los pueblos. Todos lo celebran el 28 de octubre, desde las fiestas y piñatas infantiles,  hasta después de su muerte.

Esta no es la primen vez que yo planteo este asunto en San Matheo; desde hace muchos años, mucho antes de que el Ilustre Concejo Municipal tuviera el acierto de designarlo Cronista Oficial de San Matheo, el distinguido Profesor Universitario Víctor Rivero y yo hemos mantenido todos los 28 de octubre, un diálogo público, primero en el Salón Parroquial y luego en la Casa de la Cultura, durante los cuales exponemos los hallazgos que hemos hecho durante el año. Le recomiendo a los estudiosos o interesados en el tema, la lectura de los materiales del Cronista porque junto con los míos, representan la investigación más seria hecha hasta ahora sobre este Bolívar bajo el signo de Escorpio.

Cabe anotar que de haber nacido el 28 de octubre, lo fue de 1782 ya que no pudo serlo de 1783 porque en julio ya aparece la Partida de Bautismo. De ser así, para septiembre de 1782 doña Concepción Palacios tenía ocho meses de embarazo. Pues bien, para esa época se encontraba en los Valles de Aragua y es improbable que hiciera la travesía del Camino de la Gobernación, por el Tuy Arribas y “Las Cocuizas”,  durante varios días en tal estado,  para ir a dar a luz en Caracas.

Muerto el Libertador en 1830, a la edad de 47 años (o 48), se siguió celebrando su cumpleaños en la fecha que él celebró.

En 1842 el fidelísimo General Rafael Urdaneta quien bien lo conocía, crea la Sociedad Boliviana de Venezuela (luego llamada Sociedad Bolivariana) entre cuyos objetivos está “celebrar el 28 de octubre de cada año el feliz natalicio de aquel ilustre caudillo de la libertad Suramericana”. El 5 de marzo de 1846 se presenta al Congreso un Proyecto de declaratoria del 28 de octubre como Fiesta Nacional por ser “el natalicio” del Padre de la Patria. En la ley de 14 de marzo de 1849 se declara la fecha Fiesta Nacional y así se mantiene durante todo el siglo XIX y comienzos del Siglo XX hasta la Ley de Fiestas Nacionales de 1909 en la cual se mantiene la tradición. Revisamos las colecciones de periódicos del siglo XIX y en ninguno aparece el 24 de julio ni una misa ni un recuerdo, como sí el 28 de octubre. Pudimos revisar en el Archivo del Congreso de la República todos los documentos y al comienzo de cada año se declaran tres fechas de júbilo que son el 19 de abril, el 5 de julio y el 28 de octubre. Nos encontramos igualmente con la desagradable sorpresa de que un funcionario estúpido, seguramente basado en el simple argumento de que “le dio la gana”, tachó con bolígrafo todas  las palabras donde decía “cumpleaños” o “natalicio” y puso arriba la palabra “santo u onomástico”, alterando los documentos originales, tratando de enmendarle la plana al general Urdaneta y a todos los demás. 

Es el General Juan Vicente Gómez quien por la Ley del 19 de mayo de 1918 decide instituir oficialmente como Festividad del Natalicio del Libertador el 24 de julio, fecha en la cual también había nacido el Benemérito. Pero una cosa decía la ley y otra el pueblo, una la disposición legal y otra la sabiduría popular. El recordado periodista victoriano don Simón López y la dama victoriana doña Elba de Martín me contaron que cuando estaban pequeños sus padres los sacaban a pasear el día de sus cumpleaños por las calles de La Victoria, para que vieran que el pueblo estaba embanderado porque ellos cumplían años. En realidad las calles sí estaban embanderadas. Ambos nacieron el 28 de octubre. El General Gómez gustaba referir muy orondo, que había nacido el mismo día que el Libertador, que fue bautizado el mismo día (30 de julio) que se llamaba igual que su padre (Juan Vicente) y que su santo era el día de su mejor batalla (el día de San Juan, 24 de junio, día de la Batalla de Carabobo). Sólo le faltaba decir que moriría el mismo día. Esta extraña casualidad dio pie a que el pueblo venezolano malicioso y zamarro inventara una copla que cantó en voz baja durante el gomecismo. 

La Copla decía así:                                                              

POR EXTRAÑA CIRCUNSTANCIA,
NACIERON EL MISMO DÍA    
EL QUE LIBERTO A LA PATRIA Y EL  
                             QUE LA TIENE FUÑÍA.                                                                      

 Señoras y Señores: ese hombre que está ahí tiene su verdadero pedestal en el pecho de cada venezolano y su sagrario en cada uno de nuestros corazones, pero desde hoy,  que emprenda desde aquí todos los años en esta fecha, al menos para Aragua, un viaje vestido de civil, hacia la tierra de sus antepasados; un viaje diferente desde este pueblo donde comienza “el claro amanecer aragüeño”. Que visite “La Fundación” la hacienda de su abuelo y de su tía Josefa Isidra, que en El Consejo visite “La Guadalupe” la hacienda de su tía Paula Palacios donde redactó y firmó la ratificación de la abolición de la esclavitud; que visite La Victoria, cuna de su padre, de su abuelo y de sus bisabuelos y tatarabuelos Ponte; que pase por “La Concepción” donde su tío Francisco Javier Ustáriz le redactó la Primera Constitución de la Segunda República y que llegue a San Mateo, tierra de sus mayores y de sus hazañas. Pidámosle que eche a andar,  que nosotros lo seguimos, porque Bolívar es uno solo; con uniforme militar o con traje de civil; con la espada o con la pluma, haya nacido el 24 de julio o el 28 de octubre.  

DE TODAS MANERAS, POR SI ACASO:

¡FELIZ CUMPLEAÑOS,  GENERAL!




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