Los victorianos hemos convertido en
“espacios para la cultura”, a muchos que fueron o estuvieron destinados a otros
fines, o a opulentas residencias particulares. Convertimos un Mercado en
Ateneo, una Prefectura con calabozos, en colegio; un palacio presidencial en
Liceo y próximamente en Museo Histórico de la Ciudad; una Jefatura de Policía,
en Clínica; una Plaza de Toros, en futuro Ágora; una Gallera en futuro Museo
Taurino; una residencia particular en Colegio, Liceo y Casa de la Cultura; un
cine en “Teatro Municipal”; una vieja casa de Gobierno de la Provincia de
Aragua y presidio de ilustres victorianos, en hospital y luego en colegio; el
corralón del general Estaban Torres, en prestigioso colegio; la opulenta
residencia del Coronel Gonzalo Gómez, desde hace más de sesenta años, en
Colegio de Normalistas y ahora en Instituto Universitario; otra Casa de
Gobierno esta vez Municipal, en Centro de Información Digital y Biblioteca
Pública; la Residencia del general Mariño, de hotel y bodega, a colegio y Centro
de Historia; la residencia de doña Adalina Colmenares en “Casa del Abuelo”; la
residencia consejeña de don Francisco Ramón Hernández en “Casa de la Cultura de
El Consejo” y la del “León Rojo de Petaquire” en “Casa de la Cultura de Zuata”.
Uno de los casos más llamativos es la
conversión de la “Cárcel Real”, primero en residencias particulares y luego en
botiquín, restaurante, teatro “construido en el corral” hasta llegar a ser hoy
Sala de Exposiciones, Conservatorio de Música y Teatro Municipal. A mediados del siglo XVIII es espacio
destinado a cárcel presentaba tal estado de ruina que permitía que los presos
se escaparan, por lo que las autoridades y el pueblo en general solicitaron a
S. M. Carlos III Rey de España, permiso para construir un nueva prisión. Se hicieron colectas públicas, proyectos y al
final se construyó el nuevo edificio. Debió ser muy inseguro porque los presos
de alta peligrosidad se enviaban amarrados a la cárcel de Caracas. El sitio
escogido fue el lado Oeste de la Plaza Mayor. Presentamos el Plano General con
el planito anexo de la cárcel. En el espacio de la derecha se construyó a
finales del siglo XIX el Teatro Ribas y las casas de don Miguel Jiménez
(construyó el puente de hierro sobre el Río Aragua) y la del doctor Jahn quien vino a construir el Gran Ferrocarril de
Venezuela.
Nuestra cárcel es una de las primeras donde separan a los hombres de
las mujeres y quien observe la foto de ese espacio actualmente se dará cuenta
de que la uniformidad de los portones y las ventanas revelan de que eran parte
de un mismo edificio. Los números en el Plano se explican a continuación: 1)
Sala de Esquina destinada para prisión de gente distinguida, con su puerta y ventana; 2) Zaguán; 3) Calabozo
de 8 varas con su reja de barrotes dobles; 4) Otro calabozo; 5) Otro calabozo; 6)
Otro Calabozo; 7) Otro calabozo; 7) Un corredor; 9) Puerta al corredor de los
calabozos; 10) Corredor a la sala y zaguán; 11) Al patio de esta sala y zaguán;
12) Cuarto destinado para prender mujeres, con sus con puertas y ventanas; 13) Otro para lo mismo;
14) Zaguancito para los cuartos; 15) Corredor para los otros cuartos; 16) Patio
de esos cuartos; 17) Pared; 18) Pared; 19) Pared que da al patio de los calabozos 1 y
2; y 20) Pared. El Teatro Ribas se construyó en las ruinas del corral de la
cárcel. Muchas historias se tejen alrededor de esta que llegó a ser de las
mejores de la colonia. Nuestra Cárcel Real era mucho mejor que las cárceles de ahora.
ESTE
ERA EL CORRAL DE LA CÁRCEL REAL
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gracias por la data re buena lvd
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