Todos
estuvieron de acuerdo en que vinieran los estudiantes a salvar la Patria y a
enfrentarse a los soldados de Boves, pero
todos estuvieron en desacuerdo con que vinieran los esclavos, porque después iban a querer ser libres y eso
no contaba con la aprobación del Libertador. Al menos eso fue lo que dijeron
los concejales de Caracas. Es oportuno el momento en que se están filmando muy
buenas películas sobre Miranda, Bolívar, Boves y demás personajes históricos,
para que discutamos sobre el por qué el pueblo venezolano no apoyó la
independencia y en lugar de irse detrás del patriota Miranda, se fue detrás del
realista Monteverde y acabó con la primera república, para luego, en lugar de
irse detrás del patriota Bolívar, se fue detrás del realista Boves, para acabar
con la segunda. Tal vez la clave del asunto esté en la negativa de los
patriotas, a darles a los esclavos la libertad, la cual encontraban
incorporándose a los ejércitos del rey.
Un
caso que tenemos muy cercano los victorianos es la negativa del cabildo de
Caracas a enviarle al general Ribas un batallón de esclavos que él mismo había
entrenado, alegando que esa conducta sería desaprobada por Bolívar. Oigamos
directamente a los propios munícipes: “En la ciudad de Caracas, a catorce de
febrero de mil ochocientos catorce, quarto de la rrepública, reunidos en
cabildo ordinario los ciudadanos municipales, presidente y vocales que
suscribirán, se trató y acordó lo siguiente: En este día, habiendo meditado
sobre el proyecto que propuso el señor gobernador militar (el general Ribas) a
este cuerpo, a donde tuvo a bien venir al intento, de remitir a reforzar
nuestro exército de La Victoria el número de trescientos esclavos, recordaron
dos razones poderosas que estiman impedir se llebe al cabo esta medida, y por
tanto acordaron dirigir al ciudadano gobernador político el oficio del tenor
siguiente: “La municipalidad ha meditado sobre el proyecto que propuso el señor
gobernador militar de remitir a reforzar nuestro exército de La Victoria el
número de trescientos esclavos de los que se hallan en esta capital, y ha
recordado dos razones poderosas que impiden se llebe al cabo esta medida.
Uno
de nuestros comandantes del llano para contrarrestar al mismo vandolero Bobes,
que con esclavos alhagados con el cebo de la libertad había aumentado su
pandilla, se resolvió a usar de algunos esclavos convidándolos a que se
incorporaran en nuestro exército baxo la promesa de la libertad. Esta
determinación, de que posteriormente dio parte el comandante a su excelencia el
Libertador, fue absolutamente desaprobada por este supremo gefe. Creemos, pues,
que aún no haya variado de este modo de penzar y que del mismo esté el señor
comandante general que manda el exército de La Victoria, pues si no fuese así
habrían ya aquellos gefes usado de los esclavos que hay en el partido de
Valencia y de los que hubiesen podido de los valles de Aragua.
No sabemos que
hasta ahora se haya tocado esta medida, la qual tiene también otros varios
inconvenientes como es el de que los demás esclavos, acaso creyendo que sus
compañeros que marchen al exército van a obtener su libertad, aspiren a esto
mismo y de aquí resulte se disgusten y piensen en ir a buscar el ofrecimiento
casa del enemigo. Estos fundamentos nos obligan a decir a vuestra señoría que
conviene más echar mano de todos los hombres libres que todavía no faltan en
esta capital y sus pueblos inmediatos, absteniéndonos por ahora de adoptar la
medida expresada, en el concepto de que este cuerpo, es decir todos sus
individuos se ofrecen al gobierno para salir al exército siempre que se estime
necesario. Vuestra señoría hará de estas observaciones el uso que crea
conveniente a la salvación de la patria, que es el principal y único interéz de
esta corporación. Dios, etcétera. Caracas, catorce de febrero de mil
ochocientos catorse”.
Después
de las heroicas defensas de La Victoria y San Mateo, cayó la Segunda República
y tuvimos que esperar años para volver a empezar.
Pareciera
como si Ribas hubiera sido el único revolucionario que hubo en esos primeros
tiempos. Comprendió desde un principio que no bastaba con la independencia sino
que hacía falta además una revolución. Pertenecía a la alta aristocracia
terrateniente pero eso no le impidió presentarse el 19 de abril como
representante... de los pardos. Usaba un gorro frigio, símbolo de los
revolucionarios más radicales. En los albores de la Primera República encabeza
una rebelión de negros y esclavos y luego se encarga de disciplinar el célebre
Batallón Barlovento formado por mulatos, zambos, negros libres y esclavos.
Lucha desde un comienzo por la abolición de la esclavitud y en esto se adelanta
al propio Libertador. Su actitud antiesclavista fue rechazada por muchos
“revolucionarios” de su época. No hay que olvidar que algunos de los libertadores
seguían teniendo esclavos hasta 33 años después de la Batalla de Carabobo y 44
años después del 19 de abril.
Consciente
de que había que incorporar a las grandes masas populares a la lucha, Ribas
solicita que el ejército de estudiantes, seminaristas y soldados que lleva a La
Victoria, sea reforzado con trescientos esclavos de los que se encuentran en
Caracas. Así lo solicita al Cabildo y el catorce de febrero, cuando todavía no
se han apagado los fuegos en nuestra ciudad, el ayuntamiento resuelve negar la
solicitud. Prefirieron los ilustres cabildantes ofrecerse como soldados antes
que correr el riesgo de enviar a los esclavos. Pensarían que buena es la
libertad..., pero no tanta.
Fue
necesario que El Libertador después de sus conversaciones en solicitud de
auxilio al presidente Petión, llegara decretando la abolición de la esclavitud,
para que las grandes masas, huérfanas con la muerte de Boves y que habían
encontrado un nuevo caudillo llamado José Antonio Páez, cambiaran la flecha y
fuera a luchar por la libertad de la Patria y por sus propias libertades, en el
campo inmortal de Carabobo.
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