12 nov 2014

SE MARCHÓ IVO VICENZI: EL PRIMER BUHONERO VICTORIANO

Dejando tras de sí una estela de hermosos recuerdos, una honorable familia  y un ejemplo a seguir por las actuales y futuras generaciones, se retira en paz con su conciencia y con su tiempo, un buen victoriano quien decidió serlo para siempre, en la ciudad que eligió para sembrar sus raíces y dar sus frutos. Cuando apenas le faltaban un mes y diez días para cumplir 64 años entre nosotros, ha muerto IVO VICENZI MARTINELLI, originario de Trento donde nació el 2 de agosto de 1936;  recientemente  había cumplido 78 años.

Llegó a La Victoria el 22 de diciembre de 1950, a la edad de 14 años y al día siguiente de su llegada, el 23 de diciembre víspera de navidad, comenzó a trabajar en el antiguo Mercado Público del pueblo, donde hoy funciona el Ateneo, ayudando a su tío Olivo Dalsas,  en una “Mini Quincalla” y desde entonces, durante los 64 años siguientes, lo que hizo fue  trabajar ininterrumpidamente. Pertenecía sin saberlo, a esa enriquecedora oleada de  gente laboriosa  que arribó a Venezuela a mediados del siglo pasado, principalmente desde Italia, España y Portugal, que vino a construir Patria junto con nosotros y de la cual fue La Victoria, afortunada recipiendaria.  


En trabajo publicado hace algún tiempo contábamos cómo se convirtió Ivo en nuestro “primer buhonero” porque al tiempo que ayudaba a su tío “detrás del mostrador”, sacaba pequeños guacales y los ubicaba en el pasillo de entrada sudoeste del mercado, donde vendía “camaritas de fotografía y rollitos. A los pocos días, en amena charla evocadora donde compartimos junto con sus familiares  y entre ellos,  su hermana Loredana (nuestra compañera del Tercer año del Liceo de la Plaza Ribas), ella  nos recordó que no eran camaritas sino manzanas. Toda una postal,  ver a un niño de 14 años vendiendo rojas manzanas detrás de unos guacales, sentado en el suelo. Recordamos que había sido el fundador junto con su tío, del “Bazar Victoria”, donde trabajó hasta 1959 cuando fue contratado para supervisar los trabajos de construcción de la Zona Industrial de Las Tejerías, verificando las tuberías de aguas negras y blancas (tenía 23 años). 


Luego durante 10 años fue Gerente del Banco Ítalo-Venezolano hasta 1969 desde donde  ayudó a financiar empresas que hoy son orgullo de la industriosidad victoriana.. Después se asoció como copropietario de la Joyería “La Moderna” fundada por su tío y se empleó como Gerente de Planificación y Desarrollo de “Torvenca” hasta 1979. Posteriormente fue Gerente de “Induconsa” y simultáneamente fundó Materiales y Herramientas “Maheca”, importando maquinarias para la producción de tornillos. Fundó “Video Color Victoria” y “Solosony” logrando gracias a su reputación de hombre trabajador, honesto y responsable, ser el distribuidor exclusivo de “Sony” para toda la región. En los años 80 fundó sucursales en El Consejo, Las Tejerías, La Colonia Tovar y en la propia ciudad de La Victoria. Fundó Importadora de Relojes “Impreca”, sucursales de la Joyería “La Moderna”, de “Maheca”, “Maheca Celular” Centro, Morichal, Palma Center y Colonia Tovar; y la “Administradora Unión” en sociedad con Luís Atilio Wittmer y el doctor Pedro Augusto Hernández. No hubo espacio para el descanso improductivo ni para la flojera.

Destacábamos entonces que el aspecto que más despertaba la curiosidad de quienes acudían a “hacer los mandados” al mercado, era ver a este “niño comerciante”, quien  a sus catorce años, en lugar de trabajar dentro de la “Mini Quincalla” de su tío,  colocara en el pasillo  un guacal de madera y en el vendiera a precios muy bajos. Eso lo convirtió en el “Primer Buhonero de La Victoria”. Después de sesenta y cuatro años de trabajo, continuó detrás de su mostrador al frente de sus negocios. Otro aspecto interesante de Ivo, es el de haber sido el testigo gráfico de toda una generación de victorianos. No estudiaba en el Liceo “José Félix Ribas” de la Plaza (que funcionaba donde hoy está la Casa de la Cultura) porque como hemos dicho, desde su niñez fue un “hombre de trabajo”, pero como quién si estudiaba en nuestro único liceo, era su hermana Loredana Vicenzi (hoy señora de Cuggonni), él asistía a todos los actos y desfiles, armado de sus cámara y sus rollitos y capturó con su lente a todos los compañeros de mediados del siglo pasado y a una ciudad que ya solo va quedando en nuestras memorias y en sus fotografías. Como puede apreciarse, se trata de una vida de trabajo permanente desde el mismo primer día, que merece el reconocimiento de toda la ciudad. En premio a sus merecimientos, en el solemne acto con el cual los victorianos celebraron y conmemoraron los 200 años de  la gran Batalla del 12 de Febrero, en gesto justiciero, le fue conferido e impuesto por el Ilustre Concejo Municipal,  el “Botón Bicentenario de la Batalla de La Victoria”.

En plena juventud y en el propio liceo, llegó el amor e Ivo fundó junto con la bioanalista victoriana MIREYA PÉREZ, un honorable hogar que se vio premiado con dos bellas hijas: Silvia y Sofía, también profesionales, madres de varias nietas bellas e inteligentes que son orgullo del gentilicio victoriano. Ivo participó activamente en todas las actividades sociales, culturales y deportivas de la ciudad y llegó a ser Jurado de Natación en eventos internacionales, deporte que inculcó en sus hijas, hoy ambas profesoras del exigente deporte, una de ellas, Sofía: abogada de la República y Silvia, Profesora de Educación Física egresada del Pedagógico de Maracay, entrenadora de natación y miembro de la Selección Nacional de Natación.

Su noble compañera, Mireyita Pérez,  pertenece a la generación del Liceo de la Plaza Ribas  y se la recuerda porque participó activamente en todas las actividades que se desarrollaron en la vieja casona. Fue dirigente estudiantil, artista en los actos culturales en los cuales cantó y bailó, con bella voz que la ha acompañado toda la vida y hoy en día mejor que nunca, formó parte de los equipos deportivos y  participó en las huelgas organizadas contra la dictadura. Además era buena estudiante, condición que la acompañó en la universidad siendo la primera bioanalista victoriana, profesión que ejerció siempre con lujo de aciertos en su laboratorio desde el cual gestionó junto con otros compañeros, la creación del Banco de Sangre de La Victoria. Es memorable la Corrida de Toros que organizó a beneficio de dicho Banco de Sangre. 

Formaba parte del grupo de los queridísimos  Eddie López Jaspe, Gisela Pastori, Nieves Torres Pantoja, Las Páez, los Polanco, los Antonini, Freddy Yánez,  Argelia Benarroch, Elsa Viana, Manita Izaguirre y Cheo, Pedro Elías Gil, Telba y Joseito Carantoña, Alejandro (Cotejo) Navarro, los Matas Castro, Carlos Jesús y Manolo Morales, los Polancos, Cebollita Ostos, Figueredo, Ángel Custodio Morales eterno cronista de Suata, Luisa Teresa Sánchez, Aracelis Richard, Rosina y Pachú, Ángel Acero, Kalinina Ortega, Las Vásquez, Farías, Yeyo Ustariz, “Cochinito” Araujo, los Barreat, la Nena Castillo y Miriam Rodríguez, Carmencita Bustamante, Arantza Iriarte y Kelche Yona, Nilsa Bol, Ada Ochoa, Pechoepaloma Silva, Jabalina, César Díaz, Isbelia Blanco, los Acosta, el Perro Juan Sánchez, Tony Kurbage el árabe, Reina Ceballos, Julia Pérez Caballero, Dulce María Velazco, Carapacho, Haydee Rodríguez,  Yolandita Vásquez, las Silva:  Beatriz, Chela y Lavinia; Alfredo Rodríguez “El Tigre”, Soledad y Winston Pérez, los Feo, las Lange, David Barrios, Igor Pankof, los Naylander, Loredana e Ivo Vicenzi y las célebres tres “p”... Flor Poggi, Gisela Pastori y Mireyita Pérez.

Ivo y Mireya son el mejor ejemplo de que la manera de pasar de un humilde guacal a la gerencia de un banco o de una empresa es trabajando duro con responsabilidad y honestidad;  y que la mejor manera de levantar una hermosa familia y mantener un hogar feliz por más de medio siglo, es dando y recibiendo amor. Ivo se ha marchado el pasado martes 11. Pero en su ciudad y entre los suyos ha dejado una estela de hermosos recuerdos, una honorable familia y un buen ejemplo a seguir por las actuales y futuras generaciones. Se retira en paz con su conciencia y con su tiempo. Fue un buen victoriano quien decidió serlo para siempre, en la ciudad que eligió para sembrar sus raíces y dar sus frutos. Nuestra palabra de pésame a todos sus seres queridos, especialmente a Mireya, a Silvia y a Sofia. 



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