El
pasado domingo 8 de marzo, con motivo de ser el Día de La Mujer, la Logia de
Adopción Paz y Armonía N° 9, integrada por damas, celebró en su sede que es la
misma de la sesquicentenaria Logia Victoria N° 9, una Tenida Blanca durante la
cual se rindió merecido homenaje a la educadora victoriana Profesora Ivelisse
del Carmen Manzano Buznego de Parodi al imponérsele la máxima condecoración que
confiere esa corporación y en la cual estuvieron presentes distinguidas damas
de la ciudad entre ellas, doña Bettys Muñoz Henríquez Rectora Magnífica de la
Universidad Territorial de Aragua “Federico Brito Figueroa”, la doctora
Milagros Borseguí, doña Carmen Luisa Ochoa, las hermanas Morales Díaz, doña
Alejandrina Pérez Reazza en representación de las máximas autoridades
masónicas, la Licenciada Danielle Andrea del Carmen Parodi Manzano, el doctor Iván
Jiménez, doña Teresa Mata de Pacheco,
don Jesús Núñez Fuentes y señora, don Rubén Páez y su señora esposa Gisela de
la Luz de Páez, don Aristóbulo Aponte y señora, así como los integrantes de
ambas logias, acompañadas de sus honorables familias.
GISELA PASTORI DE NÚÑEZ,
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El
Discurso de Orden estuvo a cargo de la Profesora Gisela Pastori de Núñez,
educadora, escritora e historiadora victoriana, quien leyó un documentado y emocionado estudio sobre la
trayectoria de la mujer venezolana y victoriana en especial, con énfasis en su
presencia y participación en la etapa precolombina tanto en su carácter de
sostén de la unidad familiar como en su rol de luchadora por su propia
emancipación y la de sus etnia.
Sumó el aporte del elemento africano y
posteriormente discurrió sobre la mujer criolla que va desde apoyo de sus
maridos en la lucha por la independencia, hasta soldado en la hora de la
batalla. Enfatizó la presencia de la primera heroína de nuestra lucha por
emanciparnos, al referirse a una mujer del Pao de Zárate llamada Juana Antonia Díaz Padrón de Montilla,
dueña de la hacienda “Santa Rosa”, madre de los hermanos Mariano y Tomás
Montilla, la única heroína del 19 de abril de 1810, a quién el Capitán General
Vicente Emparan en su relato de lo que sucedió, la menciona, como “dama muy
activa en las conversaciones y arreglos que culminaron con su derrocamiento”.
Dice que es cómplice de los revolucionarios y madre de dos de ellos, “osados y
viciosos”. “Con su verbo y con su ejemplo animó a los jóvenes compañeros de sus
hijos y participó activamente en los sucesos de 1810”.
Fue la única mujer que
intervino en nuestros acontecimientos aurorales y estaba tan clara en que los
gobernantes deben oír al pueblo que en una oportunidad cuando pidió hablar con
el Capitán General Domingo Monteverde para solicitar la libertad de sus hijos y
éste se negó a recibirla, le dejó escrito un papel que decía: “si no escucha al
pueblo ¿para qué quiere gobierno”?. Murió
Doña Juana Antonia en el año terrible de 1814, mientras su hijo Mariano se
cubría de gloria en la Batalla de La Victoria y su hijo Tomás servía como
Secretario del Guerra del Libertador. Es célebre la frase con la que despide a
sus dos hijos cuando deciden incorporarse a los sucesos de la independencia:
“No hay que comparecer en mi presencia si no volvéis victoriosos”.
Doña Juana
Antonia es tenida como la única heroína civil del 19 de abril de 1810 y en
consecuencia, primera heroína de nuestra independencia. Se refirió igualmente a
la madre de los hermanos Muguerza, vecina de la plaza. Relató que según una vieja
historia trasmitida de generación en generación, en medio de la batalla,
muertos ya heroicamente los hermanos Muguerza, el general Ribas se acercó a la
casa de la familia y dirigiéndose a la madre, le comunicó la infausta noticia
en los siguientes términos: “Comadre, mala noticia para Usted y para la Patria;
mataron a los muchachos”. Con estoicismo espartano, la madre victoriana le
respondió: “General, la mala noticia es para mí; para la Patria no porque ahí
está el otro”. Y dirigiéndose al hijo menor de apenas catorce años le dijo:
“Váyase con su padrino y defienda el puesto de sus tres hermanos”.
El
discurso continuó con un recuento pormenorizado del aporte de la mujer a la
vida nacional y regional en el magisterio, en el hogar, en la vida profesional
y el promisor futuro a que está llamada la mujer en nuestro país y en el mundo
cuando la justicia prevalezca sobre las injusticias.
ALICIA BLANK PRIMERA
MUJER GOBERNADORA |
Terminada
la Tenida Blanca, la reunión se prolongó hasta bien entrada la tarde. En “los
pasos perdidos”, las conversaciones giraron sobre el mismo tema y hubo
oportunidad de recordar que la primera mujer que ejerció el cargo de
Gobernadora del Estado Aragua, fue la victoriana Profesora Alicia Blank de
Montenegro, hija del industrial y político victoriano Carlos Blank Antich.
Había nacido en La Victoria el primero de agosto de 1931 hija del conocido
político e industrial victoriano Carlos
Blank Antich, hijo mayor de Misia Carmen Antich Lazo y de don Eduardo Eulogio
Blank. Doña Alicia fue educadora toda su vida. Comenzó su abnegada profesión en
la “Escuela Laureano Vallenilla Lanz” de Villa de Cura de donde pasó a otras
instituciones educativas, hasta ser Fundadora del legendario “Liceo José Luís
Ramos” de Maracay, profesora del “Liceo
Adolfo Ernst” (nocturno) y del “Liceo
Agustín Codazzi”. Casó con el Profesor Raúl Montenegro, conocidísimo educador y
hombre público de Aragua, con quien procreó tres hijos llamados Karim
Alicia, Lizabeth del Carmen y Raúl
Ramón, quienes le dieron siete nietos y seis bisnietos.
Su magnífico desempeño
como docente hizo que el doctor Ildegar Pérez Segnini, recordado gobernador
modernizador de Maracay en los tiempos del Presidente Raúl Leoni, la designara
Secretaria de Educación del Estado. Fue entonces cuando en 1968, ante la necesidad de ausentarse del país, el
gobernador Pérez Segnini decidió designarla Gobernadora Encargada del Estado
Aragua, lo cual constituyó un gran paso de avance porque hasta entonces las
mujeres no habían conquistado la preponderancia de que disfrutan hoy en día
gracias a sus méritos. Tenía entonces 36 años. Al prestar juramento como gobernadora.
Doña Alicia se convirtió en la Primera Mujer Gobernadora, cargo que muchos años
después desempeñaría doña Estela Roca de Azuaje.
Para los victorianos fue y
sigue siendo motivo de legítimo orgullo el que nuestro estado, cuya capital fue
durante muchos años La Victoria “ciudad
prócer y agraria teñida por las rojas tragedias del pasado” al decir de nuestro
gran poeta Sergio Medina, haya sido gobernado por una mujer, la primera,
perteneciente a una muy querida familia de nuestra ciudad, con lo cual se honró
a la mujer venezolana y se enalteció el gentilicio victoriano.
Del discurso de Gisela Pastori de Núñez
salimos todos fortalecidos al comprobar que le ha tocado a nuestras mujeres
abrir caminos; y de la lectura de su hoja de vida y de la de la profesora Manzano Parodi pudimos comprobar que nuestras mujeres han pasado partes importantes de
sus vidas, preparándose para ser mejores profesionales cada vez, sin desatender
las otras funciones que como madres, esposas y almas de nuestros hogares, les
corresponden. ¡Gloria a nuestras Mujeres!
LA RECTORA, LA ORADORA Y LA HOMENAJEADA
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