(podrás encarcelarlos a todos, menos a tu sucesor)
En Venezuela hemos tenido varias maneras
principales de tumbar a los gobiernos que son: el golpe de estado, la guerra,
las designaciones hechas por los congresos y las elecciones populares. Hay
otras, pero hoy hablaremos del primero de ellos, el golpe de estado. Lo primero
sorprende es que en un principio (de allí su nombre), el golpe no lo daban
“contra” el estado imperante sino que era “el estado” quien lo daba. Cuando al
Rey de Francia le daba la gana de hacer algo contra la constitución, lo hacía y
de allí surgió ese nombre de “golpe de estado”. Se dan muchos ejemplos en el
mundo, como el dado por Napoleón Bonaparte el 18 brumario o el de los
republicanos en 1936 que derrocó al Rey Alfonso XIII y que le costó a ese país
una guerra civil espantosa y 40 años de franquismo. Un autor italiano llamado
Curzio Malaparte escribió un libro llamado “Técnica del Golpe de Estado” donde
analiza paso por paso cómo se da, quienes y desde donde lo dan.
En Venezuela todos los golpes de estado
se parecen, tienen las mismas características; La primera es que es del propio
seno del gobierno derrocado, de donde sale el golpe que lo derroca. La segunda
es que el resultado final del golpe, se inclina, hacia donde se inclinan la Fuerzas Armadas. La tercera es
que el pueblo (las grandes masas) ni se enteran y sólo se incorporan al
movimiento después que el golpe está dado. Cuarto es que los gobiernos surgidos
de los golpes se subrogan en los privilegios del gobierno derrocado y el pueblo
se frustra y se empiezan a cifrar las esperanzas en un el próximo golpe. Veamos
algunos importantes ejemplos: el primer gran golpe en Venezuela se da el 19 de
abril de 1810, cuando el Cabildo de Caracas derroca al gobierno de la corona
española que tenía tres siglos en el poder. Convoca un congreso, redacta una
constitución, declara la independencia y tiene que salir a defenderse en el
campo de batalla, pero no de un golpe sino de una guerra, que es la otra
fórmula que nosotros aplicamos para tumbar un gobierno. Perdemos esa guerra, vuelven
los realistas al poder con Monteverde a la cabeza y comienza otra guerra acaudillada
por Bolívar, llamada la Campaña Admirable, que termina en La Victoria donde se
rinden los realistas y nace la Segunda República.
Vuelven los patriotas al gobierno pero comienza otra guerra, esta vez liderizada por Boves y en vuelta de un año, cae nuevamente el gobierno patriota y regresan los realistas al poder. Comienza nuevamente otra guerra, con muchas dificultades y a los siete años termina con el triunfo de los patriotas en la Batalla de Carabobo, pero no para hacernos una República Independiente, Libre y Soberana como siempre se nos ha dicho, sino para que sigamos siendo parte de una República más grande que El Libertador ha creado dos años antes (1819) en Angostura, a la que le ha puesto el nombre de Cristóbal Colón. Nadie está de acuerdo porque el jefe a nadie ha consultado y hasta hay quienes lo consideran un disparate porque nadie entendió que se trataba de un proyecto militar.
Vuelven los patriotas al gobierno pero comienza otra guerra, esta vez liderizada por Boves y en vuelta de un año, cae nuevamente el gobierno patriota y regresan los realistas al poder. Comienza nuevamente otra guerra, con muchas dificultades y a los siete años termina con el triunfo de los patriotas en la Batalla de Carabobo, pero no para hacernos una República Independiente, Libre y Soberana como siempre se nos ha dicho, sino para que sigamos siendo parte de una República más grande que El Libertador ha creado dos años antes (1819) en Angostura, a la que le ha puesto el nombre de Cristóbal Colón. Nadie está de acuerdo porque el jefe a nadie ha consultado y hasta hay quienes lo consideran un disparate porque nadie entendió que se trataba de un proyecto militar.
El país entero rechaza el pertenecer a
Colombia y que nuestra capital sea Bogotá. El rechazo no es contra Bolívar sino
contra la dependencia de Bogotá. El rebullicio es general y Páez llama a
Bolívar para que venga el mismo “a
amarrar a sus locos”. El Libertador viene en el año 1827; en enero está por
última vez en La Victoria, la tierra de su padre y sus abuelos, llega a Caracas
y desde allá gobierna a esa patria gigantesca que va desde Cumaná hasta Quito
sin medios de comunicación y el 5 de julio de ese año se va decepcionado porque
nadie apoya su “disparate” de haber
fundado a Colombia y hasta hay quienes le reclaman haber puesto como capital de
esa gran patria a Bogotá y no a Caracas.
Cuando parte por última vez de su
Patria que es Caracas, se va convencido de que la ruptura es inevitable y hasta
aconseja al general Páez sobre lo que debe hacer cuando se produzca la
separación. Esta vez el acontecimiento más importante de nuestra fundación como
república independiente no es producto de un golpe de estado ni de una guerra
sino de una separación pacífica y política. Nace entonces La República de
Venezuela, dividida en provincias, que va a durar 16 años; desde 1830 hasta
1846 cundo a raíz de una guerra llamada Revolución Federal, que no fue federal,
ni fue guerra y mucho menos revolución, promulgó una constitución que dividió
al país ya no en provincias sino en estados y le cambiaron el nombre por el de Estados
Unidos de Venezuela, nombre que duró 90 años desde 1864 hasta 1954, cuando el doctor Luís Acosta
Rodríguez primer cronista de Villa de Cura, quien era diputado al Congreso
Nacional Perezjimenista propuso cambiarle el nombre y ponerle nuevamente
República de Venezuela.
Así se llamó por 45 años hasta que la última
constitución, la de 1999, le cambió otra vez el nombre por el de República
Bolivariana de Venezuela. Pero la República sigue siendo la misma aunque haya cambiado de
nombres cuatro veces; no existe Quinta República porque no existe Cuarta
República. Sigue siendo la misma desde que nos separamos de Colombia y nos
constituimos en República Independiente en 1830. El próximo golpe de estado importante es el
que le dan al primer presidente civil de Venezuela; el doctor José María
Vargas.
Los militares que habían hecho la
independencia no se calaban un presidente civil y lo tumbaron. En un periódico
de Valencia llamado “El Sol” se publicó un diálogo según el cual Carujo le dijo
al presidente; “Doctor Vargas, el mundo es de los valientes”, a lo cual el
sabio médico le contestó: “No, coronel; el mundo es del hombre justo”. El
periódico llegó a Achaguas donde estaba el general Páez quien al leerlo dijo:
“Los dos tienen razón y los dos están equivocados: el mundo es de los hombres valientes
cuando son justos y es de los hombres justos cuando son valientes”.
Inmediatamente se puso sobre las armas, rescató el poder y mandó a buscar al
doctor Vargas a las Antillas y lo repuso en la presidencia, con lo cual el gran
guerrero llanero, el vencedor de Carabobo, se convirtió en el primer defensor
del poder civil en Venezuela. Siguieron tiempos de montoneras y de las llamadas
revoluciones, de quítate tú para ponerme yo (los hermanos Monagas), arriban a Caracas
caudillos que vienen y toman el poder con el respaldo de sus tropas, como Julián
Castro, el Mariscal Falcón, Ruperto Monagas, Antonio Guzmán Blanco, Joaquín
Crespo y comenzando el siglo pasado, el general Cipriano Castro.
Contra él se produce el próximo gran
golpe de estado pero sin disparar un tiro; casi propiciado por él mismo, por su
culpa, y llega al poder por 27 años el general Juan Vicente Gómez. Contra su
gobierno se intentaron golpes, asonadas, revoluciones, magnicidios, y se murió
en su cama, en Maracay, tranquilamente, rodeado de su familia y de sus amigos. Se
producen sucesiones casi hereditarias; al general Castro lo sucede su ministro
de Guerra que es el general Gómez; a éste su ministro de Guerra que es López
Contreras, a éste su ministro de Guerra que es Medina Angarita y a éste lo tumban.
López y Medina suavizaron la vida política pero al segundo de ellos, el general
Medina, que ha sido considerado el presidente más demócrata que tuvo el país en
el siglo XX, sin ningún preso político y ningún exilado, le dan un golpe de
estado surgido de su propio ejército.
El 18 de octubre de 1945, jóvenes oficiales de su propio ejército y jóvenes dirigentes del recién fundado partido Acción Democrática, tumbaron el gobierno. Fue el primer golpe de estado del siglo XX. Una constituyente brillante redacta una constitución, se realizan elecciones mediante el voto universal (vota todo el mundo), directo (se elige directamente por primera vez al presidente), secreto, analfabeta (no es necesario saber leer y escribir, lo cual explica que en lugar de estar anotando los nombres de los elegidos, se vote por tarjetas de colores) y femenino (porque es la primera vez que las mujeres votan; eligen y pueden ser elegidas).
El 18 de octubre de 1945, jóvenes oficiales de su propio ejército y jóvenes dirigentes del recién fundado partido Acción Democrática, tumbaron el gobierno. Fue el primer golpe de estado del siglo XX. Una constituyente brillante redacta una constitución, se realizan elecciones mediante el voto universal (vota todo el mundo), directo (se elige directamente por primera vez al presidente), secreto, analfabeta (no es necesario saber leer y escribir, lo cual explica que en lugar de estar anotando los nombres de los elegidos, se vote por tarjetas de colores) y femenino (porque es la primera vez que las mujeres votan; eligen y pueden ser elegidas).
Gana por abrumadora mayoría el escritor
don Rómulo Gallegos y a los nueve meses, el 24 de noviembre de 1848, los
militares surgidos de su propio gobierno lo derrocan mediante otro golpe de
estado; tanto así, que su ministro de Guerra Carlos Delgado Chalbaud, es el
Presidente de la Junta Militar que lo tumba. A éste lo matan y asume la
presidencia de la Junta que ya no se llama Junta Militar sino Junta de
Gobierno, nuestro profesor Germán Suárez Flamerich, hacen unas elecciones
tramposeadas, asume el poder Marcos Pérez Jiménez y a los cinco años, el 23 de
enero de 1958 también lo tumban. Esta vez hay participación popular pero la
puntilla final se la dan los militares de su propio entorno. Comienza la cuestionada
democracia ladrona y contra todos los presidentes hay intentos, asonadas,
alzamientos como el Porteñazo, el
Carupanazo, el Caracazo y la guerrilla, pero no tumban a los gobiernos porque
como dije al principio, los golpes se inclinan hacia donde se inclinan las
fuerzas armadas.
El último intento importante de golpe
que recordamos fue el del comandante Chávez el 4 de febrero de 1992. Fracasó
por lo mismo. Si las Fuerzas Armadas se hubieran inclinado hacia el golpe,
hubieran tumbado el gobierno, pero apoyaron a Carlos Andrés Pérez. No hablo del de Carmona Estanga porque eso más
que golpe fue una ridiculez y estoy hablando de golpes serios, triunfantes o
fracasados pero serios. En futuro artículo hablaré de las guerras que han sido
varias y de las revoluciones que no ha sido ninguna y de cómo las guerras las
ha perdido todas el pueblo, las hemos perdido todos; y de cómo las revoluciones
las han frustrado los revolucionarios y no los enemigos. Por eso, los enemigos
no hay que buscarlos afuera sino adentro.
Hay que asimilar las lecciones que nos da la historia y que nos dan los sabios. Cuentan que el filósofo andaluz Séneca, en momentos en que el César andaba cazando y encarcelando a todos los presuntos enemigos, a quienes querían derrocarlo o matarlo y desató una feroz persecución, la mandó a parar cuando se acercó a saludar al viejo sabio y a pedirle consejos y éste le dijo: “César, podrás encarcelar o matar a todos tus enemigos, menos a tu sucesor”.
Hay que asimilar las lecciones que nos da la historia y que nos dan los sabios. Cuentan que el filósofo andaluz Séneca, en momentos en que el César andaba cazando y encarcelando a todos los presuntos enemigos, a quienes querían derrocarlo o matarlo y desató una feroz persecución, la mandó a parar cuando se acercó a saludar al viejo sabio y a pedirle consejos y éste le dijo: “César, podrás encarcelar o matar a todos tus enemigos, menos a tu sucesor”.
Excelente y ameno artículo amigo German, he disfrutado leyendolo, como todos los tuyos. En tu extensa biografía pasante por alto los gratos momentos vividos en el Colegio Valles de Aragua y las correrías en el dispensario de El Consejo, atendido por tu recordada madre. Un abrazo perdido en el tiempo de Enrique Rodriguez Sambrano email: enriqueymirayda@hotmail.com
ResponderEliminar