No
quería que se fuera este año catorce del primer siglo del milenio, sin rendirle homenajes, de recuerdo
a una gran mujer y de reconocimiento a quienes hicieron posible que su nombre, quedara perpetuado para siempre en el
municipio del cual es epónimo su marido y en la ciudad que es el más encumbrado
pedestal de su gloria. Este año catorce del siglo XXI, estuvo lleno de
celebraciones y conmemoraciones para la Patria Grande y para la ciudad. Entre
otras, se cumplieron dos siglos del Año Terrible, de la Batalla de La Victoria,
de la elevación de nuestra antigua villa a la categoría de Ciudad por decreto
del Libertador ratificado por el Cabildo
de Caracas, de las dos Batallas de San Matheo, de la muerte de Boves y de la
pérdida de la Segunda República que
había nacido entre nosotros el año anterior.
Pero
también en este año catorce del presente siglo, se cumplieron doscientos
cincuenta años del nacimiento de Josefa Palacios Blanco y doscientos años de su
muerte, ya que ella vivió apenas cuarenta
y nueve años (del 15 de mayo de 1774 al 18 de marzo de 1824). Era la
hermana menor de doña Concepción, la madre del Libertador; apenas le llevaba
nueve años a su ilustre sobrino y lo terminó de criar, razón por la cual él la
llamaba “mi tía madrecita”. Doña Josefa Isidra tuvo fama de ser una de las
mujeres más bellas de Caracas y no llegó a ser vieja porque murió antes de
cumplir los cincuenta años. Cuando tenía 36, el día de los enamorados de
1811, tuvo su único hijo llamado José
Félix Valentín Ribas Palacios. Este año cumplió dos números redondos: 250 de su
nacimiento y 200 de su fallecimiento, ambos en Caracas.
La
idea de fundar una institución de servicio social que se ocupara de atender
exclusivamente a las mujeres y a los niños, fue una de las proposiciones que
formuló durante su campaña electoral el primer alcalde de La Victoria, y que
contó con el apoyo de todos los organismos públicos y privados de la región.
Después de haber hecho todos los estudios y cumplido con todas las exigencias
que en ese entonces se requerían, mediante un decreto, se creó la institución.
En el decreto de creación se enunciaron los objetivos a lograr, se estableció
que todos los servicios que prestara serían absolutamente gratuitos, que
estaría presidida por la esposa del alcalde, quien trabajaría “ad honorem”
acompañada por un Comité de Damas todas voluntarias y que ninguna recibiría ningún
tipo de remuneración.
Uno
de los primeros asuntos que se planteó fue ponerle nombre; todos estaban de
acuerdo en llamarla Casa de la Mujer, pero era necesario ponerle un nombre que
la enalteciera y al mismo tiempo honrara a la epónima. En la primera reunión,
la primera presidenta que fue Gheissa Freites de Fleitas, propuso: que si iba a
ser la “Casa de la Mujer” de Ribas (del municipio), lo lógico era ponerle el
nombre “de la Mujer de Ribas” (del general). Así se aprobó y por decreto del 31
de enero de 1991 (176° aniversario del sacrificio del Prócer) se creó la “CASA DE LA MUJER JOSEFA PALACIOS DE
RIBAS”.
El
Comité de Damas quedó integrado por Mireya Pérez de Vicenzi, Guillermina de
Ruiz, Ada Habercorn, Liselot Matute de Vera, Rosalba Raymond, Yasmina
Castelaín, Deyanira Freites, Graciela “Chelo” Pérez, Estela Coello, Carmen
Panepinto, Isaura de Peñaloza, Alicia Fernández, Nadia de Díaz, Francesca
Panepinto, Conchita de Argüelles y
Blanca Reyes.
EL PARROCO GUSTAVO GARCÍA
(HOY OBISPO DE GUARENAS) BENDICIENDO LA “CASA DE LA MUJER” |
Su
primer Directorio estuvo dirigido por la presidenta Gheissa de Fleitas,
Directora General la profesora Magaly Pocay de Babino y los siguientes
Coordinadores de Áreas: de Crecimiento Personal la doctora Norma Cardier de
Sigala; de Salud el doctor Humbert Urdaneta; de Educación las profesoras Gisela
Pastori, Rosa de Rígoris, Celia Ríos de Reyes, Adolfo Brito y Julia Pérez
Caballero; Jurídica: doctoras Rosalinda Colmenares, Georgina Martínez y su hija
Carolina, Milagros Ladera, Reynaldo Paredes, Milton Ladera y Herlin
Urdaneta; de Autogestión: la profesora Yudith Flores y el Ingeniero José Ríos;
de Recreación Orlando Guevara y Orlando Palacios; de Apoyo a la mujer que
trabaja fuera del hogar a la Fundación del Niño y de Relaciones Institucionales
la Licenciada María José de Gutiérrez. Con este equipo echó a andar la
institución. Atendían los médicos Elías
Buyón, Sótera de Andrade, Jorge Álvarez, el doctor Ortega (hermano de Noire),
la antropóloga Zulay Conde y el psicólogo Antonio Pérez Villegas.
Otro
asunto que hubo que resolver fue el lugar donde debía funcionar; buscar una
sede apropiada y de fácil acceso. Ya para ese entonces habíamos comprado para
el municipio, el “Teatro Ribas”, el “Nuevo Circo”, la “Casa del Abuelo”, La
“Casa de la Cultura de El Consejo”, la “Casa de la Cultura de Zuata” y entre
esas adquisiciones estuvo la “Casa de Camacho”, comprada para ampliar la “Casa
de la Cultura de La Victoria” que estaba en pleno proceso de restauración; pero
de esa fue que se antojaron. Como toda casa vieja del centro histórico de la
ciudad, fue necesario emprender su rehabilitación, la cual encomendamos al
“Viejo Pérez”, magnífico restaurador quien había trabajado en la “Casa Natal
del Libertador” en Caracas, en el “Ingenio Bolívar” en San Matheo y había
restaurado la “Casa de Mariño” aquí en La Victoria.
LA CASA EN PROCESO DE RESTAURACIÓN |
Esa fue la sede escogida, pero dejando claro
que se trataba de una “sede provisional” porque su destino final sería la
ampliación de la Casa de la Cultura (lo que por cierto aun no se ha hecho). Al
mismo tiempo que “El Viejo Pérez” restauraba techos y paredes, un equipo
dirigido por el Ingeniero Antonio Puma y la Arquitecto Ana Marco Herrera, construían
en el corral de la casa, el más hermoso albergue para niños, atendido por
personal especializado, con capacidad para noventa bebecitos, hijos de
trabajadores del municipio y vecinos, quienes no pagaron jamás ni un centavo.
La
Casa se inauguró el 15 de mayo de 1992, con la bendición del hoy Obispo Gustavo
García Naranjo (entonces Cura Párroco) y un memorable concierto del cantante
Jesús Sevillano, con la presencia del
gobernador del estado Carlos Tablante, la Ministra de la Mujer doctora Evangelina
García Prince, la señora Cristina de
Vollmer presidenta de PROVIVE, la presidenta de la Fundación del Niño Margarita
de Tablante, el alcalde de la ciudad, su
esposa y un público de más de mil personas.
Un
mes antes de inaugurarse la casa y abrir sus diferentes departamentos al
público, se instaló PROVIVE, institución que donó un consultorio totalmente
equipado de ginecología y obstetricia, a cuya presidenta invitamos a instalarse
con nosotros, lo cual se hizo y fue de gran utilidad para la ciudad, por la
cantidad de invalorables servicios que prestó a las madres y a los niños.
Provive no sólo se quedó con nosotros
sino que años después abrió su “Programa Leopoldo” que fue pionero en el país
en el modelo de servicios que prestaba. El Señor Galavís fue el Coordinador
de las relaciones entre Provive y la
Casa de la Mujer por lo que la ciudad debe estarle altamente agradecida.
En
esos mismos tiempos, la casa de la mujer creó la “Casa del Menor Trabajador” en
el módulo del cementerio donde encontraron calor de hogar los niños que
trabajaban en el vertedero de basura y se crearon los ocho primeros “Núcleos de
Atención Primaria” (NAP) dirigidos por el doctor Julio César Useche, en La
Curía, Maletero, la Quebrada, el 23 de Enero, La Mora, con el apoyo de las comunidades,
los cuales después se extendieron por todo el estado Aragua y luego por todo el
país con el nombre de “Barrio Adentro”.
Al
posesionarse el segundo alcalde Ismael Concepción García, asumió la presidencia
de la “Casa de la Mujer” su esposa doña Haydee de García, con un nuevo equipo
de trabajo. Durante esta gestión se incrementaron
y mejoraron algunos servicios y se creó un ente de carácter administrativo llamado
“Fundación Casa de la Mujer” con la finalidad explícita de liberar a la
Alcaldía de los gastos que ocasionaba la casa. Se originó una confusión involuntaria
al creerse que los servicios los prestaba “La Fundación” que es un ente
meramente administrativo y se comenzó a celebrar el aniversario “de la
Fundación” con lo cual se le restaban unos cuantos años de historia a “La Casa”
y se borraban los nombres de sus fundadoras.
En realidad el pasado 31 de enero
la Casa de la Mujer fundada en 1991 cumplió 23 años. Desde entonces, a casi ninguno
de los actos organizados en la institución, han sido invitadas las fundadoras y a su presidenta fundadora Gheissa
Freites quien trabajó duro durante tres años, sin cobrar un centavo y que luego
fundó y dirigió la Casa del Menor Trabajador, ni se le menciona cuando hacen
actos para honrar a las mujeres útiles a la ciudad y ponerle condecoraciones;
ni siquiera a los actos celebrados en la propia “Casa de la Mujer” que ella
fundó. Toda esta demostración de “mala memoria”, se hizo sin el conocimiento y sin el
consentimiento del alcalde Ismael García, quien por el contrario, conocedor de los
méritos y sus aportes a la ciudad, la honró confiriéndole e imponiéndole la
“Orden Ciudad de La Victoria” en su Primera Clase por “haber fundado y dirigido
la “Casa de la Mujer Josefa Palacios de Ribas” y la “Casa del Menor Trabajador
del Municipio”. Eterna Gratitud.
Uno
de los factores del éxito de la “Casa de la Mujer Josefa Palacios” en sus
tiempos iniciales, además del excelente servicio que prestó, fue el apoyo de la
prensa regional y local. Conservamos colecciones de fotografías y de notas de
prensa que ofrecemos, para hacer una exposición sobre los orígenes de una de
las instituciones más útiles que se han creado en nuestra ciudad.
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