29 mar 2014

LOS OCHENTA AÑOS DE LA PROFESORA LUISA TERESA LANZ 
Discurso pronunciado por su ex alumno Germán Fleitas Núñez, durante la Sesión Solemne del Ilustre Concejo Municipal del Municipio Girardot, el miércoles 18 de junio del 2008, en homenaje a la Profesora Luisa Teresa Lanz de León, con motivo de su cumpleaños,

Señoras y Señores:

La escuela amaneció llena de flores, porque es el cumpleaños de la maestra. El aula está más clara y bulliciosa, los timbres anuncian el recreo y sus viejos alumnos volvemos a ser niños,  para cantarle la Canción de Pativilca, con la que el Sol de América, homenajeara a su maestro innumerable: “Maestro mío: Vd. formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso; yo he seguido el sendero que Vd. me señaló.  No puede Vd.  figurarse cuan hondamente se han grabado en mi corazón las lecciones que Vd. me ha dado; no he podido jamás borrar siquiera una coma de las grandes sentencias que Vd. me ha regalado. Vd. ha visto mi conducta; Vd. ha visto mis pensamientos escritos, mi alma pintada en el papel y Vd. no habrá dejado de decirse: todo esto es mío, yo sembré esta planta, yo la regué, yo la enderecé tierna,  ahora robusta, fuerte y fructífera, he aquí sus frutos; ellos son míos, yo voy a saborearlos en el jardín que planté; voy a gozar de la sombra de sus brazos amigos”.

Maestra mía: Usted formó mi corazón para la libertad, con la palabra, en la diaria lección, pero sobre todo con el ejemplo, que es el que enseña. Le tocó lidiar con una dictadura y no sucumbió ante ella sino que se paró en la acera de enfrente. Con la discreción que aconseja la prudencia, usted era una fuente de confiabilidad para quienes estábamos metidos en la conspiración estudiantil. Cuando los dirigentes del Codazzi iban a La Victoria a reunirse con nosotros y nos informaban sobre los profesores que nos apoyaban, siempre salía el nombre suyo. Nos alentaba un respiro de confiabilidad. Nos alegró enterarnos cuando se instaló la Junta Patriótica de Aragua, que una de sus integrantes era Usted.

Maestra mía: Usted formó mi corazón para la justicia, nos enseñó a dar a cada quien lo que le corresponde, que no otra cosa es la justicia. Que las decisiones justas hay que sostenerlas con carácter. Que una cosa es tener carácter y otra muy diferente, tener mal carácter. Usted siempre fue una mujer de carácter –que no de mal carácter.   No la mano de hierro con guante de seda, sino la mano de seda con la fuerza del hierro cuando era necesario apretar con firmeza. La mano amiga que nos ayudó a levantarnos muchas veces; la mano franca de la que hablaba José Martí.

Maestra mía: Usted formó mi corazón para lo grande, haciendo hincapié en que la clave estaba en que cada uno descubriera donde estaba la verdadera grandeza y luchara por alcanzarla. Que no consistía en cortarle la cabeza a todo el mundo para sobresalir, porque eso nos convertía en los reyes del mundo de los decapitados y que los hombres de valor, de verdadero valor, lo primero que saben,  es que valen exactamente lo mismo que vale todo el mundo. Que la verdadera grandeza debe ser identificada individualmente y no en rebaño, porque suele ser diferente para cada quien y que en la pluralidad, en la diferencia, hay grandeza porque la única manera de compartir y entendernos es entre iguales. Que hay que esquivar la falsa grandeza, el oropel, el éxito fatuo y que es necesario buscarla en los valores que nos animen, en el amor, en la solidaridad, en la paz, en la libertad, en la belleza, en la vida. Usted nos enseñó un concepto de Patria Grande y en sus lecciones de historia nos señaló cuales fueron las grandes esperanzas del pueblo en cada ocasión, cuales fueron sus luchas y cuales fueron sus frustraciones cada vez que quienes habían encabezado la marcha, se subrogaban en los privilegios e injusticias que habían pretendido erradicar y como el pueblo había sido un eterno excluido y un eterno engañado por sus dirigentes. Su lección era sobre lo que había pasado y sobre lo que era necesario que pasara. Usted fue siempre una revolucionaria en el buen sentido de la palabra.

Maestra mía: Usted formó mi corazón para lo hermoso, porque  participaba en  las actividades que tenían que ver con la cultura; la música, la poesía, la historia. Creó instituciones y estimuló desde la cátedra y desde la dirección, los grupos de estudios y literarios, las estudiantinas, las publicaciones, los conjuntos artísticos y deportivos. No en vano de entre sus alumnos salieron los  poetas, los músicos, los escritores, los artistas, los cronistas, los historiadores, que han contribuido a dibujar los rasgos de la Aragüeñidad.

El primer recuerdo suyo que conservo en mi memoria, la primera imagen que me surge cuando la recuerdo, es sentada en un banco del Kiosco que estaba en el centro del patio del ya legendario Colegio Valles de Aragua, en la Avenida Bolívar18, a pocos metros del “Bar 23”, frente a “La Fuentecita”.  Estaban sentadas Usted y otra señorita a quien en más de medio siglo no volví a ver ni oí nombrar, que se llamaba Willerma Ramírez.  Junto a ustedes, las figuras queridas del profesor José Agustín Alfonso Fábregas, su esposa Belencita Udis y misia Carmen Belén. Frente a ustedes, un profesor simpático, de bigotes de charro, con una guitarra,  cantando canciones;  y alrededor,  todos los alumnos que estudiábamos internos. Recuerdo que una tarde de serenata, el consecuente trovador  dijo: “Voy a cantar un valsesito  que le compuse a esta bella ciudad; se llama Luna de Maracay”. El profesor se llamaba Francisco Quero.


De su selva profunda de la Guayana vino muy niña a esta cálida y hospitalaria “piedra de amolar”, pero a diferencia de muchos, no vino a buscar sino a traer. Irrumpió en esta vieja capital gomera con toda la fuerza caudalosa y potente de su soberbio Orinoco  y le tocó ser testigo de excepción y actora principal en los acontecimientos más importantes de nuestro irregular siglo XX que al decir de don Mariano Picón Salas, había comenzado  el 17 de diciembre de 1935,

La Capital de hecho de la República que la recibe, es la misma que ha construido con su pasión  campesina y su voz de mando, el general Juan Vicente Gómez. Unas cuantas calles, edificios  modernos, algunas industrias, muchos cuarteles, un nuevo concepto de ciudad jardín, y un poco más afuera, potreros y sabanas, tablones de caña, agricultura, ganadería, y más allá, la Venezuela Rural que apenas se comenzaba a desdibujar con la aparición de la riqueza petrolera. Hermoso paisaje y tentador escenario para quien percibe que está todo por hacer.

Es la misma Maracay colonial de los marqueses terratenientes, cuyos únicos dos monumentos arquitectónicos son la Santa Iglesia Parroquial de San José y la casa de La Trinidad, enriquecida ahora por la arquitectura de Villanueva y Malausena: La Maestranza, el Hotel jardín, los cuarteles, el Banco Agrícola y Pecuario, El Teatro de la Ópera, El Ateneo, la Malariología.  Al cruzar algunas calles ya estamos nuevamente en los campos de tabaco, de café, de caña de azúcar, en los potreros y sembradíos. El mismo pueblo colonial y gomero que tiene un lago en la cintura y una montaña neblinosa coronando  su frente. El pueblo campesino que ha cambiado de símbolos en la medida en que cambia de selvas a potreros. El símbolo que fue ayer un tigre, es ahora un toro.

Del propio hogar debieron surgir las luces esperanzadoras; un padre maestro de escuela -o docente como se dice ahora- debió señalar que el camino era la educación. Entonces, cien años después, la moral y las luces seguían siendo nuestras primeras necesidades, como las siguen siendo ahora, doscientos años después.

Primero aprender para después enseñar y seguir aprendiendo. Primaria en la Escuela Miguel José Sanz, Secretariado y Normal en el Colegio Nuestra Señora de La Consolación, Bachillerato en Filosofía y Letras en el Liceo Agustín Codazzi, Universitaria en el Instituto Pedagógico de Caracas de donde egresa con el título de Profesora en Ciencias Sociales.

Un día cualquiera debió entrar por el ancho zaguán de la  antigua casa presidencial de la Plaza Girardot,  la augusta mansión desde donde el general Gómez rigió los destinos de Venezuela, convertida ahora en casa de estudios.  No debió imaginar la Profesora Lanz, que al poner su pie en el enladrillado corredor, estaba dando los primeros pasos de un largo recorrido de glorias para ella y para la institución que la recibía.

Es imposible que ella lo hubiera percibido,  pero en el mismo momento  en el cual su mirada casi infantil se recreaba en la belleza de los inmensos corredores, el macizo de árboles, el bullicio de los otros niños, se estaban cruzando dos caminos, dos destinos que venían de diferentes partes, pero que se unirían desde ese día para siempre.  El de un viejo Colegio Federal de Varones ahora convertido en Liceo, y el de una linda estudiante de bachillerato que un día llegaría a regir los destinos de la institución.

El Colegio Federal de Varones fue una creación del gobierno surgido como consecuencia  de la Revolución Federal, de la inútil Guerra Federal, que ni fue Revolución, ni fue Federal ni fue Guerra, y que en nombre de la Federación produjo el gobierno más centralista del siglo XIX. Su caudillo, el general Antonio Guzmán Blanco se propuso tres metas inmediatas: las comunicaciones, la inmigración y la educación. Secundado por el célebre Ministro Martín J. Sanabria,  dicta la Ley de Instrucción Pública, gratuita y obligatoria y en junio de 1875 crea junto con otros, el Colegio Federal de Varones de La Victoria, inicialmente llamado Colegio Nacional. Pero en su propio decreto de creación está la semilla de su inestabilidad porque establece que el Colegio estará en la Capital del estado. Y eso estaba  bien para la época, pero no se contaba que por esos  inexplicables y aparentemente disparatados juegos políticos del general Guzmán en ese tiempo, Aragua iba a tener cuatro capitales: La Victoria, Camatagua, Villa de Cura y Maracay y el Colegio debía convertirse en portátil y trashumante para irse detrás de la capitalidad a donde se le antojara al Presidente. Hoy en día nos cuesta trabajo entender que por esos mismos juegos políticos, La Victoria   fuera durante 20 años la capital del estado Nueva Esparta (la isla de Margarita) pero eso pasó.

Tras brincos y saltos, en 1918,  como consecuencia del traslado de la capital a Maracay, lo que los victorianos viejos llamaban “El despojo”, el ya cuarentón colegio victoriano se traslada definitivamente a Maracay.  Aquí permanecerá como “alma mater” aragüeña durante 26 años hasta que se le convierta en el ya legendario Liceo  “Agustín Codazzi”, nuestro querido Liceo “Agustín Codazzi” escenario de nuestras vidas juveniles medio siglo atrás.  Crecimos oyendo hablar del Codazzi, porque de todos los pueblos del centro del país venían los jóvenes a estudiar;  en el autobús de Rojitas venían de La Victoria Luis Pastori, Federico Brito Figueroa, José Ramón Medina, Domingo Felipe Maza Zavala,  y muchos otros aspirantes a bachilleres.  A su paso por las capitales, el colegio fue dejando estudiantes y profesores que continuaron aprendiendo y enseñando y posteriormente  se convirtieron en los Liceos “José Félix Ribas” de La Victoria y “Alberto Smith”“ de Villa de Cura. Las generaciones posteriores seguimos el mismo rumbo; estudiábamos hasta tercer año en nuestros pueblos y 4º y 5º en el Codazzi. Recuerdo con nostalgia que cuando salimos de 3º año, abrieron en la Victoria 4º de ciencias, pero yo me vine al Codazzi a estudiar  Humanidades; al año siguiente abrieron en La Victoria 5º de Ciencias y 4º de Humanidades y al año siguiente todos nos graduamos, por lo cual tengo el honor de haber sido el último victoriano que tuvo que viajar en autobús y en colas, todos los días, a Maracay, para poder ser bachiller en Humanidades.

Estos son la ciudad y el Liceo que reciben a la linda guayanesa.

La profesora nueva sabe trabajar, dicen sus superiores. Comenzó a laborar a los  17 años en un cuartel llamado “Tacita de Plata”; construido por Malausena para la Malariología, que al decir de doña Cristina Gómez de Martínez Ruí, es el cuartel más útil que tiene  Maracay,  desde donde el general en Jefe Arnoldo Gabaldón,  libró la guerra más justa de nuestra historia y quien desde esas trincheras, combatió y derrotó al general Paludismo.

La profesora nueva siempre ha trabajado porque de allí pasó al  “República de México”, el más bello de aquellos Grupos Escolares que tenían nombres de poetas y de Países hermanos  y que se acunaban en las imponentes edificaciones que habían diseñado los grandes arquitectos de la época Carlos Raúl Villanueva y Luis Malausena.

La vida codazziana comienza para ella como estudiante de bachillerato, Profesora (1951-57), Profesora por Horas (1957-58), Tiempo Completo (1958-62), Sub-Directora (1963-64), Directora (1964-86). La anteceden en el cargo ilustres profesores: Ramón Piña Daza, Juan Sequera Cardot, Jorge Semidey y Elio Soto Alvarado; y la suceden nuestro querido Rafael Parra Torrealba, María Parra, Alfredo González, Antonio Gómez Laya y Gloria Figueroa. Su tiempo codazziano suma 35 años sin contar los años de estudiante. Más que el general Gómez. El viejo caudillo gobernó desde esa casa durante 27 años; la Profesora Lanz lo hizo  durante 35. Su rectorado duró más que el de cada uno de sus antecesores y más que el de todos ellos juntos; y hasta el día de hoy, duró más que el de cada uno de sus sucesores y más que el de todos ellos juntos. Un record que será muy difícil de superar.

Simultáneamente enseña en otras instituciones y participa en la vida activa de la ciudad. En el Colegio Privado Valles de Aragua donde la conocimos, en la Inmaculada Concepción, en el Colegio Panamericano,  en el Colegio Calicanto, en el  Liceo Adolfo Ernst, en la Escuela de Artes Rafael Monasterio y en el Instituto de Educación Integral que funda, dirige y actualmente asesora con 40 años de servicio en el mismo.

Está presente como testigo de excepción o como actor principal en los acontecimientos fundamentales del siglo XX maracayero y de lo que llevamos del siglo XXI. Tiene apenas 7 años cuando muere el caudillo y se abren las compuertas a la lucha política, a la aparición de los periódicos, a la formación de los partidos políticos, de los sindicatos, de las federaciones de maestros. Ha nacido en el año auroral de las luchas políticas, el que le da nombre a la generación del 28. Tiene presencia activa en los sucesos de la Revolución de Octubre que derroca al Presidente Medina Angarita. Participa de las luchas democráticas que llevan a la presidencia al ilustre escritor Rómulo Gallegos y presencia su derrocamiento por  parte de los militares que prevalecidos de la fuerza de las armas le imponen su voluntad al pueblo desarmado. Presencia la instauración de la dictadura militar, lucha contra ella y al amanecer del 1º de enero de 1958, aparece como miembro principal de la Junta Patriótica de Aragua, encabezando las marchas del pueblo y arengando a la lucha que culmina el 23 con el derrocamiento de la dictadura. Desempeña roles activos, principales y dirigentes durante los 40 años de la calumniada y desacreditada democracia representativa y al finalizar el siglo, en 1999 es Diputado Principal a la Asamblea Legislativa del Estado Aragua.

Siempre del lado de la justicia, de la honestidad, del limpio manejo de los dineros públicos, sus actuaciones políticas pueden ser examinadas con una lupa y siempre se las encontrarán inmaculadas. Porque aun cuando participa en la vida política, no es básicamente una activista política sino una educadora,  que ejerce el magisterio dentro y fuera del aula, y una ciudadana cuyo ejercicio de la ciudadanía es apenas una prolongación de su magisterio.

De su afición  deportiva no quiero hablar porque en ella encontré la única contradicción de su existencia, que es que siendo toda la vida una apasionada magallanera, se casó con un León.  Llegó el amor que rompe todas las barreras, se entendieron bien los eternos rivales, los Leones y los Navegantes…del Orinoco y fructificaron en un hogar hermoso con Luisa Teresa, Laura Mercedes, Liliana María y los nietos; los hijos y los nietos de la sangre y junto con ellos,  los hijos y los nietos del amor, y todos nosotros que  tambien somos sus hijos porque aprendimos en nuestros hogares, que nuestra otra madre, en la escuela, es la maestra.

Sus grandes logros como directora del Liceo han sido suficientemente estudiados; no así los alcanzados por Usted como Secretaria de Educación del Gobierno de Aragua. Es necesario destacar brevemente su intención de dignificar la función docente con la firma de Contratos Colectivos que superaban los del Ministerio de Educación, la implantación de Concursos para el ingreso a la carrera docente, el Primer Concurso Nacional de Ascensos, el Programa del Texto Escolar Gratuito, la creación de las Escuelas Solidarias,  precursoras de las actuales Escuelas y Liceos Bolivarianos, la incorporación de los niños con necesidades especiales en el aula normal de clases eliminando la odiosa discriminación, en su proyecto de Aulas integradas; la ampliación de la educación preescolar a todas las escuelas, la rehabilitación física de las sedes y sobre todo, la Propuesta Curricular para la inclusión de la Enseñanza de la  Historia y la Geografía de Aragua en los pensums de estudios de Aragua, tarea en la cual contó con la valiosa colaboración de un equipo integrado por los profesores Armando Rojas,  José Luís García y Alexis Torres.

Su huella está presente en todos los sitios donde se aprende y en todos los sitios donde se enseña. Ha cursado estudios en  El Mácaro, en el Cendo, en el Instituto Pedagógico “Rafael Escobar Lara”, en la Zona Educativa, en la Dirección de Prevención del Delito, en IUPRAEL, en AVEPANE, en ICANE, en ASOVAC, CENAMEC, INCE, en el Instituto para el mejoramiento Profesional del Docente,  en los cursos de la OEA y la Creole.

Ha sido requerida por instituciones que inmediatamente contaron con su apoyo: la Casa de la Cultura, la Gobernación, la ALEA, la Sociedad Patriótica, Sociedad Bolivariana, Patronato de Ferias y Fiestas de Maracay, el Concejo Municipal, el Ministerio de Educación, la Fundación Casanova Godoy, ANAPACE, el Consejo Estadal de la Mujer, las Fundación Fadel, el Instituto Autónomo para la Igualdad de los Derechos de la Mujer, Directora Principal  del Instituto Manuelita Sáenz, Instituto de Organización Neurológica e Instituto de Educación Integral. En todos ellos dejó huella imborrable.

Sus artículos periódicos en la prensa y en revistas y libros, sus muchísimos discursos en ayuntamientos, plazas públicas, auditóriums y aulas como Oradora de Orden; sus ponencias en congresos, talleres, foros, simposios y demás escenarios,  su condición de directiva del Colegio de Profesores, de ANDIEP y otros gremios,  la han hecho punto de referencia obligada y acreedora a múltiples reconocimientos. Madrina de muchas Promociones, Condecoraciones Nacionales, Regionales y Municipales, Medallas de Oro, Placas, Diplomas, Botones de Oro, Eponimias fundamentalmente de auditóriums y bibliotecas,  Doctorado Honoris Causa,  a los cuales debe sumar en sitio de honor este que hoy le rinde el pueblo del Municipio Girardot, a través de su representación legítima que es este Ilustre Concejo Municipal.

Dio un importante paso al frente,  en el  rescate de la memoria colectiva al emprender la tarea de recopilar todo lo relacionado con la historia del Codazzi, que es la historia de Maracay y en consecuencia parte importante de la historia de Aragua y de Venezuela.  Todavía no se le ha dado la importancia debida a la historia de los liceos. Las luchas universitarias han opacado las de los liceos, pero es hora de ir poniendo las cosas en orden. La lucha de los liceos “Fermín Toro”, “Andrés Bello”, “Aplicación”, “Agustín Codazzi” y “José Félix Ribas”, contra la dictadura, fue más importante que la que se dio en los cuarteles. Deben ser historiadas. La iniciativa del trabajo de investigación colectiva emprendida por usted, materializada en el libro “Maracay, Tradición y Cambio”, debe ser imitada. El Codazzi fue el centro de la vida de Maracay, en lo político, en lo cultural, en lo deportivo, en lo intelectual. Estaba en el corazón del pueblo y era el corazón del pueblo. El liceo de Floreal Contreras, de Guillermo Rodríguez “Machete”, de Francisco Quero, el de “El Tigre” Nicandro Arvelo Angulo,  quien sentaba a los flojos en un rincón y después de dictar las preguntas del examen les decía: “Ustedes se pueden copiar y pueden sacar los libros”, para en el momento de dictar las notas, decirles: “Ustedes 4 tienen veinte puntos…entre los cuatro”.

Era el liceo de Ruth Sanoja, de Agustín Blanco Muñoz mi compañero, de Benito Pérez Ramos “Perico”, de Pablo Alvarado “Pinkel”, de “Puro Estilo”, de “Camagüey”, de Raúl Montenegro y su esposa victoriana Alicia Blank,  primera mujer Gobernadora del Estado Aragua, de los poetas Carrero y Croquer Seijas, y del profesor Rafael Parra Torrealba, a quien se le coleaban en la clase los alumnos de los otros salones y quien nos enseñó a hacer una copla, una décima y una glosa, y nos recitaba su bello poema: “la sangre lleva piedras de azules continentes”.

La profesora sigue trabajando, ofreciendo su inmenso prestigio y su palabra de estímulo a nuevos proyectos. Ahora es un símbolo del Maracay eterno, es el mejor Patrimonio Cultural Viviente de Maracay.

Hace falta mucho equilibrio espiritual para irse y quedarse al mismo tiempo. Para permanecer al frente de las responsabilidades y simultáneamente ceder el paso para que el timón lo asuma una nueva generación. De tal equilibrio ha hecho gala en sus funciones públicas y particulares. Ha preparado cuidadosamente los relevos para cederles el paso, …“bajo control”.

Las fiestas siempre terminan con canciones. No podría dejar de recordar que hace más de medio siglo, mi padre Germán Fleitas Beroes, compuso un pasaje con unos versos dedicados a la mujer guayanesa, que fueron cantados  durante mucho tiempo y que parecen haber sido escritos  para que yo los recordara en esta mañana. Los versos decían:

Quisiera saber por qué
La sabia naturaleza
Le puso tanta hermosura
A la mujer guayanesa

Quisiera saber por qué
La mujer de la Guayana
Es guitarra donde vibra
El alma venezolana.

Y hasta las mismas estrellas
Envidian su señorío
Porque es más fragante y bella
Que el Orinoco bravío.

Y es precisamente con ese ímpetu majestuoso del Orinoco bravío, como su obra, que comenzó con unos tímidos pasos cargados de curiosidad por los sombreados corredores de la imponente casa presidencial gomera, hoy se multiplica, no en navegantes solitarios, sino que se bifurca en un delta infinito de alumnos y de amigos que se vuelve voces, para cantarle en plural, la canción de Pativilca.

Maestra: El árbol  frondoso de profundas raíces, ha extendido sus ramazones hacia los cuatro puntos cardinales y ha dado frutos. Sus alumnos somos miles y estamos regados por todo lo largo y ancho de la patria y de lado allá de la frontera. Algunos (muy pocos) no habremos cubierto sus expectativas, pero la mayoría está conformada por gente útil, por gente  de bien. Maracay y Aragua son ahora mejores gracias al Codazzi y gracias a Usted. Por eso, sin pecar, podemos hoy en su cumpleaños, parafrasear a aquel alumno innumerable y cantarle en coro: “Maestra: Vd. formó  nuestros corazones para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso; nosotros hemos seguido el sendero que Vd. Nos señaló”.


                                               ¡Feliz Cumpleaños!

1 comentario:

  1. Bello homenaje a esa gran mujer. Felicidades querida y recordada Prof. Lanz.
    La recuerdo con mucho cariño y un gran respeto
    Oscar Landaeta Guzmán
    Promoción Prof. Emilio Medina (1968)

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