27 mar 2014

NÍCOLA DI TEODORO
 Germán Fleitas Núñez cronista de La Victoria

Nos asociamos al duelo que aflige a la ciudad por la muerte de
 Nicola Di Teodoro quien fue un gran victoriano 
y a su memoria reproducimos la crónica 
publicada en el diario El Clarín 
el 12 de enero de 2014






Desde hace muchos años, no pasa un día sin que alguien me felicite, me abrace y me bese, por haber publicado “mi magnífico libro ESTAMPAS VICTORIANAS”, que según me dicen mis inmerecidos admiradores, es el mejor libro que se ha escrito sobre la ciudad y sus gentes.  Me piden ejemplares y me hacen elogiosos comentarios, hasta que al final, después de algunas prudentes frases preparatorias, tengo que explicar que ese libro no lo escribí yo sino el más versátil de los escritores aragüeños, un victoriano nacido más allá de los mares, en la italiana ciudad de Abruzzo,  quien llegó a nuestro país y a nuestra ciudad,  se empeñó en ser un victoriano útil y lo logró,  afincó las raíces y dio frutos que van desde el campo meramente intelectual  hasta el  familiar. Se llama Nícola Di Teodoro cuya labor intelectual ha sido ininterrumpida. Ha incursionado en todos los géneros literarios que van desde la investigación histórica hasta la novelística, siendo el único novelista victoriano después de Rafael Briceño Ortega del siglo XIX y principios del XX  y uno de los muy pocos novelistas aragüeños. Como no traía papeles de escuelas, recibió clases particulares nada menos que con doña Margot Álvarez Mudarra-Muguerza, tataranieta del bravo general Pedro José Muguerza, el mayor de “Los Macabeos” quien debe haberle trasmitido lecciones de la victorianidad y de la heroicidad que corría por sus venas. Tiene en esta ciudad nuestra y suya, más tiempo del que tienen todos los victorianos menores de 57 años y es venezolano antes que todos los venezolanos menores del medio siglo. Victoriano útil por todo lo que ha hecho por la ciudad. Primero, conocerla a fondo en todo su pasado y especialmente en todo el presente que le ha tocado vivirla y luego, darla a conocer a los demás. No es fácil conocer a una ciudad en el rostro de sus gentes, en sus calles, en sus hazañas, en sus dolores, en sus creencias, en sus leyendas urbanas y rurales, en cada una de sus esquinas. Tiene el corazón doble repartido entre dos patrias que ama intensamente del mismo tamaño, a corazón completo; pero creo que mucho más le debemos los victorianos que los pescareños.

Nícola ya traía la pasión por las letras y desde su llegada fue un curioso observador de la vida en nuestra ciudad; sus gentes, sus calles, sus esquinas, sus personajes populares, sus sitios históricos. Venía tras las huellas de un paisano suyo descubridor; de un cartógrafo que con su geografía nos dio a conocer ante el viejo mundo,  de un médico turinés redactor del Acta de la Independencia y de infinidad de paisanos que vinieron en todas las épocas a construir el país.
Como parte de su pasantía de buen victoriano, fue Presidente de la “Junta 12 de Febrero” y de los más entusiastas creadores del “Centro de Historia de La Victoria”. Pero no ha estado solo. A su lado, la gran mujer. Como todo gran hombre, ha tenido su gran mujer, pero no detrás como dice el refrán,  sino al lado, junto a él. Casó con un sol de mujer que ha iluminado cada uno de sus días; mejor dicho “una” sol; doña Sol Ontiveros, su inseparable compañera y esposa por más de medio siglo con quién formó una honorable familia de hijos útiles también. Mary, Dinorah, Nicolás y Gabriel, nacidos en la que llama “Cuna verde con olor a caña tierra pródiga de mis hijos”. Ejecutivo de empresa, pertenece a ese otro mundo empresarial sin dejar de pertenecer a la ciudad histórica de la cual es activo defensor. Hasta una plaza le ha construido con aportes absolutamente privados, para simbolizar la hermandad ítalo venezolana. La hermosa Plaza Italia de la redoma del peaje.
Ha escrito muchos libros cuyos simples títulos nos hablan de una inquietud literaria diversa y a ratos muy autobiográfica. Destacan entre ellos: “Una Extraña Aventura”, “Gente y Tertulias de Provincia”,   “Quimeras”,  “Ángelo El Emigrante”, “El Misterio del Convento”,  “La Boda del Vikingo”, “Tras las huellas de Colón”, “El Enigma de la Sayona”,  “Hombre de Trabajo”,  “Italianos de La Victoria”,  “Plaza Italia”,  “Historia de Éxitos”,  “Abruzzo palpita en Venezuela”, “Fábulas, Sueños y Realidades”,  “Amores Bastardos”, “Sulle Orme di Colombo”.  Ha recibido reconocimientos municipales, regionales, nacionales e internacionales: la “Orden Ciudad de La Victoria”, la “Orden Ciudad de Maracay”, la “Orden Samán de Aragua”, la “Orden Mérito al Trabajo”, las italianas “Onore al Mérito Letterario” - Regione Abruzzo, la “Medaglia DOro Merito Letterario” - Camera C. Pescara, la “Onorificenza Çavaliere della Repubblica” Governo Italiano – Giorgio Napolitano. Ha recibido el Premio Municipal de Periodismo y el Premio Nacional de Literatura Orígenes.  Pero el mejor premio a su incansable pasión de escritor, es que la gente lo lea. Estudiantes, adultos, viejos y jóvenes se nos acercan diariamente pidiéndome que les consiga aunque sea prestado “mi libro” para fotocopiarlo y elaborar trabajos de investigación. Hace muchos años escribió su libro “Estampas Victorianas” que es el único libro escrito por victoriano o sobre La Victoria, que haya visto aparecer más de 5 ediciones. Es un libro completo porque abarca todos los aspectos de la vida de la ciudad. Claro está que Nícola ha escrito novelas, biografías, artículos de prensa, historia, leyendas, tradiciones, en buen castellano y en italiano. Algunas de sus obras han sido publicadas en sus dos patrias. Pero sin duda alguna, su obra fundamental es “Estampas Victorianas”; cinco ediciones, cada una mejor y más documentada que la anterior. En  “Estampas Victorianas” están la geografía, la historia y las gentes, con la ventaja a futuro de que cada una de sus cinco ediciones es más completa que la anterior ya que el autor cada día aumenta informaciones, actualiza, incorpora y aumenta. Escrito en su totalidad por él, fue ilustrado por nuestro gran cronista gráfico Eduardo Carrillo “Carrillito”. Así como sería imposible conocer a la ciudad de la primera mitad del siglo pasado sin acudir a las fotografías tomadas por Luís Fernando Wittmer, es imposible conocer la vida social de la segunda mitad, sin recurrir a las fotografías tomadas por “Carrillito” e igualmente, es imposible conocer la historia de la ciudad contemporánea sin ahondar en los libros de Nícola; especialmente, en “El Libro de Nícola”. El disparador de la cámara lo apretaba Eduardo, pero el objetivo lo fijaba Nícola. Va siendo hora de que la ciudad entera le rinda un merecido homenaje a quien con sobrados méritos ha inscrito su nombre en lo que de más positivo tiene la historia victoriana. La quinta edición nos presenta un libro primorosamente impreso por el gran editor Inocencio “Chencho” Adames, en cuyas 350 páginas está la ciudad. Por entre sus páginas habitan los artistas: Yasmina Freites de Castelaín,  Noel Hernández, Orlando Jaimes, Dinorah Fernández Barrios, “Cayito Aponte, “El Charrito” Tarsicio Poleo, Balbino González, “Los Cazadores”, el “Grupo Vera”, el torero Edgardo Díaz; el panadero Bernardo Mendoza,  el Chino Aliendres; habla de los “Símbolos de la Ciudad”, la Gaita de Estampas Victorianas,  geografía e historia, edificaciones de interés histórico, folklore y gastronomía, de las batallas, cuentos y leyendas, el encantamiento de la plaza, la llorona y el carretón, el descabezado, la mujer de los ojos de fuego,  una monja vestida de negro, las plazas, iglesias y templos, el patrimonio arquitectónico, los cronistas, Benítez, Santiago Florencio Machado, los escritores: Sergio Medina, Rafael Briceño Ortega, Luís Pastori, Julio Jáuregui, Carlos Andrade, Simón Enrique López, Reina de Arrivillaga, Carlos Julio Tavera-Marcano. Están los personajes populares más queridos por los victorianos: Yuca, Pancha,  el ciego Gerardo, Santanita, Corea,  Cantinflas, Perico,  Muñeco e´conuco,  Alejandrina “La Pavita”,  Pata e ´cabuya,  Cástulo “Carlitos”,  Manamás,  Sebastián Galíndez,  Media Cuadra,  Simplicia, Monasterios, Valentín,  la Negra de las Polanco,  Perolete. Están el tren, el estadium de La Quebrada, el viejo hospital, los petroglifos,  la papelonera de Silvita, el viejo Acueducto,  La Calera, la casa de El Tigre, el Indio Acostado, la planta eléctrica, el Puente Guzmán,  El Recreo, Piedra Pintada, , la Casa Amarilla, La Logia,  el Burro Negro,  el limpiabotas, el cuotero, el fotógrafo de cajón,  las misas de aguinaldo, el bombero, el Puente Cunene, Las Tres Gracias,  el Casco Histórico y el Museo Vial.                                
Con el ojo de quien mira por dentro, conoció a los hombres del pueblo. A quienes estuvieron antes de su llegada y a quienes lo esperaron. Siguió los rastros de los hombres idos, en un viejo papel, en un poema, en el portón de una casa, en el nombre de una esquina o en la memoria colectiva transmitida de generación en generación. Juntó sus retratos con los de “Carrillito”, Imagen y palabra metidas en un libro para memoria de las generaciones futuras.

Antes yo lo llamaba para notificarle: “Nicolás, hoy recibimos diez felicitaciones, seis abrazos, tres besos y me pidieron dos libros”. Él me los mandaba y era yo quien los repartía. Con “Estampas Victorianas”  aprendimos a lo que el poeta Eddie López llamaba “saludar con sombrero ajeno”.  

2 comentarios:

  1. Hola vecinos del Municipio de la Eterna Juventud. Me siento muy complacida en poder encontrar este tesoro de texto que lleva por nombre Estampas Victorianas. Es una forma de viaje para aquella época de oro que muchos desconocen, por las diferentes causas o motivos, pero seria muy interesante su divulgación que por algún medio comunicacional, donde se pudiera entregar a todos los institutos educacionales públicos y privados desde el maternal hasta la universitaria, ejemplares tipo cartilla o digital. Sería la forma didácticas de dar a conocer el sitio donde se nació, o se convirtió en un segundo hogar como lo expresa su autor principal el Sr. Nicola Dí Teodoro...

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  2. Maria del Pilar Suárez23 de abril de 2024, 15:58

    Por favor donde esta ubicado exactamente el puente cunene que se menciona en el escrito, el cual esta lleno de un contenido muy interesante, pero de tantos años en La Victoria nunca escuche de ese puente, gracias y d la molestia.isculpen

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