“La Quebrada”
fue de cuatro presidentes.
La
hacienda “La Quebrada” situada al oeste de la ciudad de La Victoria era a
comienzos del siglo XIX propiedad de Francisco Javier Sosa quien el 1° de
septiembre de 1812 la vende a sus sobrinos Juan Francisco y Juan Antonio
Álvarez. En abril
de 1823 Juan Francisco en su propio nombre y en representación de su hermano
Francisco Antonio la vende a Ignacia Sosa quien posteriormente vende a
Francisco Barrutia. En 1863 Jesús María Mesa Castillo actuando como curador de
Francisco Eduardo Barrutia hijo de don Francisco, vende a Ramón Pérez Montes de
Oca. El 5 de octubre de 1870 Pérez Montes de Oca vende a Eraso Hermanos y el 17
de mayo de 1879 estos venden al general Francisco Linares Alcántara
Presidente de la República quien fusiona la hacienda junto con “La
Concepción” y les cambia el nombre por el de “La Belén” en honor de su esposa
Belén Esteves. A su fallecimiento ocurrido el 30 de noviembre de 1879 siendo
presidente, lo heredan su viuda y sus hijos. Ella contrae nuevas nupcias con el
doctor Francisco Yépez quien el 1 de mayo de 1886 vende con pacto de retracto
al general Francisco Tosta García. Misia
Belén vende al general Joaquín Crespo el derecho de rescate que se
reservó en la venta a Tosta García y a su vez el general Tosta García vende
todos sus derechos al general Crespo quien queda como único dueño. Muerto el
general Crespo el 16 de abril de 1898 en la Mata Carmelera (Único presidente de
Venezuela muerto en un campo de batalla), su viuda doña Jacinta Parejo de
Crespo, después de recuperar la hacienda de Nicolás Augusto Bello a quien le
había vendido con pacto de retracto, el 1 de mayo de 1903 vende al general
Ramón Tello Mendoza, hermano de doña Lastenia la esposa del pintor Arturo
Michelena; en junio le vende también “La Curía” y “La Cumaca”. El 31 de enero de 1906 el general Tello Mendoza vende a doña María Teresa Domínguez (señora
del general Castro) y sus hijos, “La Quebrada” de la cual forman parte
tambien “La Curía” y “La Cumaca”, por habérselas agregado el vendedor. El 12 de
enero de 1921, la señora María Teresa
Domínguez, por su propio derecho y en representación de sus menores hijos
Josefina, Cipriano y Antonio Aníbal, vende al General Juan Vicente Gómez las
haciendas “La Quebrada” y “Tucua”, por el precio de trescientos veinte
mil bolívares. Aclara que compró “La Quebrada” a Tello, pero que “Tucua” la
compró al general Cipriano Castro el 11 de octubre de 1908. Este Cipriano era
ahijado del general Gómez; precisamente el ahijado por quien los generales
Castro y Gómez eran compadres; llegó a ser un gran arquitecto, fundador del
Colegio de Arquitectos de Venezuela, generoso filántropo y proyectista del
Centro Simón Bolívar. Le quedan al presidente Castro 43 días en el poder porque
el 24 de noviembre partirá a Europa por razones de salud y no volverá nunca más
a su patria. En menos de 30 años estas tierras han sido de cuatro presidentes
de la República, Linares Alcántara, Crespo, Castro y Gómez. Dura poco en manos
del Benemérito porque el 29 de diciembre 1926, le vende a su hijo el Coronel Gonzalo Gómez. Comienza la época
de mayor esplendor para la hacienda la cual se reflejará en muchas actividades
en la ciudad, especialmente en el campo deportivo. Durará
en sus manos un poco más de 13 Años hasta que el 24 de enero de 1940 le vende
la hacienda a don Luís R. Branger. Al fallecimiento de don Luís lo heredarán su
viuda doña Bárbara Rutman de Branger y sus hijos Leopoldo Luís, Rafael María y
Elena Margarita de Valladares. El 22 de marzo de 1974 doña Bárbara traspasa en
partes iguales a sus tres hijos y el 19 de julio de 1977, Leopoldo Luís y Rafael María ceden a favor de
su hermana Elena Branger de Valladares, todos los derechos y acciones sobre la
Hacienda.
Ahora bien, el 19 de agosto de 1936 se habían confiscado los bienes del general Gómez, de su herencia o por interpuesta persona. Setenta y pico de años después, luego de que la finca pasó cuatro años en poder de don Gonzalo y más de 60 en manos de la familia Branger, un Tribunal declara que sus actuales dueños no lo son ni pueden serlo, porque fue expropiada hace 70 años.
Ahora bien, el 19 de agosto de 1936 se habían confiscado los bienes del general Gómez, de su herencia o por interpuesta persona. Setenta y pico de años después, luego de que la finca pasó cuatro años en poder de don Gonzalo y más de 60 en manos de la familia Branger, un Tribunal declara que sus actuales dueños no lo son ni pueden serlo, porque fue expropiada hace 70 años.
Excelente artículo. Muchas gracias.
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