LA
ESCUELA MILITAR DE VENEZUELA EN LA VICTORIA
Germán
Fleitas Núñez
Siete
años antes de morir el General Juan Vicente Gómez, se produjo en la ciudad de
Caracas, un movimiento subversivo contra el gobierno, protagonizado por los
jóvenes estudiantes, militares y trabajadores, integrantes de la llamada Generación
del 28, algunos de cuyos miembros seguían hasta hace muy poco, ochenta años
después, rigiendo los destinos de
nuestro país. Entre los comprometidos en el alzamiento, figuraban oficiales,
profesores y cadetes de la Escuela Militar de Venezuela.
Como parte de las medidas
adoptadas por el régimen para debelar la sedición, el viejo caudillo
desmilitarizó el gabinete ejecutivo, nombrando un cuerpo de ministros formado
por puros civiles y decidió, el envío de los estudiantes en calidad de
arrestados, a la ciudad de La Victoria.
Para ese entonces aún
no se había terminado de construir el “Cuartel Mariano Montilla”, obra
decretada por el General Cipriano Castro y paralizada por el General Gómez
durante 27 años, por lo cual hacía las veces de cuartel el “Palacio Castro” o
Palacio de Campoelías, situado al frente de la Plaza del mismo nombre. Cuando
en los libros de historia militar de la época se habla del cuartel de La
Victoria, no se refieren al “Mariano Montilla” sino al palacio de Campoelías”.
La imponente
edificación hoy sede de la Alcaldía y la Cámara Municipal y futuro Museo de Historia de la ciudad, había
sido construida por el General Castro para su residencia particular y a su
caída, el gobierno gomista le había cambiado el nombre original de “Palacio
Castro” por el de Palacio Campoelías, en homenaje al héroe Vicente Campoelías,
español patriota salvador de La Victoria, el 12 de febrero de 1814 y la había
destinado para asiento de la Fuerza Armada acantonada en la histórica ciudad.
Coincidencialmente, era Director de la
Escuela Militar, el Coronel Elías Sayago, quien diez años antes en su condición
de Comandante Militar de La Victoria, había tenido a su cargo la restauración
del mencionado Cuartel y cuya actuación posterior, lo elevaría al importante
empleo de Prefecto de Caracas.
Al traslado del Cuerpo
de Cadetes a La Victoria, siguió la eliminación de la Escuela Militar, hecho
que se produjo de derecho, el día 19 de abril de 1928, mediante un escueto
resuelto del Ministerio de Guerra y Marina que decía: “Por disposición del
General Juan Vicente Gómez, se declara clausurada la Escuela Militar”. Firmaba
el decreto el Dr. Carlos Jiménez
Rebolledo, distinguido abogado, quien siendo un civil ejerció el cargo de Ministro de Guerra y
Marina durante 17 años.
La medida desalentó a
los oficiales progresistas del ejército, desaliento este que fue mayor, cuando
por vez primera desde su creación, en ese año de 1928 no egresó ningún oficial
graduado de la Escuela, creando un vacío en la provisión de conductores
calificados para nuestro ejército.
Sin embargo, aun cuando
la Escuela estaba oficialmente eliminada, los alumnos seguían recibiendo clases
gracias a que por sugerencia del general López Contreras, junto con el cuerpo
de cadetes, se trasladó a la ciudad el cuerpo de profesores y actuaban “de
hecho” como si la institución existiera. Era la primera vez que funcionaba
nuestra “alma mater” militar en tierra aragüeña, pero no sería la última;
posteriormente, luego de su reestructuración, funcionaría en Ocumare de la
Costa y en Maracay. En diciembre del 28 el general Gómez preguntó: “Eleazar,
donde están los muchachos de la Escuela Militar”? (como si no supiera). “Los tengo en el
cuartel de La Victoria, mi general, se están portando muy bien y han seguido
recibiendo clases”. “Entonces vamos a reabrir la Escuela”.
La suspensión duró
menos de ocho meses. El General Gómez le ordenó al Ministro doctor Jiménez
Rebolledo, la creación de una “Escuela de Aspirantes a Oficiales” con sede en
Caracas, la cual vendría a ser de hecho la continuación de la desaparecida Escuela
Militar. El decreto de creación de esta
institución es de fecha 13 de diciembre de 1928. Posteriormente se transformó en Escuela Militar y Naval,
hasta que fueron separadas ambas disciplinas. Entre los estudiantes que
vinieron a nuestro viejo Palacio, algunos a la vuelta de los años, tendrían
destacada figuración en la vida militar y política venezolana, llegando
inclusive algunos de ellos a presidir la República, otros a ser miembros de los
gabinetes ejecutivos en sus condiciones de ministros, otros a ser Comandantes
de Fuerza y muchos de ellos, figuras estelares en la llamada Revolución de
Octubre, en los hechos que condujeron al derrocamiento del Presidente Rómulo
Gallegos, a la instauración y derrocamiento de la dictadura y a la posterior institucionalización
de la democracia en Venezuela.
No todos los egresados de
la Escuela vinieron a La Victoria pero sí la mayoría. Veamos algunos nombres: Juan
Pérez Jiménez, Rafael Virgilio Vivas, Héctor Márquez Pérez, Luis Amaya Castro,
el futuro Ministro de Educación Néstor Prato Chacón, Alejandro Morales Useche,
Pedro Rincón Torres, José A. Monsalve, Tulio Moreno Sánchez, Marcial Dávila
Newman y Zoilo Delgado Díaz, quienes egresaron de la Escuela en 1929.
Pedro Loreto Quintana
Mayol, Gilberto Antolinez Ayesterán,
Jesús Raúl Parra García, José M. Espinoza Aguilar, el futuro General Rómulo
Fernández, Rafael Arraez Morles, José Rosario Rojas Gómez, Francisco Maldonado
Vivas, Víctor T. Arraiz Cordero, Rodolfo Aguilar, Ignacio Ramírez Espejo,
Ricardo Salas Vilona, Blas Menda León, José A. Dávila Paredes y José R.
Guerrero, egresados en 1930.
Ya como graduados de la
Escuela Militar y Naval, Marcos Evangelista Pérez Jiménez, Mario Vargas
Cárdenas, el valiente Coronel J.M. Gámez Arellano, defensor de la dignidad militar
y progresista Gobernador de Aragua durante la democracia, Eduardo Araque Páez,
José León Rangel Barrientos, Moisés Méndez Moncada, Ramón Peraza Manuitt,
Urbano Briceño, Evelio A. Roa Castro, Luis Brea Boyer, José González Hernández,
José Daniel Vera Custodio, casado luego con una distinguida victoriana, Marcelino
Rangel Barrientos, Pedro A. Bracho Urdaneta, Luis A. Colmenares Gallegos,
Enrique González Pachano quien regresó a La Victoria como Comandante del
Cuartel Mariano Montilla y fundó familia entre nosotros y tres oficiales de la
Marina uno de los cuales sería Presidente de la República y otro Ministro: Antonio José Romero Osorio,
Wolfgang Larrazábal Ugueto y su hermano Carlos Larrazábal Ugueto. Entre los
alumnos de menor edad figuraban Luis Felipe Llovera Páez, Luis E. González
Lugo, Manuel Ojeda Guía, Félix Román Moreno Huérfano, Rodolfo León Portillo,
Luis F. Prato Ramírez, José L. Pérez Labrador, Teresio Contreras Vivas, Luis
Crespo Rojas, Gonzalo Balsa, José Tirado Madríz, Rafael A. Martínez, y los
oficiales de la Marina: Rafael Quiroz Hernández, Alfredo Dao Guédez y Jesús H.
Hernández Vargas.
Fue corta la estadía de
la Escuela Militar en La Victoria pero los oficiales de las promociones
mencionadas con quienes tuvimos la suerte de conversar alguna vez sobre el
tema, recordaban con cariño y mucha nostalgia su paso por la histórica villa; recordaban
a familias victorianas y especialmente a muchachas y muchachos que fueron sus
amigos de juventud.
No es la única
vinculación de la actual Academia Militar de Venezuela con La Victoria; antes,
desde nuestra tierra, el General
Santiago Mariño Libertador de Oriente, influyó notablemente para el establecimiento
de la institución y hoy en día, desde 1984, la Virgen Inmaculada Concepción de
La Victoria, “La Virgen Vencedora”, es la Patrona de la Academia Militar de
Venezuela. Por cierto, correspondió al General de División José Antonio
Olavarría Jiménez, en su condición de Comandante General del Ejército, venir a
la ciudad a presidir el homenaje a la Virgen, con motivo de su designación como
Patrona de la Academia. El General Olavarría Jiménez es nieto del Dr. Jiménez
Rebolledo, Ministro de Guerra del General Gómez. Otra vinculación que se
proyecta hacia el futuro es que en los planes de descentralización de la
Academia Militar de Venezuela uno de sus núcleos del interior, funcionará en
nuestro imponente Cuartel Montilla.
Hemos propuesto a las
autoridades de la Academia, la colocación de una placa de mármol en el viejo
Palacio, para que las actuales y futuras generaciones sepan, que además de
escenario de las más brillantes acciones guerreras de nuestra historia militar,
La Victoria fue también sede del “alma mater” militar, en cuyas aulas se forman
hoy los futuros conductores de nuestro ejército nacional.
ESCUELA
MILITAR DE VENEZUELA (1928)
WOLFGANG LARRAZÁBAL
MARCOS
PÉREZ JIMÉNEZ
DOS
PRESIDENTES
LA
PATRONA DE LA ACADEMIA MILITAR
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