Nació en La Victoria el 29 de septiembre de 1904 y murió en Maracay el 24 de septiembre de 1975. Era hijo del maestro Jesús María Álvarez Delgado y Belén Eudocia Mudarra Rodríguez, nacida el 21 de agosto de 1868 hija de Manuel María Mudarra Muguerza quien nació en La Victoria el 14 de septiembre de 1833 y de doña Eudocia Rodríguez de León. Este abuelo de Miguel Ángel era hijo de Simona Muguerza Díaz hija del general Pedro José Muguerza León (de los Macabeos) nacido en La Victoria el 29 de junio de 1790 y de doña Faustina Díaz.
1) GENERAL PEDRO JOSÉ MUGUERZA LEÓN, padre de:
2) SIMONA MUGUERZA DÍAZ, madre de:
3) MANUEL MARÍA MUDARRA MUGUERZA, padre de:
4) BELÉN EUDOCIA MUDARRA RODRÍGUEZ, madre de:
5) MIGUEL ÁNGEL ÁLVAREZ MUDARRA-MUGUERZA,
primer Cronista Oficial de la Ciudad de La Victoria.
Miguel Ángel era tataranieto del
mayor de “LOS MACABEOS”.
“LOS MACABEOS” ERAN: PEDRO JOSÉ,
JUAN MANUEL, LAZARO, JOSÉ DE JESÚS Y JOSÉ MARÍA.
MURIERON EN LA BATALLA: LÁZARO Y
JOSÉ DE JESÚS.
EN LA PUERTA HABÍA MUERTO: JUAN
MANUEL.
Los Muguerza León eran: Josefa
María, Pedro José, Coronel Don José María, Juan Manuel (3-2-14), Lázaro
(12-2-14), José de Jesús (12-2-14), María Paula, Inés María, María Rosa y
Belén.
“No temas a este verdugo, antes
bien, mostrándote digno de rus hermanos, acepta la muerte para que vuelva yo a
encontrarte con tus hermanos en el tiempo de la misericordia.” (Libro Segundo
de Macabeos, 7)
“LOS MACABEOS”
Una
vieja historia trasmitida de generación en generación cuenta que en medio de la
batalla, muertos ya heroicamente los hermanos Muguerza, el general Ribas se acercó hasta la casa de la familia y
comunicó la noticia a la madre en los términos siguientes: “Comadre: mala
noticia para usted y para la Patria.., mataron a los muchachos”. Con estoicismo
espartano respondió la madre victoriana: “General: la mala noticia es para mí;
para la Patria no, porque ahí está el otro”. Dirigiéndose al hijo menor de
apenas diez años le dijo: “Váyase con su padrino y defienda el puesto de sus
cuatro hermanos”.
Los Muguerza eran cinco; hijos de
padre español y madre victoriana. Cuando en plena guerra a muerte le recomendaban
al “viejo Muguerza” que huyera, respondía: “Soy Patriota y tengo dos brazos y
cinco hijos para defender a la Patria”. Murieron durante la batalla JOSÉ DE
JESUS, herido mortalmente cuando subía las escaleras de la Iglesia Matriz y LÁZARO quien penetró las filas enemigas
hasta “La Otra Banda”. Ya JUAN MANUEL había entregado su vida cuando a las
órdenes de Campoelías combatía en la Primera Batalla de La Puerta.
PEDRO JOSE quien, ostentaba el
grado de Teniente fue herido y JOSE MARIA supo cumplir el mandato de la madre.
Se destacó por su temeridad y por su arrojo. La distinguida familia Muguerza
descendiente de los próceres, honra el gentilicio victoriano. Juan Manuel, Ana
Mery, Benilde, Alejandro José, Berenice, Omar y Amalia Isabel (fallecida) hijas
de Alejandro Muguerza y nietas de Juan Manuel refieren que son Tataranietas de
PEDRO JOSE y al mismo tiempo biznietas de JOSE MARIA. Ello se explica por el
hecho de que el prócer JOSE MARIA MUGUERZA contrajo matrimonio con una hija de
su hermano PEDRO JOSE, de allí que sus hijos fueran nietos de su hermano. La
madre de los Muguerza, como la madre de la Biblia ofrendó tres hijos al Dios de
la Libertad y dos para que transmitieran su sangre de héroes a victorianos del
presente y del futuro.
Los Muguerza simbolizan el
heroísmo de los hijos y de las madres de esta tierra. Serán recordados por
siempre como LOS MACABEOS.
Esta historia nos fue narrada por
el ilustre poeta Miguel Ángel Álvarez Mudarra-Muguerza (La Victoria 29/9/1904 -
Maracay 24/9/1975) quien la escuchó muchas veces de sus mayores. Fue el primer
Cronista Oficial de la Ciudad de La Victoria y era tataranieto del general
Pedro José Muguerza, el mayor de “Los Macabeos”. Frente a la versión de que “el
viejo” Muguerza era patriota (sostenida por él), hemos oído otra según la cual, fue fusilado
en 1813 por el Libertador, al finalizar
la Campaña Admirable precisamente aquí en La Victoria. Por no haber en nuestro
Archivo Parroquial libros de enterramientos anteriores a 1821, no hemos podido
comprobar esta última versión.
Dr. German Fleitas, me gustaria agradecerle un escrito que leì recientemente de usted, en el cual hablò y enalteciò la vida y obra de mi querido abuelo MIGUEL ANGEL ALVAREZ MUDARRA. No sabe el orgullo que eso representa para mi y la nostalgia que me da no haberlo disfrutando aùn mas por su prematura muerte cuando nosotros eramos aun pequeños sin embargo aùn lo recuerdo esperàndonos sentado en la Plaza de la Victoria, tan sensible familiar y dulce abuelo. Gracias a usted y a los que lo conocieron y aùn tienen palabras tan bellas para èl. Vivo en Maracaibo, en caso de que desee escribirme mi correo es vivianalvarezpineda@gmail.com. Saludos Cordiales . VIVIAN MERCEDES ALVAREZ PINEDA
ResponderEliminarHola, prima, debes ser hija de Otto. Hans Egon y Otto fueron primos muy queridos que persisten en mi memoria con buenos recuerdos, y si llegué hoy a esta página fué por el recuerdo de mi querido Tio Miguel Angel, pues estaba escribiendo unas memorias para mis hijas y hermanos que son una semblanza de seres especiales. Voy a escoger unos pedacitos para ti:
ResponderEliminarDe vuelta al pago
El regreso a La Victoria supuso una readaptación, en Maracay prácticamente no tenía amigos y no me hacían falta, mi vida se completaba con la familia y mis primos, Hans Egon y Otto, hijos de mi tío Miquel Ángel Álvarez. A pesar de la diferencia de edades, siempre me daban atención. Con ellos practicaba al blanco con un flower o practicaba box, o disfrutaba de la biblioteca y del View Master y Hans hasta me llevó de cacería con el rifle, por los lados de la laguna que ahora están inundados. Aunque no cazamos ni una mosca, fue divertido. Hans era tan mentiroso, exagerado y divertido como cualquier cazador o pescador y claro, el hacía las dos cosas.
El tío siempre fue un personaje. No era cazador ni pescador, pero como buen Álvarez, era embustero y teatral. Cuando llegaba de visita, al abrirse la puerta soltaba una potente voz: “monos y cochinos!” y entraba soltando una carcajada. Mostraba los fajos de billetes a mamá, pero no soltaba un centavo de presente.
Sus visitas eran gratas porque traía historias extravagantes, que relataba con la teatralidad propia de la familia.
Mucho antes, lo vi hacer una entrada casa del tio Carlos cuando estábamos comiendo con un gran grupo de invitados y antes de cualquier cosa, parado en el umbral de la puerta, dijo con voz estentórea ¡“El poder de Dios es terrible! ¡Con un solo gesto (e hizo un gesto con el brazo, abarcando todo) convirtió el paraíso en p i e d r a s negras!”, como si lo estuviese presenciando en ese momento. Yo pude ver, en ese gesto, con mi imaginación infantil, la transformación del Paraíso en un erial de piedras negras. Y enseguida soltó su carcajada.
Mi tío fue nombrado Primer Cronista de la Ciudad de La Victoria y hoy me enteré que existe un instituto educacional con su nombre, lo que dá la dimensión del amor que los victorianos le profesaban.
Prima, si quieres comunicarte conmigo, mandame un e-mail a hipnosisya@gmail.com, pero, p[or favor, no te sientas con obligación.
Muchas bendiciones.