DISCURSO DE LA LOPNA
GERMÁN RAFAEL FLEITAS FREITES
INSTITUTO
UNIVERSITARIO EXPERIMENTAL DE TECNOLOGÍA LA VICTORIA
OFRECIMIENTO
El Tecnológico de La Victoria, pronto será una Universidad. Dentro de
poco tiempo, nuestro Instituto Universitario Experimental de Tecnología La
Victoria, será elevado por las autoridades educativas del gobierno nacional, a
la categoría de Universidad Politécnica. Muchos años enseñando al más exigente
nivel, egresando promociones de Técnicos Superiores Universitarios altamente
calificados, y manteniendo el prestigio que hoy en día se le reconoce en toda
Venezuela y especialmente en los Institutos Superiores de Enseñanza
Universitaria, lo hacen merecedor de tan señalada distinción. Se ha ganado con
el esfuerzo de sus profesores y alumnos el derecho a ser una Universidad, y está llamada a ser de las mejores del país.
Bien merece nuestra histórica ciudad, cuyo instante más glorioso está
íntimamente ligado al espíritu revolucionario
de la universidad venezolana, a tener la suya propia. Muchas son las
voces que se han pronunciado y los esfuerzos que durante largos años se han
hecho, por lograr este objetivo. La “ciudad de la juventud”, poblada cada vez
por más de jóvenes, necesita ofrecerles una salida universitaria sin necesidad
de que tengan que viajar.
Es un derecho de los niños, niñas y adolescentes de hoy, porque ellos
son los jóvenes universitarios del 2021. Así se lo oímos decir al joven autor
de este magnífico discurso en defensa de la LOPNA , donde propone con la claridad con que suelen hablar los jóvenes, que esta ley
sí “se aplique”, y que la ciudad
encabezada por sus autoridades, emprenda
desde ya, cambios en su estructura jurisdiccional y en su reacomodo urbano.
Propone los cambios y dice cuales son.
Publicamos este discurso porque los planteamientos y las
proposiciones que contiene son justos y
necesarios; y porque es una voz más que se une, con nuevos argumentos, a las
voces que desde hace mucho tiempo piden que nuestro Tecnológico, sea una
Universidad.
Bettys Emilia Muñoz Henríquez
Directora del I.U.E.T.L.V.
PALABRAS PRELIMINARES
LA LOPNA Y LA VISIÓN DE GERMAN FLEITAS
FREITES
Dr. Carlos Andrade Villegas *
Dr. Carlos Andrade Villegas *
Cuando recibí
la atenta invitación para asistir a la conmemoración de los seis años de la
puesta en vigencia de la LOPNA ,
pensé que era una bondadosa cortesía del joven Germán Fleitas para con un viejo
amigo de sus padres y de su abuela; por lo tanto, en principio no le di mayor
importancia a tal compromiso. Sin embargo, luego de meditarlo un poco, llegué a
la conclusión de que era perentorio hacer acto de presencia, pues es imposible
desairar a quien procede con semejante bonhomía.
Con el temor de quien es ignorante en
materia de jurisprudencia acudí a la cita, que resultó a la larga una mañana de
muy gratas sorpresas que dejó en mi ánimo muchas emociones positivas.
Resulta que el patio central del
palacio Campo Elías estaba repleto de jóvenes estudiantes y de muchos viejos
amigos que hicieron muy placentero el reencuentro; desde luego que me
sorprendió gratamente la capacidad de convocatoria del orador, sin desmeritar
el interés que despierta el tema entre los estudiosos del derecho.
Vestido a la tradicional usanza de
nuestra tierra, el criollo liqui-liqui impecablemente blanco, como símbolo de la Venezuela que
permanentemente se renueva en su juventud estudiosa y trabajadora, inicia la
peroración con la serena naturalidad de quien ha trabajado en profundidad la
ley de que va a hablar.
Y allí surge a mi juicio otra agradable
sorpresa: conversar sobre una ley, que no es otra cosa que una larga lista de
artículos y considerandos, de contenidos muy importantes, pero de aburrida
lectura, que poco se prestan para el lucimiento de la oratoria, mantiene el
interés de los oyentes porque a medida que explica la pertinencia del
articulado de dicha ley, intercala datos anecdóticos muy pertinentes sobre la
materia en cuestión.
La imaginación que es rebelde y
escapista, se sale de sus casillas y me recuerda las tantísimas veces que he
oído discursos en boca del Dr. Germán Fleitas Núñez y me maravillo de la gran
elocuencia que posee. No en balde la sabiduría del refranero popular
dice que “hijo de tigre sale pintao”.
Ahora tengo la absoluta certeza que con el paso del tiempo Germán hijo superará
en el arte de la oratoria a Germán padre.
El discurso resultó tan ameno, que allí
escuchamos referencias a muy diversos tópicos de la actuación humana, va desde
los vaivenes de la alta política de la
O.N .U., hasta peripecias menudas que suelen ocurrir en un
partido de foot ball.
Desde luego que no se me puede pedir
que haga una enjundiosa valoración sobre el contenido del presente discurso,
pues para eso es mejor prestar oídos al orador; sin embargo logro extraer
algunas afirmaciones importantes, por ejemplo cuando dice que esta novísima ley
cambia el concepto de “niño tutelado” a
“niño con derechos”.
Cuando se refiere a la situación de los
niños en la pobreza extrema, de los niños limpiabotas o los limosneros o los
que hacen malabarismos en las calles a cambio de una moneda, termina
sentenciando “tiene que llegar un día en
que todos los niños sean de la calle. Ese día llegará cuando la calle sea de
todos los niños”
Definitivamente
este discurso es un canto a la esperanza, es un hermoso sueño que todos los que
amamos a la patria albergamos en lo mas profundo del ser. Debe ser leído con
detenimiento y atención, pues se trata de lo más precioso que tiene un país: LOS NIÑOS.
* Médico — Ex Alcalde de La Victoria
DISCURSO DE ORDEN PRONUNCIADO POR EL BACHILLER GERMÁN
RAFAEL FLEITAS FREITES, DURANTE LA
SESIÓN ESPECIAL DEL ILUSTRE AYUNTAMIENTO DEL MUNICIPIO JOSÉ
FÉLIX RIBAS DEL ESTADO ARAGUA, EL JUEVES 27 DE JULIO DEL 2006, CON MOTIVO DE
CELEBRARSE EL 6º ANIVERSARIO DE LA ENTRADA
EN VIGENCIA DE LA LEY ORGÁNICA
DE PROTECCIÓN DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE, POR PROPOSICIÓN
DEL CONSEJO MUNICIPAL DE LOS DERECHOS DEL NIÑO, NIÑA Y ADOLESCENTE, DEL
MUNICIPIO JOSÉ FÉLIX RIBAS.
Señoras y señores:
Comienzo por dar las gracias al Señor Presidente y demás integrantes
del Ilustre Concejo Municipal del Municipio José Félix Ribas, por haberme
invitado a llevar la palabra en esta importante sesión, y al Consejo Municipal
de los Derechos del Niño y del Adolescente en nuestro Municipio, muy
especialmente a mi profesor y amigo Jesús Colmenares, por haberme postulado.
Igualmente al respetable público que honra con su presencia este acto, a la
ciudadana Alcaldesa, a mi padrino Luís Pastori, a mis madrinas Mireya de
Briceño de Guevara y Gisela Pastori; al doctor Carlos Andrade, a doña Josefina
de Subero, a mis familiares y amigos, a
mis compañeros del Tercer año de la
Facultad de Derecho de la Universidad Central
de Venezuela, a los profesores Henry
Crespo y Jenny Noguera, directores de la Orquesta Sinfónica
Juvenil, y a los jóvenes músicos y coralistas que nos acompañan.
Al recibir la honrosa invitación, mis primeras
sensaciones fueron de mucha emoción, y un gran susto. Por lo delicado del
tema, y porque en la ciudad, tenemos excelentes profesionales que
podrían, con mayor propiedad y experiencia,
haber pronunciado este discurso.
El susto se me fue pasando, porque en los dos años anteriores, la ley más trabajada y comentada en la Facultad de Derecho, ha
sido la LOPNA. La
hemos estudiado intensivamente, con magníficos profesores, quienes nos han dado
sabias lecciones y encomendado exigentes trabajos de investigación.
Hoy nos hemos reunido para celebrar el 6º año de la entrada en vigencia
de la LOPNA ,
como seguramente se debe estar celebrando en diferentes lugares de la Patria , porque esta ley es el resultado de largos años de
trabajo, destinados a proteger los olvidados derechos de nuestros menores.
El tiempo de vigencia de la ley ha sido breve, apenas seis años; muy
pocos para hacer evaluaciones;
especialmente, si tomamos en
consideración la respuesta que dio el Primer Ministro de la China , cuando en octubre de
1992, le preguntaron que cómo había influido el Descubrimiento de América en el
destino de la China. El
Primer Ministro contestó, que apenas podría dar una opinión muy personal, una
evaluación provisional, porque 500 años era muy poco tiempo para poder dar una
respuesta definitiva. Era necesario esperar un poco más.
Seis años son muy pocos, sin
embargo, ya se han hecho mediciones y
estudios, que permiten dar aunque sea, evaluaciones
provisionales. Van, desde quienes opinan que la ley es la panacea, la solución
de todos nuestros problemas, hasta quienes afirman que es una ley que ampara el
vandalismo. Hay valiosas opiniones de lado y lado; pero lo que nadie discute,
es que el pueblo ha creído en esta ley, solicita su aplicación y la tiene como
un instrumento válido para defender sus derechos. Todos coinciden, en que se hace necesario introducir reformas
inmediatas, abrir un gran debate evaluativo y nombrar comisiones que la mejoren
con vista de la experiencia acumulada, derivada de su aplicación.
La importancia que el legislador le dio, puede medirse por lo extenso
de su articulado. Nuestro Código Civil, para regular todo el derecho civil,
todo lo relativo a las personas, los bienes, la propiedad, las obligaciones,
los contratos, todo, tiene 1995
artículos; la LOPNA ,
para regular solamente lo relacionado con los niños, niñas y adolescentes,
tiene la tercera parte.
Nuestra Constitución Nacional que es la Carta Magna , tiene 350
artículos, mientras la LOPNA tiene 685; casi el doble.
En Venezuela siempre hubo la voluntad de proteger a los niños. Al menos
en el papel. Pero esas protecciones se inspiraban en conceptos anticuados. Se
hablaba de ayuda, de generosidad, de benevolencia, de misericordia, de
desprendimientos, de caridad cristiana, de limosna.
Nunca se habló de derechos de los niños, y mucho menos, de la obligación que teníamos los adultos de
reconocer y respetar esos derechos. Nunca se habló de “protección integral del menor”, sino de la “situación irregular del menor”. Los nombres de los albergues que
se destinaban a empotrerarlos, nos lo
dicen claro; se los llamaba correccionales o reformatorios. En este Palacio de
Campoelías, funcionó uno que regentaron
las monjas del Buen Pastor, durante casi medio siglo. A este palacio, se
lo llamaba: “El Reformatorio”.
Pero la actitud paternalista del estado siempre ha estado presente. Hasta durante el gobierno del
general Gómez, en los años 30 del siglo pasado, hubo en La Victoria un programa
de asistencia que se llamaba “La Gota de Leche”, que
consistía en repartirle diariamente a cada niño, un vaso de leche de vaca. Lo que fue 70 años después, el PAMI. En mi casa se conservan fotografías de esas
reparticiones de leche, porque la repartía mi bisabuela, quien había fundado
junto con el Dr. Fulgencio Cecilio Carías, la Cruz
Roja de La Victoria.
Y yo prácticamente aprendí a
caminar en una institución dedicada a la atención de la mujer y el niño, la “Casa de la Mujer Josefa Palacios de Ribas”
que había sido creada por mi padre en 1990 y cuya Primera Presidenta fue mi
madre; y crecí, acompañándola todos los
días, a la “Casa del Menor Trabajador”,
en el Módulo del Cementerio, dedicada a
atender a los niños que recogían basura en el vertedero del cementerio.
Pero el origen de esta ley que hoy celebramos, se remonta a 1989,
cuando la Organización
de las Naciones Unidas, reunida en Nueva
York, aprobó por unanimidad, la “Convención
Internacional de los Derechos del Niño”. Este tratado cambió los conceptos
y convirtió las necesidades, en derechos.
Antes el niño, para los
estados, “tenía necesidad de educación”, “necesidad de salud”, “necesidad de
alimentación” y se trataba de satisfacer esas necesidades. A partir de la Convención , tiene “derecho a la educación”, “derecho a la
salud”; “derecho a la alimentación”, y el estado y la sociedad están en la
obligación de reconocer y satisfacer, esos derechos. Cambia el concepto del
niño tutelado, al del niño “con derechos”.
No fue inmediata la adopción de este nuevo concepto por parte de la ONU. El proceso fue laborioso. Largos debates retardaron su
adopción. “Las cosas de palacio, marchan despacio”. Estos retardos se originan en el hecho
comprobado, de que todo grupo humano,
del tipo que sea, avanza, a la velocidad del más
lento.
Nos contaba nuestro profesor de Derecho Internacional Público, que en
una oportunidad, en la ONU , se discutió durante más de doce años, la
forma que debía tener una mesa de reuniones. Un grupo de países opinaba que
debía ser redonda para que todos estuvieran a igual distancia; otros, que la mesa debía ser en forma de “U”;
estos, que ovalada; aquellos, que rectangular.
No lograron ponerse de acuerdo. Al tiempo, la comisión se disolvió sin haberse
reunido nunca.
Ese es un botón de muestra, de su poca eficiencia en la resolución de
los grandes problemas de la humanidad. Por eso la guerra, que siempre mata más niños y adolescentes que soldados, se enseñorea en diferentes regiones del
mundo.
Parece ser verdad, lo que dice
el humorista cubano Virulo, de que ya el enemigo no es el campo socialista, ni
el campo comunista, ni el campo imperialista, sino simplemente, el campo. Cada día, nos acercamos más a la hecatombe
nuclear, y a la profecía de Albert
Einsten, quien al responder a una
pregunta, dijo que no sabía como iba a
ser la tercera guerra mundial, pero estaba seguro de que la cuarta, iba a ser “a piedra y palo”.
Hace 18 días, en la oportunidad de culminar el Mundial de Fútbol Alemania
2006, el Secretario General de la
ONU , Kofi Annan,
afirmó que “envidiaba” a la
FIFA , no solo porque tenía afiliados a 26 países más que la ONU , sino porque había sido
más eficiente en unirlos, en ponerlos de acuerdo, en reconocer la igualdad de
todos, en el respeto de las reglas de juego, en la obediencia a las decisiones
del árbitro (lo que no había logrado
nunca la ONU ), en
la lucha contra la discriminación racial, y porque sus soluciones son
inmediatas y generalmente aceptadas; aunque algunas no nos favorezcan en todo lo que quisiéramos, pero
al menos mantienen un equilibrio que es necesario para la coexistencia
pacífica.
Solo así se explica, que pese a las diferencias y superioridades fuera
de la cancha, Trinidad y Tobago le
empate a Inglaterra; Ghana, con su director venezolano le empate a Suecia y le gane a Estados
Unidos; que el líder goleador de la Liga Española sea el
camerunés del Barsa, Samuel Eto; y que
el próximo Mundial sea en el África; el
Sudáfrica 2010.
Casi una década después, el 2 de octubre de 1998, se promulga la LOPNA , pero en su antepenúltimo
artículo, se establece una “vacatio legis” de año y medio. La “vacatio legis”
es una vacación de la ley. En su primer artículo, el Código Civil dice que la
ley es obligatoria desde su publicación en la Gaceta Oficial , o desde la fecha posterior que ella misma
indique. El lapso comprendido entre la promulgación y esa fecha posterior, es
la “vacatio legis”. Pues bien, el 2 de
octubre del 98, se estableció que la ley entraría en vigencia año y medio
después; el 14 de abril del año 2000, y así se hizo.
Como hemos visto, esta ley es de vieja data, pero su aplicación actual,
se inserta en el proceso de adaptación legislativa, para sintonizar nuestro ordenamiento
jurídico, con el proceso de cambio que vive la República.
Ahora bien, ¿Cómo es la ley que hoy celebramos?
Lo primero que hay que decir es que es extensísima; es una de las leyes
más extensas que tenemos. Lo segundo, que cambia las necesidades de los menores
en “derechos”, y crea los órganos y procedimientos que requiere para su
correcta aplicación.
Como ya dijimos, tiene 685 artículos;
el doble que la Constitución
Nacional ; y está dividida en 6 títulos y 26 capítulos.
Los 6 títulos contienen las disposiciones directivas, los derechos,
garantías y deberes, el sistema de protección (que es el título más extenso),
las instituciones familiares, el sistema penal de responsabilidad del
adolescente, y las disposiciones transitorias y finales.
En el articulado fija su objeto, que es garantizar a todos los niños,
niñas y adolescentes, el ejercicio y
disfrute pleno y efectivo de sus derechos y garantías. Comienza por definir al
niño como toda persona menor de 12
años; y al adolescente, como el mayor de 12 y menor de 18, (con
lo cual mejora el concepto de la
ONU ), y de allí en adelante,
va estableciendo principios y obligaciones. Todos los niños son iguales,
sin importar su sexo, idioma, religión,
creencias, color, cultura, ideas, raza, edad, opinión política, condición
económica o social, enfermedad, limitaciones, discapacidad, filiación, o cualquier
otra condición.
El estado debe mediante todos sus poderes, garantizarle el ejercicio
pleno de todos sus derechos. Igual obligación tienen la familia y la sociedad.
El niño tiene prioridad absoluta. Es primero y principal; y para orientar su aplicación, la ley, crea
un principio de interpretación que es el “Interés
Superior del Niño”. Establece el principio de gratuidad de las actuaciones,
todas en papel común y sin estampillas.
¿Cuáles son esos derechos?
Primeramente, el derecho a la vida; a un nombre, a una nacionalidad; a una identificación, a ser inscrito en el Registro Civil, a una Declaración del Nacimiento en Instituciones Públicas de Salud, a la expedición gratuita de
Todos los niños y adolescentes tienen derecho a un nivel de vida adecuado, con alimentación, salud, vestido, vivienda digna, y acceso a los servicios públicos esenciales.
Tienen derecho a un ambiente ecológico y urbano sano y equilibrado; a la integridad personal física, psíquica y moral; y a ser protegidos contra el abuso o la explotación sexual, laboral o de cualquier otro tipo.
Una de sus partes más importantes de la ley, es la que se refiere al derecho a la educación, porque todos conocemos la deuda que tiene Venezuela con sus hijos en materia de educación. Es mediante la educación del pueblo, como podremos vencer las carencias que todavía padecemos; y lamentablemente, como si no hubiéramos avanzado nada, todavía, dos siglos después, la moral y las luces, siguen siendo nuestras primeras necesidades.
Todos tienen acceso a educación gratuita, en planteles cercanos a su residencia y a ser respetados por los educadores. Se prohíben las sanciones corporales y las expulsiones por causas no establecidas en la ley. Se establecen vínculos entre la educación y el trabajo, y se crean regímenes y programas que se adapten al tiempo de los niños y adolescentes trabajadores. Igualmente se garantiza el respeto para los niños y niñas indígenas a permanecer y ser respetados en sus ambientes, sus creencias, su vida cultural, su idioma, sus saberes y sus milenarias tradiciones.
Atención especial merecen los niños con necesidades especiales, hasta su inserción en el colectivo escolar.
Descanso, recreación, esparcimiento, deporte, juego y las instalaciones que requieran para su ejercicio; honor, reputación, imagen, inviolabilidad del hogar y de la correspondencia, vida privada e intimidad familiar, quedan consagrados y garantizados.
El título tercero fija
los sistemas de protección, las políticas y programas, las medidas de
protección y los órganos administrativos.
En este título (artículo 134), se crean el Consejo Nacional, los Consejos
Regionales, y los Consejos (con “S”)
Municipales, de Protección del Niño, Niña y Adolescente. Igualmente,
a las entidades de atención, funciones, registros, defensorías,
inspecciones, sanciones, multas, juicios penales, procedimientos
administrativos, recursos, conciliaciones ante las defensorías, y aprovisionamiento de recursos económicos.
En nuestro Municipio, ese Consejo, encargado de aplicar la ley, ha estado a cargo de Evelin García, Eudes
Rodríguez, Haydee Bejarano, Jesús Colmenares (actual Consejero), y Laura
Vallejo (actual Presidenta).
En su título cuarto define a la familia, integrada por padres,
descendientes, ascendientes y colaterales; da iguales derechos a todos los
hijos, sea cual sea su filiación; regula la Patria Potestad , la guarda, la
obligación alimentaria, las visitas, las autorizaciones para viajar, la familia
sustituta, la colocación familiar, la adopción nacional e internacional, los
procedimientos contenciosos familiares y patrimoniales.
En el quinto título, el sistema penal de responsabilidad del
adolescente, las garantías procesales y de investigación, el juicio oral, los
recursos, las sanciones, medidas, la justicia penal, la participación del Ministerio Público y la
policía, la relación imputado defensor, víctima querellante, los órganos
jurisdiccionales y las disposiciones finales.
Garantiza a los niños, niñas y adolescentes, la libertad de pensamiento,
de conciencia y religión, el respeto a sus tradiciones culturales,
especialmente a las minorías étnicas, y
la libertad personal.
Se prohíben la
Esclavitud , la
Servidumbre y el Trabajo Forzoso, y se consagra la Libertad de Tránsito y la Protección Contra
el Traslado Ilícito.
Consagra el derecho a Información en Materia de Salud, protección
de Garantiza el derecho a
Se consagra el derecho a opinar y a ser oído, a participar, a la libre asociación y reunión, a defender sus Derechos, a
En materia laboral se le fija una jornada de trabajo de seis horas diarias, una edad mínima, armonía entre el trabajo y la educación; igual remuneración bien sea en trabajo rural o doméstico, y los derechos de sindicalización, huelga, vacaciones, servicio médico, presunción de la relación laboral, presunción de existencia de contratos y Seguridad Social.
Igualmente, la ley fija los deberes. Honrar a la patria y sus símbolos, respetar la ley, los derechos de los demás, y a sus padres, representantes o responsables; defender activamente sus derechos, cumplir con sus obligaciones en materia de educación, respetar la diversidad y al medio ambiente.
Como puede verse, se fijan más derechos que obligaciones, ya que la mayor parte de las obligaciones recae sobre los adultos, como debe ser.
Mucha tinta se ha derramado con relación a esta ley. Internet tiene 400 mil ventanas esperando por los estudiosos de la materia. Allí están las críticas y elogios más diversos. Desde la objeción que nuestra profesora María Candelaria Domínguez le hace al difícil proceso de adopción, hasta las críticas a lo que algunos llaman “la impunidad del menor”.
Entre nosotros, el Consejo (con “S”) Municipal de Protección de Ribas
elabora un reporte mensual de actividades y lo mismo hace la Defensoría Municipal.
En una muestra aleatoria que nos fue gentilmente cedida por el Dr. José Antonio
Díaz Chávez, pudimos observar un promedio de
80 casos mensuales. Menos de tres por día, que para una población de 250.000 habitantes
mal contados, es una cifra muy poco
alarmante. Por supuesto que influye un elemento cultural, que consiste en resistencia a demandar, tal
vez por lo novedoso del procedimiento y de la ley.
La mayor cantidad de
solicitudes, es por maltrato, orientación, medidas de protección, trabajo en conjunto con la Policía de Aragua y
autorización para viajar dentro del país. Las zonas de donde procede la mayoría
de los casos, son Zuata, Las Mercedes, La Mora y el Centro.
El 57% de las personas atendidas, fue en busca de orientación. El
defensor recibe también casos de otros municipios, pero sin intervenir, por respeto a las otras jurisdicciones; pero
no permite que el consultante se retire, sin ser debidamente atendido.
Por la minuciosidad con que están elaborados tanto el informe de las consejeras Yexilay Orozco,
Anahir Reyna y Mirla Monsalve, como el
de la defensora Carmen Cisneros, se desprende, que el trabajo se hace con la
responsabilidad, que la ley exige a sus
funcionarios. ¡Felicitaciones!
Me
inclino hacia el lado de quienes piensan que esta ley puede ser una panacea,
que puede ser la solución de muchos problemas, siempre y cuando se de una
condición que pocas veces se da con las leyes venezolanas: que se cumpla.
Papel aguanta lo que le pongan. Una cosa es lo que dicen las leyes y
otra muy diferente es su aplicación en la realidad. Hay obligación de educar gratuitamente, pero en la Facultad de Derecho de la UCV , acaban de presentar
examen de admisión 8 mil aspirantes para llenar 200 cupos. Nadie sabe qué habrá
pasado con los otros 7800.
No sigamos permitiendo que nuestros niños se salgan de este libro, para
irse a las esquinas a limpiar parabrisas, o a hacer malabarismos con pelotas o
pines, a cambio de limosnas para poder
comer. Como tampoco debemos permitir que nuestros indígenas, se sigan saliendo
del Escudo Nacional, donde los metimos recientemente, para irse al Terminal de Pasajeros de
Maracay, a pedir limosnas con unas perolitas, para poder comer.
Tiene que llegar
un día feliz, en que todos los niños
sean de la calle. Ese día llegará, cuando la calle sea de todos los niños. Nuestros niños, niñas y
adolescentes reclaman hogares donde crecer, padres y familiares que les den
amor, y un entorno con seguridad, sin balaceras, donde jugar, donde estudiar,
donde trabajar y donde vivir.
Hay que trabajar con la mira puesta en el futuro. Así como con tiempo
suficiente arreglamos nuestra casa, para
recibir a un invitado o para celebrar un cumpleaños, debemos, con tiempo, irle
arreglando la ciudad y el municipio, a los niños que están naciendo hoy y que
tendrán 15 años en el 2021.
Para que cambie la condición del niño, debemos
cambiarle el escenario. Nada
lograremos con criar niños sanos y felices, que al salir a las puertas de sus
casas, se encuentren atrapados en el medio de una balacera entre malandros. No
se trata de adecentarle los niños a la ciudad, sino de Tenemos que trabajar para que
ese niño tenga en la esquina de su casa, un parque infantil, un preescolar, una
cancha, una escuela, un dispensario.
En cada centro poblado, el edificio más grande después
de la iglesia, debe ser la escuela. No debe crecer bajo la sombra de la
exclusión, de la falta de cupo en el liceo o en la universidad. Por eso, hay que aplaudir con las dos manos el anuncio
hecho por el profesor Jesús Colmenares, según el cual serán convertidos en Bolivarianos, cuatro de nuestros liceos,
entre ellos el legendario liceo José Félix Ribas y el García de Sena.
Ello significa bibliotecas de libros y virtuales,
laboratorios, incorporación del liceo a la vida activa de la ciudad y a la
participación en la solución de los problemas, elaboración de proyectos
comunitarios, convivir, saber y hacer;
construcción y adaptación de las plantas físicas, sin que nos amenace el
fantasma del cupo. Significa también la exaltación de los saberes del pueblo,
propios de la región. No se justifica que en nuestro municipio se celebre en
todas partes con profusión de propaganda y gastos, el Halloway, y en cambio se
confine a muy pocos lugares y a solo el día 2 de noviembre, el baile de La Llora.
Tenemos que innovar, inventar, ser originales, ser
creativos; todo lo que se nos ocurra,
vale. Solamente en esta materia es mucho lo que podemos y debemos hacer.
Podríamos implantar en todas las
escuelas primarias de nuestro municipio,
el estudio obligatorio del “cuatro”, el instrumento nacional, de fácil
adquisición, aunque sea en sus cuatro
tonos básicos, “Re Mayor”, “Si Menor”, “La Mayor ” y “Mi Menor”. Ese programa, que bien
podría llamarse “Cambur Pintón”, iniciaría a nuestros niños en la música, en el
conocimiento del folklore y en consecuencia, de nuestra cultura popular.
Podríamos procurar que
en los liceos, escuelas técnicas
y universidades, cada alumno cante el Himno Nacional en su voz. El bajo, en la
voz de bajo; la soprano, en la de la soprano, el tenor en la suya y la
contralto en la suya. En pocas lecciones, la reunión de cuatro alumnos
constituiría una coral, nos introduciría sin esfuerzo, en el hermoso mundo de la música, del
patriotismo, y nos evitaría el
espectáculo penoso que se produce, cada
vez que un colectivo, canta desafinado y
sin marcialidad, nuestro imponente Himno Nacional.
Suponemos que la bolivarianización de esos liceos, es
el primer paso y que luego vienen los demás. No corramos el riesgo de ofrecer
escuelas de primera y escuelas de segunda, cuando queremos producir solamente
estudiantes de primera.
“Venezuela es un país del Primer
Mundo”. Así lo afirmó nuestro
Gustavo Dudamel; un compañero de estos muchachos del Sistema Nacional de
Orquestas de Venezuela, que nos honran con su presencia y que son la mejor
prueba contra quienes dudan de la capacidad creativa y organizativa de los
jóvenes. Por cierto, a este Gustavo Dudamel lo corrieron de Maracay porque como
director no iba a servir para nada, y a los 16 años dirigió a Orquesta
Sinfónica de Venezuela, y luego la Orquesta Sinfónica
de Berlín. Actualmente tiene 23 años y dirige la Orquesta Sinfónica
de Suecia.
Este ejército de jóvenes músicos tiene 250 mil hombres. Muchos más que
nuestra Fuerza Armada; y dentro de poco tendrá medio millón. No existe ningún
otro país en el mundo que tenga en una sola red, más de 190 orquestas y 250 mil ejecutantes.
En el magnífico documental “Tocar y luchar”, sobre el sistema
nacional de orquestas, Gustavo
Dudamel en un gesto de humildad que lo
engrandece, atribuye su éxito al trabajo
del equipo. “Yo en los conciertos no
toco ningún instrumento; apenas la batuta. Si los instrumentos no suenan bien,
mi batuta fracasa. Lo importante es el trabajo en equipo, una buena partitura y
el amor que ponemos en lo que estamos haciendo”. Lo mismo debe ser válido para todo. Dirigir un municipio debe ser parecido a manejar una orquesta; y ustedes, señores Alcaldesa y Ediles, tienen la batuta. Los músicos estamos esperando que nos dirijan; y la partitura es un buen programa de obras, acciones e iniciativas, en cuya elaboración estamos dispuestos a colaborar.
La partitura debemos componerla entre todos. Vamos a
hacerla entre todos y a dar ejemplo de
grandeza, sin mezquindades, porque en esta materia no se puede discriminar. Que
todos sumemos esfuerzos y aprendamos nuevamente de los chinos, quienes
dicen, que no nos debe importar “de qué color sea el gato, con tal de que cace ratones”.
Se trata de cambiar la ciudad, pero no en su coreografía sino en su
funcionalidad. No es cierto que los cambios físicos siempre produzcan
modificaciones de conducta, y si los producen es en apariencia. El mejor
ejemplo lo tenemos en el Metro de Caracas. Nuestra profesora de sociología, al tratar el tema, repetía que en el metro,
la gente habla bajito y no tira papeles en el suelo. Eso es verdad. Pero es un
cambio en la apariencia. La realidad está,
en que frente a una mujer embarazada, de pie, con un niño en un brazo y
una pañalera en el otro, que hace esfuerzos para agarrarse del tubo y no
caerse, van sentados caballeros jóvenes, sanos y fuertes, que bajan
discretamente la mirada y la meten dentro de un libro, para hacerse los locos y
no tener que cederle el puesto a la señora. Ahí no hay ningún cambio verdadero.
Como yo viajo todos los días en el metro, un día en clase, le dije a mi
profesora, que obviamente, ella solo se
movilizaba en su carro y con chofer, y
no en el metro.
No se trata de hacerlo todo a la carrera; se puede ir poco a poco. Como
la orquesta, que comenzó siendo un proyecto de minorías para minorías, hoy en
día es un proyecto de minorías para mayorías, y dentro de poco será de grandes
mayorías para grandes mayorías.
Confío en que nuestra
Municipalidad, pensando en los quinceañeros del 2021, oiga hoy las
sugerencias que muy respetuosamente les formula un veinteañero del 2006.
No se trata, señoras y señores, de adecentar y amoldar a los niños,
niñas y adolescentes para que le luzcan,
para que le queden bonitos a la ciudad. Por el contrario, se trata de
adecentarle y amoldarle la ciudad a los niños y adolescentes, y a todo el
mundo, para que todos podamos vivir felices.
Proteger al niño hoy, sin pensar en el joven de mañana y el hombre
adulto de pasado mañana, es sembrar sin la ilusión de la cosecha.
Y como dice Ricardo Arjona: “es
tanta mi fe, que aunque no tengo jardín, ya compré una podadora”.
Señoras y señores:
Dentro de menos de 4 años, celebraremos el bicentenario del 19 de abril
de 1810; dentro de menos de 5 años, el bicentenario del 5 de julio de
1811, Día de la Declaración de la
Independencia; dentro de menos de 3
meses, el 26 de octubre, cumple 280 años de haber nacido aquí en La Victoria,
el coronel Juan Vicente Bolívar y Ponte,
padre del Libertador; y lo que es más importante para nosotros, dentro
de menos de 8 años, es el bicentenario de la Batalla de La Victoria.
¿Y, cómo nos estamos preparando?
Somos el municipio más emblemático del centro del país. Tenemos un
claro destino agrícola, industrial, histórico y universitario.
Es necesario reactivar la zona industrial, si no con sus antiguos
propietarios, con gente nueva que quiera activar las industrias apoyados por el
estado. Son miles de puestos de trabajo para nuestros adolescentes de hoy, dentro
de diez años.
Nuestra población estudiantil arrojará un número de muchos miles de
niños al preescolar, a la escuela, al liceo y a la universidad. Eso ya está
calculado. Es urgente prever esta situación y reforzar las instituciones e
instalaciones educativas. Pero hay que hacerlo desde ya.
Los niños que están naciendo hoy, son los quinceañeros del 2021, en una
ciudad que debe comenzar ahora mismo su reacomodo urbano, a fin de aprovechar
su evidente vocación de ciudad turística. Se hace necesario prever la
infraestructura necesaria; barajar el juego y cambiar el destino de muchos
espacios del ente urbano. Hay mucho
terreno vacío donde caben parques infantiles y canchas múltiples. El Cuartel
General Mariano Montilla debe convertirse progresivamente, en el Museo de
Historia Militar de La Victoria; este Palacio de Campoelías, construido como residencia de un Presidente
de la República ,
debe ser convertido en el Museo Histórico de la Ciudad ; la antigua Casa de
Camacho, sede provisional de la Casa de la Mujer “Josefa Palacios de Ribas”, debe cumplir
con el destino que se le fijó al comprarla, que es el de ampliar la Casa de la Cultura ; el edificio del
Mercado Municipal de La Mora
debería destinarse a Gimnasio Cubierto de la ciudad; hay que crear la Casa de la Cultura del Barrio de
Jesús, y las de Guacamaya, Pao de Zárate, y demás comunidades, urbanizaciones y
barrios. Es hora de que se organicen las nuevas Parroquias Eclesiásticas, paso
previo a la creación de la
Diócesis de la Victoria, con la consiguiente restauración de
nuestra imponente Catedral. Debemos terminar de restaurar el Teatro Municipal
“José Félix Ribas”, la Plaza de Toros y el Museo
Taurino, así como construir nuevos espacios culturales, en las instalaciones
del Nuevo Circo y “La Gallera ” de Gonzalo Gómez.
Construyamos las tribunas del Estadium
Francisco de Miranda, la tan ansiada Manga de Coleo, la sede permanente para la Junta 12 de Febrero, el
Archivo Histórico de la ciudad, y el Casco Histórico. Todas estas iniciativas
son posibles y fáciles de lograr, pero deben ser emprendidas por todos los
sectores interesados en la vida de la ciudad, encabezados y estimulados por la
municipalidad.
En lo político administrativo, tenemos que ir pensando en organizarnos
en un Distrito Metropolitano que una los municipios del antiguo Distrito
Ricaurte, como lo permiten los artículos 170º y 171º de la Constitución
Nacional. Es necesario mancomunar algunos servicios como los
de seguridad, salud, vivienda, educación,
aseo urbano, agua y transporte.
Hay muchas ideas en el ambiente. Señora Alcaldesa, Señor Presidente: bajen la batuta.
No es descabellada la idea de que esta mancomunidad gestione y logre un
ramal del ferrocarril; un metro, que
venga desde Las Tejerías, Sabaneta, El Consejo, La Victoria y San Mateo, hasta La Encrucijada , para que
allí empalme con el Ferrocarril que viene de los Valles del Tuy, hacia Maracay,
Valencia y Puerto Cabello.
Señoras y señores:
Creamos más en el desarrollo endógeno que en el
exógeno. Tiene más oportunidad de desarrollo inmediato el Municipio, que la República , por aquello
“del más lento”. Solo desarrollándonos desde los municipios, desarrollaremos a
Venezuela.
Hemos sido pioneros en muchos programas que son punta de lanza en la
actualidad. Aquí en Las Victoria se instalaron los primero Núcleos de Atención
Primaria (NAP) de Venezuela (hoy Barrio Adentro), las primeras Farmacias
Populares y una de las primeras escuelas para niños especiales, la que con
tanto empeño gestionó y logró la profesora Silvia Forti en Zuata.
No permitamos que el nuestro se convierta en un municipio poblado por hijos huérfanos de padres vivos. La LOPNA es el arma. Podemos
llegar a ser territorio libre de niños de la calle; un municipio piloto en atención a los niños
de la calle. Tenemos un antecedente que fue la Casa del Menor Trabajador,
institución que atendía a los niños que recogían basura en el vertedero del
cementerio.
Aparte del apoyo gubernamental, se elaboró una lista de padrinos
(empresas y personas particulares) que apadrinaban un niño y lo mantenían de un
todo. Podríamos construir un gran albergue, que muy bien podría llevar el
nombre de Doña Margot Hernández, una victoriana que durante 50 años, en esta
misma calle, mantuvo una “Escuelita”, la “Escuelita de doña Margot”, en la cual
niños de la calle recibieron comida, aseo, atención y los más importante:
cariño. Los padrinos surgirán voluntariamente; pero si no aparece ninguno,
podemos reclutar un voluntariado, aplicando el método que aplicaba el general
Gómez cuando decía: “Ahí le mando los
voluntarios, devuélvame los mecates”.
Para garantizarles éxito profesional y laboral en el futuro, debemos
seguir luchando por nuevas posibilidades para nuestros estudiantes
universitarios. Hay que respaldar y apoyar las gestiones del equipo que dirige la Profesora Bettys
Emilia Muñoz Henríquez, para que nuestro Instituto
Universitario Experimental de Tecnología La Victoria, sea elevado a la
condición de Universidad Politécnica
“Federico Brito Figueroa”; estimular
la instalación de instituciones universitarias y extensiones de las ya
existentes, y fortalecer a la Universidad Bolivariana de La Victoria, acondicionando los espacios físicos que ocupa.
Muchas veces los grandes problemas requieren de grandes soluciones;
pero casi siempre, se remedian con soluciones pequeñas. Por
ejemplo, los grandes problemas de nuestra Universidad Bolivariana de La
Victoria, se resuelven con un policía, diez pocetas, un autobús y una caja de
bombillos.
Si logramos, por ejemplo, que los universitarios que estudian en el
Grupo Escolar “Rubén Darío”, salgan de
clases a un estacionamiento iluminado, con vigilancia policial y un autobús que
los lleve a Zuata, estaremos contribuyendo a que nuestra Universidad Bolivariana
de La Victoria, sea una universidad de primera.
Y para ahorrarle el viaje diario de ida y vuelta, al ejército de estudiantes que sale a las
cuatro de la mañana, a estudiar en
Caracas carreras que no se ofrecen en la ciudad, se hace necesario que la
municipalidad abra o subsidie, una Residencia Estudiantil en los alrededores de
la Universidad Central
de Venezuela, una Embajada de La Victoria en Caracas, que bien podría llamarse
“Residencia Estudiantil Ciudad de la Juventud ”.
Señoras y señores:
Nuestra
querida ciudad, representada por el ayuntamiento, ha celebrado y honrado a una
ley que protege a sus hijos, porque debe defenderlos, como ellos la defendieron
ayer.
Los
niños y adolescentes de 1814, no tenían ley que los amparara y protegiera sus
derechos. Alcanzaron la gloria a fuerza de fe y de coraje.
Debemos
esforzarnos para con nuestras previsiones y acciones, ser dignos de ellos.
Seamos
dignos de nuestra catirita Bárbara Berblinger;
Seamos
dignos de nuestro Capitán de dos años, José Félix Ribas y Palacios;
Y
especialmente, seamos dignos de ese niño que hoy nos inspira a todos, quien
como muchos de nosotros, era hijo de un victoriano, y que se llamaba SIMÓN BOLÍVAR.
HE
DICHO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario