LOS OCHENTA AÑOS DE LA PROFESORA LUISA TERESA LANZ
Discurso pronunciado por su
ex alumno Germán Fleitas Núñez, durante la Sesión Solemne del Ilustre
Concejo Municipal del Municipio Girardot, el miércoles 18 de junio del 2008, en
homenaje a la Profesora Luisa
Teresa Lanz de León, con motivo de su cumpleaños,
Señoras y Señores:
La escuela amaneció llena de
flores, porque es el cumpleaños de la maestra. El aula está más clara y
bulliciosa, los timbres anuncian el recreo y sus viejos alumnos volvemos a ser
niños, para cantarle la Canción de Pativilca, con
la que el Sol de América, homenajeara a su maestro innumerable: “Maestro mío: Vd. formó mi corazón para la
libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso; yo he seguido el
sendero que Vd. me señaló. No puede
Vd. figurarse cuan hondamente se han
grabado en mi corazón las lecciones que Vd. me ha dado; no he podido jamás
borrar siquiera una coma de las grandes sentencias que Vd. me ha regalado. Vd.
ha visto mi conducta; Vd. ha visto mis pensamientos escritos, mi alma pintada
en el papel y Vd. no habrá dejado de decirse: todo esto es mío, yo sembré esta
planta, yo la regué, yo la enderecé tierna,
ahora robusta, fuerte y fructífera, he aquí sus frutos; ellos son míos,
yo voy a saborearlos en el jardín que planté; voy a gozar de la sombra de sus
brazos amigos”.
Maestra
mía: Usted formó mi corazón para la libertad, con la palabra, en la
diaria lección, pero sobre todo con el ejemplo, que es el que enseña. Le tocó
lidiar con una dictadura y no sucumbió ante ella sino que se paró en la acera
de enfrente. Con la discreción que aconseja la prudencia, usted era una fuente
de confiabilidad para quienes estábamos metidos en la conspiración estudiantil.
Cuando los dirigentes del Codazzi iban a La Victoria a reunirse con nosotros y nos informaban
sobre los profesores que nos apoyaban, siempre salía el nombre suyo. Nos
alentaba un respiro de confiabilidad. Nos alegró enterarnos cuando se instaló la Junta Patriótica de Aragua, que
una de sus integrantes era Usted.
Maestra
mía: Usted formó mi corazón para la justicia, nos enseñó a dar a cada
quien lo que le corresponde, que no otra cosa es la justicia. Que las
decisiones justas hay que sostenerlas con carácter. Que una cosa es tener
carácter y otra muy diferente, tener mal carácter. Usted siempre fue una mujer
de carácter –que no de mal carácter. No
la mano de hierro con guante de seda, sino la mano de seda con la fuerza del
hierro cuando era necesario apretar con firmeza. La mano amiga que nos ayudó a
levantarnos muchas veces; la mano franca de la que hablaba José Martí.
Maestra
mía: Usted formó mi corazón para lo grande, haciendo hincapié en que la
clave estaba en que cada uno descubriera donde estaba la verdadera grandeza y
luchara por alcanzarla. Que no consistía en cortarle la cabeza a todo el mundo
para sobresalir, porque eso nos convertía en los reyes del mundo de los
decapitados y que los hombres de valor, de verdadero valor, lo primero que
saben, es que valen exactamente lo mismo
que vale todo el mundo. Que la verdadera grandeza debe ser identificada
individualmente y no en rebaño, porque suele ser diferente para cada quien y
que en la pluralidad, en la diferencia, hay grandeza porque la única manera de
compartir y entendernos es entre iguales. Que hay que esquivar la falsa
grandeza, el oropel, el éxito fatuo y que es necesario buscarla en los valores
que nos animen, en el amor, en la solidaridad, en la paz, en la libertad, en la
belleza, en la vida. Usted nos enseñó un concepto de Patria Grande y en sus
lecciones de historia nos señaló cuales fueron las grandes esperanzas del
pueblo en cada ocasión, cuales fueron sus luchas y cuales fueron sus
frustraciones cada vez que quienes habían encabezado la marcha, se subrogaban
en los privilegios e injusticias que habían pretendido erradicar y como el
pueblo había sido un eterno excluido y un eterno engañado por sus dirigentes.
Su lección era sobre lo que había pasado y sobre lo que era necesario que
pasara. Usted fue siempre una revolucionaria en el buen sentido de la palabra.
Maestra
mía: Usted formó mi corazón para lo hermoso, porque participaba en las actividades que tenían que ver con la
cultura; la música, la poesía, la historia. Creó instituciones y estimuló desde
la cátedra y desde la dirección, los grupos de estudios y literarios, las
estudiantinas, las publicaciones, los conjuntos artísticos y deportivos. No en
vano de entre sus alumnos salieron los
poetas, los músicos, los escritores, los artistas, los cronistas, los
historiadores, que han contribuido a dibujar los rasgos de la Aragüeñidad.
El primer recuerdo suyo que
conservo en mi memoria, la primera imagen que me surge cuando la recuerdo, es
sentada en un banco del Kiosco que estaba en el centro del patio del ya
legendario Colegio Valles de Aragua, en la Avenida Bolívar Nº 18, a pocos metros del “Bar 23” , frente a “La Fuentecita ”. Estaban sentadas Usted y otra señorita a
quien en más de medio siglo no volví a ver ni oí nombrar, que se llamaba
Willerma Ramírez. Junto a ustedes, las
figuras queridas del profesor José Agustín Alfonso Fábregas, su esposa
Belencita Udis y misia Carmen Belén. Frente a ustedes, un profesor simpático,
de bigotes de charro, con una guitarra,
cantando canciones; y
alrededor, todos los alumnos que
estudiábamos internos. Recuerdo que una tarde de serenata, el consecuente
trovador dijo: “Voy a cantar un valsesito que
le compuse a esta bella ciudad; se llama Luna de Maracay”. El profesor se
llamaba Francisco Quero.
De su selva profunda de la Guayana vino muy niña a
esta cálida y hospitalaria “piedra de amolar”, pero a diferencia de muchos, no
vino a buscar sino a traer. Irrumpió en esta vieja capital gomera con toda la
fuerza caudalosa y potente de su soberbio Orinoco y le tocó ser testigo de excepción y actora
principal en los acontecimientos más importantes de nuestro irregular siglo XX
que al decir de don Mariano Picón Salas, había comenzado el 17 de diciembre de 1935,
Es la misma Maracay colonial
de los marqueses terratenientes, cuyos únicos dos monumentos arquitectónicos
son la Santa Iglesia
Parroquial de San José y la casa de La Trinidad , enriquecida ahora por la arquitectura
de Villanueva y Malausena: La
Maestranza , el Hotel jardín, los cuarteles, el Banco Agrícola
y Pecuario, El Teatro de la Ópera, El Ateneo, la Malariología. Al cruzar algunas calles ya
estamos nuevamente en los campos de tabaco, de café, de caña de azúcar, en los
potreros y sembradíos. El mismo pueblo colonial y gomero que tiene un lago en
la cintura y una montaña neblinosa coronando
su frente. El pueblo campesino que ha cambiado de símbolos en la medida
en que cambia de selvas a potreros. El símbolo que fue ayer un tigre, es ahora
un toro.
Del propio hogar debieron
surgir las luces esperanzadoras; un padre maestro de escuela -o docente como se
dice ahora- debió señalar que el camino era la educación. Entonces, cien años
después, la moral y las luces seguían siendo nuestras primeras necesidades,
como las siguen siendo ahora, doscientos años después.
Primero aprender para
después enseñar y seguir aprendiendo. Primaria en la Escuela Miguel José Sanz,
Secretariado y Normal en el Colegio Nuestra Señora de La Consolación ,
Bachillerato en Filosofía y Letras en el Liceo Agustín Codazzi, Universitaria
en el Instituto Pedagógico de Caracas de donde egresa con el título de
Profesora en Ciencias Sociales.
Un día cualquiera debió
entrar por el ancho zaguán de la antigua
casa presidencial de la Plaza Girardot , la augusta mansión desde donde el general
Gómez rigió los destinos de Venezuela, convertida ahora en casa de
estudios. No debió imaginar la Profesora Lanz , que al poner su
pie en el enladrillado corredor, estaba dando los primeros pasos de un largo
recorrido de glorias para ella y para la institución que la recibía.
Es imposible que ella lo
hubiera percibido, pero en el mismo
momento en el cual su mirada casi
infantil se recreaba en la belleza de los inmensos corredores, el macizo de
árboles, el bullicio de los otros niños, se estaban cruzando dos caminos, dos
destinos que venían de diferentes partes, pero que se unirían desde ese día para
siempre. El de un viejo Colegio Federal
de Varones ahora convertido en Liceo, y el de una linda estudiante de
bachillerato que un día llegaría a regir los destinos de la institución.
El Colegio Federal de
Varones fue una creación del gobierno surgido como consecuencia de la Revolución Federal ,
de la inútil Guerra Federal, que ni fue Revolución, ni fue Federal ni fue
Guerra, y que en nombre de la
Federación produjo el gobierno más centralista del siglo XIX.
Su caudillo, el general Antonio Guzmán Blanco se propuso tres metas inmediatas:
las comunicaciones, la inmigración y la educación. Secundado por el célebre
Ministro Martín J. Sanabria, dicta la Ley de Instrucción Pública,
gratuita y obligatoria y en junio de 1875 crea junto con otros, el Colegio Federal
de Varones de La Victoria ,
inicialmente llamado Colegio Nacional. Pero en su propio decreto de creación
está la semilla de su inestabilidad porque establece que el Colegio estará en la Capital del estado. Y eso
estaba bien para la época, pero no se
contaba que por esos inexplicables y
aparentemente disparatados juegos políticos del general Guzmán en ese tiempo,
Aragua iba a tener cuatro capitales: La Victoria , Camatagua, Villa de Cura y Maracay y el
Colegio debía convertirse en portátil y trashumante para irse detrás de la
capitalidad a donde se le antojara al Presidente. Hoy en día nos cuesta trabajo
entender que por esos mismos juegos políticos, La Victoria fuera durante 20 años la capital del estado
Nueva Esparta (la isla de Margarita) pero eso pasó.
Tras brincos y saltos, en
1918, como consecuencia del traslado de
la capital a Maracay, lo que los victorianos viejos llamaban “El despojo”, el
ya cuarentón colegio victoriano se traslada definitivamente a Maracay. Aquí permanecerá como “alma mater” aragüeña
durante 26 años hasta que se le convierta en el ya legendario Liceo “Agustín Codazzi”, nuestro querido Liceo
“Agustín Codazzi” escenario de nuestras vidas juveniles medio siglo atrás. Crecimos oyendo hablar del Codazzi, porque de
todos los pueblos del centro del país venían los jóvenes a estudiar; en el autobús de Rojitas venían de La Victoria Luis Pastori, Federico
Brito Figueroa, José Ramón Medina, Domingo Felipe Maza Zavala, y muchos otros aspirantes a bachilleres. A su paso por las capitales, el colegio fue
dejando estudiantes y profesores que continuaron aprendiendo y enseñando y
posteriormente se convirtieron en los
Liceos “José Félix Ribas” de La
Victoria y “Alberto Smith”“ de Villa de Cura. Las
generaciones posteriores seguimos el mismo rumbo; estudiábamos hasta tercer año
en nuestros pueblos y 4º y 5º en el Codazzi. Recuerdo con nostalgia que cuando
salimos de 3º año, abrieron en la
Victoria 4º de ciencias, pero yo me vine al Codazzi a
estudiar Humanidades; al año siguiente
abrieron en La Victoria
5º de Ciencias y 4º de Humanidades y al año siguiente todos nos graduamos, por
lo cual tengo el honor de haber sido el último victoriano que tuvo que viajar
en autobús y en colas, todos los días, a Maracay, para poder ser bachiller en
Humanidades.
Estos son la ciudad y el
Liceo que reciben a la linda guayanesa.
La profesora nueva sabe
trabajar, dicen sus superiores. Comenzó a laborar a los 17 años en un cuartel llamado “Tacita de
Plata”; construido por Malausena para la Malariología , que al
decir de doña Cristina Gómez de Martínez Ruí, es el cuartel más útil que
tiene Maracay, desde donde el general en Jefe Arnoldo
Gabaldón, libró la guerra más justa de
nuestra historia y quien desde esas trincheras, combatió y derrotó al general
Paludismo.
La profesora nueva siempre
ha trabajado porque de allí pasó al
“República de México”, el más bello de aquellos Grupos Escolares que
tenían nombres de poetas y de Países hermanos
y que se acunaban en las imponentes edificaciones que habían diseñado
los grandes arquitectos de la época Carlos Raúl Villanueva y Luis Malausena.
La vida codazziana comienza
para ella como estudiante de bachillerato, Profesora (1951-57), Profesora por
Horas (1957-58), Tiempo Completo (1958-62), Sub-Directora (1963-64), Directora
(1964-86). La anteceden en el cargo ilustres profesores: Ramón Piña Daza, Juan
Sequera Cardot, Jorge Semidey y Elio Soto Alvarado; y la suceden nuestro
querido Rafael Parra Torrealba, María Parra, Alfredo González, Antonio Gómez
Laya y Gloria Figueroa. Su tiempo codazziano suma 35 años sin contar los años
de estudiante. Más que el general Gómez. El viejo caudillo gobernó desde esa
casa durante 27 años; la Profesora Lanz
lo hizo durante 35. Su rectorado duró
más que el de cada uno de sus antecesores y más que el de todos ellos juntos; y
hasta el día de hoy, duró más que el de cada uno de sus sucesores y más que el de
todos ellos juntos. Un record que será muy difícil de superar.
Simultáneamente enseña en
otras instituciones y participa en la vida activa de la ciudad. En el Colegio
Privado Valles de Aragua donde la conocimos, en la Inmaculada Concepción ,
en el Colegio Panamericano, en el
Colegio Calicanto, en el Liceo Adolfo
Ernst, en la Escuela
de Artes Rafael Monasterio y en el Instituto de Educación Integral que funda,
dirige y actualmente asesora con 40 años de servicio en el mismo.
Está presente como testigo
de excepción o como actor principal en los acontecimientos fundamentales del
siglo XX maracayero y de lo que llevamos del siglo XXI. Tiene apenas 7 años
cuando muere el caudillo y se abren las compuertas a la lucha política, a la
aparición de los periódicos, a la formación de los partidos políticos, de los
sindicatos, de las federaciones de maestros. Ha nacido en el año auroral de las
luchas políticas, el que le da nombre a la generación del 28. Tiene presencia
activa en los sucesos de la
Revolución de Octubre que derroca al Presidente Medina
Angarita. Participa de las luchas democráticas que llevan a la presidencia al
ilustre escritor Rómulo Gallegos y presencia su derrocamiento por parte de los militares que prevalecidos de la
fuerza de las armas le imponen su voluntad al pueblo desarmado. Presencia la
instauración de la dictadura militar, lucha contra ella y al amanecer del 1º de
enero de 1958, aparece como miembro principal de la Junta
Patriótica de Aragua, encabezando las marchas del pueblo y
arengando a la lucha que culmina el 23 con el derrocamiento de la dictadura.
Desempeña roles activos, principales y dirigentes durante los 40 años de la
calumniada y desacreditada democracia representativa y al finalizar el siglo,
en 1999 es Diputado Principal a la Asamblea Legislativa
del Estado Aragua.
Siempre del lado de la
justicia, de la honestidad, del limpio manejo de los dineros públicos, sus
actuaciones políticas pueden ser examinadas con una lupa y siempre se las
encontrarán inmaculadas. Porque aun cuando participa en la vida política, no es
básicamente una activista política sino una educadora, que ejerce el magisterio dentro y fuera del
aula, y una ciudadana cuyo ejercicio de la ciudadanía es apenas una
prolongación de su magisterio.
De su afición deportiva no quiero hablar porque en ella
encontré la única contradicción de su existencia, que es que siendo toda la
vida una apasionada magallanera, se casó con un León. Llegó el amor que rompe todas las barreras,
se entendieron bien los eternos rivales, los Leones y los Navegantes…del
Orinoco y fructificaron en un hogar hermoso con Luisa Teresa, Laura Mercedes,
Liliana María y los nietos; los hijos y los nietos de la sangre y junto con
ellos, los hijos y los nietos del amor,
y todos nosotros que tambien somos sus
hijos porque aprendimos en nuestros hogares, que nuestra otra madre, en la
escuela, es la maestra.
Sus grandes logros como directora
del Liceo han sido suficientemente estudiados; no así los alcanzados por Usted
como Secretaria de Educación del Gobierno de Aragua. Es necesario destacar
brevemente su intención de dignificar la función docente con la firma de
Contratos Colectivos que superaban los del Ministerio de Educación, la
implantación de Concursos para el ingreso a la carrera docente, el Primer
Concurso Nacional de Ascensos, el Programa del Texto Escolar Gratuito, la
creación de las Escuelas Solidarias,
precursoras de las actuales Escuelas y Liceos Bolivarianos, la
incorporación de los niños con necesidades especiales en el aula normal de
clases eliminando la odiosa discriminación, en su proyecto de Aulas integradas;
la ampliación de la educación preescolar a todas las escuelas, la
rehabilitación física de las sedes y sobre todo, la Propuesta Curricular
para la inclusión de la
Enseñanza de la Historia y la Geografía de Aragua en
los pensums de estudios de Aragua, tarea en la cual contó con la valiosa
colaboración de un equipo integrado por los profesores Armando Rojas, José Luís García y Alexis Torres.
Su huella está presente en
todos los sitios donde se aprende y en todos los sitios donde se enseña. Ha
cursado estudios en El Mácaro, en el
Cendo, en el Instituto Pedagógico “Rafael Escobar Lara”, en la Zona Educativa , en la Dirección de Prevención
del Delito, en IUPRAEL, en AVEPANE, en ICANE, en ASOVAC, CENAMEC, INCE, en el
Instituto para el mejoramiento Profesional del Docente, en los cursos de la OEA y la Creole.
Ha sido requerida por
instituciones que inmediatamente contaron con su apoyo: la Casa de la Cultura , la Gobernación , la ALEA , la Sociedad Patriótica ,
Sociedad Bolivariana, Patronato de Ferias y Fiestas de Maracay, el Concejo
Municipal, el Ministerio de Educación, la Fundación Casanova
Godoy, ANAPACE, el Consejo Estadal de la Mujer , las Fundación Fadel, el Instituto Autónomo
para la Igualdad
de los Derechos de la Mujer ,
Directora Principal del Instituto
Manuelita Sáenz, Instituto de Organización Neurológica e Instituto de Educación
Integral. En todos ellos dejó huella imborrable.
Sus artículos periódicos en
la prensa y en revistas y libros, sus muchísimos discursos en ayuntamientos,
plazas públicas, auditóriums y aulas como Oradora de Orden; sus ponencias en
congresos, talleres, foros, simposios y demás escenarios, su condición de directiva del Colegio de
Profesores, de ANDIEP y otros gremios,
la han hecho punto de referencia obligada y acreedora a múltiples
reconocimientos. Madrina de muchas Promociones, Condecoraciones Nacionales,
Regionales y Municipales, Medallas de Oro, Placas, Diplomas, Botones de Oro,
Eponimias fundamentalmente de auditóriums y bibliotecas, Doctorado Honoris Causa, a los cuales debe sumar en sitio de honor
este que hoy le rinde el pueblo del Municipio Girardot, a través de su
representación legítima que es este Ilustre Concejo Municipal.
Dio un importante paso al
frente, en el rescate de la memoria colectiva al emprender
la tarea de recopilar todo lo relacionado con la historia del Codazzi, que es
la historia de Maracay y en consecuencia parte importante de la historia de
Aragua y de Venezuela. Todavía no se le
ha dado la importancia debida a la historia de los liceos. Las luchas
universitarias han opacado las de los liceos, pero es hora de ir poniendo las
cosas en orden. La lucha de los liceos “Fermín Toro”, “Andrés Bello”,
“Aplicación”, “Agustín Codazzi” y “José Félix Ribas”, contra la dictadura, fue
más importante que la que se dio en los cuarteles. Deben ser historiadas. La
iniciativa del trabajo de investigación colectiva emprendida por usted,
materializada en el libro “Maracay, Tradición y Cambio”, debe ser imitada. El
Codazzi fue el centro de la vida de Maracay, en lo político, en lo cultural, en
lo deportivo, en lo intelectual. Estaba en el corazón del pueblo y era el
corazón del pueblo. El liceo de Floreal Contreras, de Guillermo Rodríguez
“Machete”, de Francisco Quero, el de “El Tigre” Nicandro Arvelo Angulo, quien sentaba a los flojos en un rincón y
después de dictar las preguntas del examen les decía: “Ustedes se pueden copiar
y pueden sacar los libros”, para en el momento de dictar las notas, decirles:
“Ustedes 4 tienen veinte puntos…entre los cuatro”.
Era el liceo de Ruth Sanoja,
de Agustín Blanco Muñoz mi compañero, de Benito Pérez Ramos “Perico”, de Pablo
Alvarado “Pinkel”, de “Puro Estilo”, de “Camagüey”, de Raúl Montenegro y su
esposa victoriana Alicia Blank, primera
mujer Gobernadora del Estado Aragua, de los poetas Carrero y Croquer Seijas, y
del profesor Rafael Parra Torrealba, a quien se le coleaban en la clase los
alumnos de los otros salones y quien nos enseñó a hacer una copla, una décima y
una glosa, y nos recitaba su bello poema: “la sangre lleva piedras de azules
continentes”.
La profesora sigue
trabajando, ofreciendo su inmenso prestigio y su palabra de estímulo a nuevos
proyectos. Ahora es un símbolo del Maracay eterno, es el mejor Patrimonio
Cultural Viviente de Maracay.
Hace falta mucho equilibrio
espiritual para irse y quedarse al mismo tiempo. Para permanecer al frente de
las responsabilidades y simultáneamente ceder el paso para que el timón lo
asuma una nueva generación. De tal equilibrio ha hecho gala en sus funciones
públicas y particulares. Ha preparado cuidadosamente los relevos para cederles
el paso, …“bajo control”.
Las fiestas siempre terminan
con canciones. No podría dejar de recordar que hace más de medio siglo, mi
padre Germán Fleitas Beroes, compuso un pasaje con unos versos dedicados a la
mujer guayanesa, que fueron cantados
durante mucho tiempo y que parecen haber sido escritos para que yo los recordara en esta mañana. Los
versos decían:
Quisiera saber por qué
La sabia naturaleza
Le puso tanta hermosura
A la mujer guayanesa
Quisiera saber por qué
La mujer de la Guayana
Es guitarra donde vibra
El alma venezolana.
Y hasta las mismas estrellas
Envidian su señorío
Porque es más fragante y
bella
Que el Orinoco bravío.
Y es precisamente con ese
ímpetu majestuoso del Orinoco bravío, como su obra, que comenzó con unos
tímidos pasos cargados de curiosidad por los sombreados corredores de la
imponente casa presidencial gomera, hoy se multiplica, no en navegantes
solitarios, sino que se bifurca en un delta infinito de alumnos y de amigos que
se vuelve voces, para cantarle en plural, la canción de Pativilca.
Maestra: El árbol frondoso de profundas raíces, ha extendido
sus ramazones hacia los cuatro puntos cardinales y ha dado frutos. Sus alumnos
somos miles y estamos regados por todo lo largo y ancho de la patria y de lado
allá de la frontera. Algunos (muy pocos) no habremos cubierto sus expectativas,
pero la mayoría está conformada por gente útil, por gente de bien. Maracay y Aragua son ahora mejores
gracias al Codazzi y gracias a Usted. Por eso, sin pecar, podemos hoy en su
cumpleaños, parafrasear a aquel alumno innumerable y cantarle en coro: “Maestra: Vd. formó nuestros corazones para la libertad, para la
justicia, para lo grande, para lo hermoso; nosotros hemos seguido el sendero
que Vd. Nos señaló”.
¡Feliz
Cumpleaños!
Bello homenaje a esa gran mujer. Felicidades querida y recordada Prof. Lanz.
ResponderEliminarLa recuerdo con mucho cariño y un gran respeto
Oscar Landaeta Guzmán
Promoción Prof. Emilio Medina (1968)