Uno
de los grandes poetas victorianos fue Gonzalo Carnevalli, nacido en la Hacienda
“Santa Rosa” en el Pao de Zárate. Era hijo del doctor Ángel Carnevalli Monreal,
presidente del estado Aragua quien murió en la cárcel. En febrero del año1934,
al conocerse en Venezuela la muerte del líder nicaragüense Augusto César
Sandino (Augusto Nicolás Calderón Sandino 1895-1934), ordenada por el futuro dictador
Anastasio Somoza, escribió este romance
que hoy se conoce en toda la América, menos en Venezuela y mucho menos en su
ciudad natal, porque cuando mataron a
Sandino gobernaba Venezuela el general Gómez y este poema le costó años de
cárcel a Gonzalo. Aprovechamos de publicar un pequeño fragmento del memorable discurso
que pronunció Gonzalo el 12 de febrero de 1944 cuando el gobernador Aníbal Paradisi
declaró el “Día de Venezuela en Aragua”. En este breve párrafo describe con imágenes
bellas, lo que para él, es La Patria. Ruego a mis lectores que me perdonen el
que los textos estén “descuadrados”, pero se entienden. Con el tiempo aprenderé
a “subirlos” mejor.
Germán
Fleitas Núñez
EL
ROMANCE DE SANDINO
Gonzalo
Carnevalli (victoriano)
Por
tierras de Nicaragua Ya mataron a Sandino A mansalva lo mataron Lejos de los agrios riscos Donde no ha
mucho flamearon Sus banderas de heroísmo.
Por
tierras de Nicaragua galopan los asesinos
hacia
una noche de bosques, perseguidores de olvido.
Mientras
los sigue el recuerdo como
un fantasma sumiso; y
sus caballos de sombra lucen un tinte rojizo, igual
que sudaran sangre como
en la pasión de Cristo.
Ya
las prensas asociadas, o
unidas que da lo mismo, no
han de tener que llamarlos, ni a él ni
a los suyos, bandidos y los Chamorros de América o los Gómez, -da lo mismo-, podrán
forjar mas sin trabas sus
Panamericanismos.
Todo
porque en Nicaragua ya
mataron a Sandino.
Al
descanso de sus restos Se suma el de los políticos; y veinte mil generales de
bigotes retorcidos y
espadas que son de acero pudiendo
bien ser de vidrio, se
siente más generales desde
que murió Sandino.
Mujeres
de nuestra América, la
de los dolores indios y
los resquemores negros y
los rencores mestizos; Mujeres
de nuestra América yo
solo una cosa os pido: mañana
cuando estén grandes decidles a vuestros hijos, recordándoles al héroe que aprendan a ser bandidos.
FRAGMENTO
DEL DISCURSO DEL 12 DE FEBRERO
“La Nación es como un gran río, y la provincia su
afluente. Durante largas jornadas, el afluente anda solo. Y su
rumor es suyo, y las aguas que lleva no saben
de otras aguas ni de otros rumores. Por sabanas abiertas, o despeñándose
de barranco en barranco y de torrentera en torrentera, va gozando del sol que lo
calienta, de las espigas que madura, de los paisajes que lo envuelven y de los cielos que retrata. Pero ha
llegado el término del viaje
solitario y sus aguas se funden con las aguas de los otros raudales. De la suma de todos, surge el río.
En lo adelante, paisajes y rumores son los mismos.
Ese río es la Patria. La Patria diversa y cambiante, varia y multiforme, pero siempre
una, de costa a costa y de frontera a frontera”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario